Si los sonidos parecen campanadas,y el viento agita la copa de los áboles
las nuves parecen figuras destellantes,
la lluvia moja la tierra donde pisas
y él esta alli…contemplandote con dulzura,
tendiendote la mano,cubriendote con sus alas,
acunandote con su calor…
¿por que no lo sientes,por que no lo percibes?
quiere hablarte,quiere contarte para que vino y porque te busca
¿porque lo ignoras?
te llama,y tu no miras
te habla y tu no escuchas
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Relatos
Colisión
Caminaron largo rato moderando los pasos, y las conciencias. Se mantenían ajenos, pero expectantes. Cada uno representaba un mundo fortuito de aspiraciones y esperanzas. Era época de cambios, de ruptura. Querían hablarse pero no encontraban el camino para convergir, o no encontraron el idioma. Mascullaron sílabas. Perdieron risas, perdieron caras y ayudaron a despuntar motivaciones. Los pasos parsimoniosos, tan lentos y opacos parecían retroceder en vez de avanzar. La serenidad del amanecer se confundía entre las sendas. El cielo rosado resucitó memorias que antes, embaucaron corazones, destiñeron ilusiones. Tan sólo la quimera de los sentidos dejó fluir dientes con sonrisas, manos que prometían caricias, ingenua. Recuerdos. Versos y frases que en algún pasado remoto significaron mas que eso. Pero ya había cambiado, por momentos, así lo sentía. Cuando por fin llegaron al límite se preguntaron si era verdad. Lo era. Las finuras del placer pasan por la mente…
Invitación (28)
Invitación (28)
UNA TARDE CON COROT
Una tarde calurosa de verano en Madrid. Al entrar en el museo Thyssen Bornemisza, el alboroto callejero queda atrás, envuelto en el aire denso y cargado de luz, incapaz de atravesar los recios muros del edificio. Me envuelve una atmósfera de calma que invita al recogimiento y a la contemplación, mientras atravieso el amplio corredor que conduce a la sala de exposiciones temporales , dedicada en esta ocasión a la primera muestra restrospectiva de Jean Baptiste Camille Corot que se exhibe en Madrid.
Invitación (27)
Paul y Peter caminaban por el puerto cuando un cargador del muelle se les acercó decididamente.
-Escuchen, Buscan a una jovencita ¿no es cierto?.
– Si. ¿La ha visto?. ¿La conoce?.
– Hace un par de meses estuvo por aquí buscando un barco que la enrolase hacia tierras lejanas… pero no había en esos momentos ninguno disponible. Ella quería ir a Egipto o aún más allá. No pudo ser. Iba acompañada de un anciano con barbas blancas. No os puedo decir más de ella… sólo que era preciosa…
Perdido en el espacio
Todo es paz y quietud porque el tiempo ya no existe. En su angustia, el rumbo minucioso de la eternidad es la viva presencia que, dentro y fuera del cosmos, entrelaza los espacios formando un lenguaje de potencia universal. Pero él no puede comunicarlo. Los crepúsculos marcan caminos en el juego infinito de paisajes oníricos y las oscuridades se ven pobladas por una multitud pululante de estrellas mientras el viento circula adherido a la inmensa creación de toda esta materia que se mece en el ondulante discurrir de la existencia que ahora, para él, es la incógnita incertidumbre. No hay lugar para la Historia porque los sucesos no ocurren como el devenir de las circunstancias sino, más bien, como un fluir de no presencias.
Invitación (26)
Paul se sentía terriblemente agotado. No había dormido casi nada la noche anterior y ahora Peter le había obligado a quedarse con el perro de plata (Argente) mientras la anciana y el frutero de las alcantarillas se marchaban cantando una vieja canción del siglo XX (Lucy en el cielo con diamantes) de aquellos famosos Beatles que a él le parecían ya demasiado obsoletos para la realidad circundante…
Ahora había que reanudar la búsqueda de Bianca con la rémora de un perro que sería muy inteligente -y eso era algo que todavía quedaba por demostrar- pero que a él le ponía de malhumor porque, el perro, que de tanto jadear le irritaba, se había encariñado precisamente con él.
Releyendo Invitación
He estado unos largos días de vacaciones. Ayer, después de tanto bronceado corporal, me he dado un baño men nuestra “aventura global”. Ahora vamos más despacio… pero es natural. Por lo que he podido releer ya hemos pasado del plantemaineto (donde intorducimos una serie de claves que a pesar de ser abundantes todavía no nos han dejado ko. ) Ahora tenemos a dos amigos dispuestos a encontrar a una perdida chavala que parece los tiene enamorados a los dos. Y además ha surgido un perro de plata (de la imaginación de Sandy) que parece que empieza a tener ubicación en el texto. Vamos a ver si conseguimos desarrollar el argumento (no olvidemos a Manesh y la Sala Tesauro, el libro que tiene Paul y que sacó d ela biblioteca y el famoso número doce que tan inquieta me tiene y al taxista que introdujo una compañera y que luego resulta ser el padre de Bianca o a lo mejor se está haciendo pasar por su padre y no lo es…). Bueno. La dificultad de hacer un texto tan original es la cantidad de escritores que estamos interviniendo en él pero adelante, compañeros y compañeras, sigamos con la trama (ya que estamos metidos de patas en ella) y yo espero que mañana, cuando tenga las ideas más ordenadas, podré aportar un poco al contenido. Mientras tanto os doy ánimos para que no desfallezcáis y a ver si logramos desarrollar toda la trama para luego darle un final espectacular. El intento no es baldío amigos…
Invitación (25)
Paul y Peter decidieron, tras una larga charla de rememoraciones del pasado, ir a los muelles de la gran ciudad. Allí, unos operarios vestidos con trajes de color naranja, estaban drenando con modernísima maquinaria. Unos aparatos enormes, de metal ocre, depuraban las aguas y descontaminaban el ambiente; pero un fuerte olor ácido enolvía la zona. Ambos amigos fueron enseñando una fotografía de Bianca a todo ser viviente que se les cruzaba. Nadie la conocía ni la habían visto por allí…
Invitación (24)
Peter estaba irreconocible. Desde la última vez que lo vio se había vuelto mucho más introspectivo. Ya no era el vehemente parlanchín de antaño. Había que sacarle las palabras con mil y un rodeos.
– Pero ¿viste o no viste a Bianca?.
– Escucha, Paul, olvídate de ella. O mucho me equivoco o está metida en un jaleo de cojones…
– Peter, tú le diste mi dirección. Ahora es mi obligación encontrarla…
– Si la dí porque me lo pidió con lágrimas sinceras pero, amigo, !tú y yo juntos podemos hacer grandes cosas sin necesidad de contar con ella!.
– Tú puedes hacer lo que quieras. Yo no.
– !Olvídala, Paul, como yo la olvido!.
– Yo tengo una cita con ella que está todavía por cumplirse. Además no soy el único que la busca.
– Entonces… y aunque sé que me estoy equivocando, vamos los dos juntos en esta aventura.
– ¿Por qué, Peter?. No es necesario que te mezcles en algo que consideras peligroso.
– Es que yo tampoco puedo olvidarla…
Mi texto número 69… jejeje
Todo comenzó un viernes de tantos que salía de fiesta con un par de amigos y un par de amigas. Salimos por la misma zona de cada fin de semana. Tras los primeros dos o tres cubatas, sobre las 2 fuimos a un local al que vamos cada viernes y sábado. Entre bailoteos, risas y miradas alrededor, una de mis amigas me insinuó en cachondeo que necesitaba urgentemente un hombre. La verdad es que con ésta amiga las conversaciones siempre habían sido algo subidas de tono, pero nunca había pasado de ahí, por lo que no le dí mayor importancia y nos pusimos juntos a buscar con la mirada un hombre que pudiera satisfacerla. Era un juego divertido que nos permitía a los dos liberar cierta tensión acumulada.
¿No pudiste esperar?
Lo se, es un poco tarde para arrepentirse, es un poco tarde para echarse atrás, es un poco tarde para echarse a llorar, pero no es tarde para reflexionar. Aun recuerdo aquel día de primavera, ese día en el que me prometiste amor eterno, éramos jóvenes, y pensábamos que lo nuestro nunca iba a acabar, ¿por qué me engañaste?, ¿por qué me mentiste?… si superábamos el verano sin vernos, estaríamos juntos toda la vida, esa simple mentira la repetíamos constantemente, creíamos amarnos de verdad y no era así…
Los meses han pasado, no sé porque lo hiciste, solo se que el amor eterno que nos prometimos nunca llego a cumplirse, no pudiste aguantar la tentación en verano, ¿tan difícil era no besarle?, ¿tan fácil fue olvidarte de mi?… Yo pensaba en ti todo el día, y huí de tu pensamiento tristemente poco a poco, desparecí de tu vida como si nada hubiera ocurrido entre nosotros, éramos jóvenes, nuestro amor era bonito, era intenso y ya no es, ya no es nada, el amor se ha convertido en dolor, a ti parece que no te importa y mi corazón por el contrario se hace cada vez más pequeño… pienso que no volveré a amar, que no volveré a querer, que el amor es dolor pero no me arrepiento de nada, volvería a demostrarte mi amor adolescente una y mil veces mas, ¿por qué?, porque fue maravilloso mientras duro, porque me hiciste soñar, porque toqué el cielo con mis labios, porque acaricié las estrellas con mis manos…
Invitación (23)
Temblándole el pulso leyó la pequeña nota de Bianca.
Querido Paul; después de este largo aislameinto por fin pude saber de tu nueva dirección gracias a nuestro amigo Peter. Te pido disculpas por este prolongado silencio y no haber acudido a nuestra cita de hace cinco meses, pero ocurrieron graves cuestiones y ahora tengo que estar escondida porque mi vida corre peligro. Por favor, no intentes encontrarme. Si todo sale bien, dentro de una semana podré avisarte para vernos en el Memory Park, allí donde dicen que los desorientados recobran la memoria a través de si mismos. Te quiero mucho. Bianca.
A los voremios y voremias de la Invitación.
!Adelante compis!. Nos hemos adentrado en una formulación pluralista y pluriforme para crear una obra literaria. Hemos desarrollado en unas cuantas piezas varias interrogantes. Adelante. Sé que tenemos imaginación suficiente para dar una salida a este bello “canto” comunal. Espero el próximo trozo, que me de alas para seguir la trama, y prometo que yo continuaré con misa aportaciones. De todas formas estamos demostrando que se puede realizar un “relato global” y como inquieta de las letras !vamos a dar las soluciones necesarias!. En cuanto lea el trozo siguiente !me lanzo!. Un beso para todos y para todas.
Invitación (22)
Paul subió a su habitación con enormes deseos de dormir pero no podía. Recordó los acontecimientos del día de manera conturbadora. Se levantó de la cama, tomó una pastilla e intentó comenzar a dormir. Nada. No podía. Se volvió a levantar. Bajó al vestíbulo y allí hojeó lentamente el libro que traía de la biblioteca. Después recordó nuevamente la Invitación a çl Salón Tesauro del extraño anciano Manésh. Miró la parte trasera de la cartulina. Allí estaban los dos cuartetos que le hablaban de un cosmos urbano por recorrer. Y de nuevo el número 12 penetró en su conciencia cuando observó que los cuartetos estaban compuestos por versos dodecasílabos. ¿Qué significado tan esencial tenía ahora el número 12 en su vida?. Aquel número le tenía inquieto. Miró el reloj. Eran las doce de la noche. Entonces quedó dormitando pensando en el frutero de la alcantarilla y el perro de plata. Aquello que de tan mal humor le habían puesto. Se acercó el recepcionista del King’s Cottage y le tocó levemente el hombro. Despertó dando un respingo. El recepcionista le entregó una carta. !Era la letra de Bianca!. Hacía cinco meses que había desaparecido de su vida y de la de todos sus familiares y amigos. Ahora tenía la obligación perentoria de encontrarla. Ella era importantísima para él. Abrió lentamente el sobre…
Invitación (21)
LLegaron al King´s. Se les acercó un típo mal vestido y con una botella en la mano. Olía espantosamente. El olor hizo que Paul se sintiera peor y tuviera que llevarse la mano a la nariz.¡Qué asco! ¿Es que nadie se ha dado cuenta del olor que produce? El tipo desapareció entre la niebla del mismo modo que había aparecido. De repente…una chica se acercó a ellos y les dejó un papel en la mano. Era la publicidad de un restaurante hindú que estaba a la vuelta de la esquina. El olor a curri era algo que Paul odiaba y no pudo soportar una nueva arcada…¡¡¡Santo dios!!! ¡Me voy a morir!
-Si seguimos así, el próximo que aparezca se llevará mis entrañas-
-¡No seas exagerado! ¡Cálmate!
Alonsomanía: Otra leyenda urbana
Alonsomanía: Otra leyenda urbana
Una de las mejores historias que se cuentan sobre Fernando Alonso, que si no es verdad merecería serlo.
Alguien me lo contó, de buena fuente, a través de un conocido que fue testigo directo. Sucedió en una reunión veraniega de jóvenes aficionados al motor, al tuning y a “darle zapatilla” al acelerador. El más temerario de ellos, propietario de un “buga maqueado a tope”, lo confesó en primera persona, ya de madrugada y tras demasiadas copas.
Invitación (20)
Monkey’s estaba repleto de gente a aquellas horas de la noche. A duras penas lograron sentarse en un lugar apartado del bullicio general. El señor Montale estaba nervioso y con las lágrimas a punto de estallar- Paul. Tú conocías muy bien a Bianca; incluso mejor que yo. Ella siempre fue un misterio cerrado para mí cuando intentábamos hablar de cosas profundas. La educqué lo mejor que pude pero sé que estuve poco tiempo junto a ella. La muerte de su madre fue un duro golpe para mí- pero Bianca… mi Bianca… !siempre fue una soñadora, una interrogante, un deseo perpetuo de viajar y conocer una vida diferente!.
– El problema es ¿qué entendía Bianca por vida diferente?.
– No lo sé Paul. Sólo sé que hace cinco meses hizo su equipaje y se marchó sin apenas despedirse de mi. Habíamos discutido unos días antes… pero había sido por algo sin importancia. Su marcha se debe a algo superior a mi entendimiento. El asunto, para no alargarme porque te veo muy cansado y con ganas de ir a tu hotel, es que hace cinco meses que no sé donde está.
– ¿Y no le ha dado noticias nadie acerca de su paradero?.
– Dos meses después de su marcha de casa, inquieto por no saber nada de ella, me acerqué al banco donde trabaja… o trabajaba mejor dicho… porque ninguno de sus jefes y compañeros sabían nada de ella. Algo grave ocurrió. El caso es que ella ha desaparecido- Por favor… !ayúdame a encontrarla!. He estado todo este tiempo escudriñando todas las calles de la ciudad y no he podido encontrar ninguna pista. Tú eras alguien muy especial para ella. Debes saber alguna manera de poder localizarla.
– En estos momentos no tengo ni idea de cómo hallar una respuesta a sus inquietudes. !Yo también quiero verla!… pero es por otras circunstancias. Ahora me dueles mucho la cabeza y sólo quiero descansar. Verá. Déme su teléfono y si encuentro alguna pista ya le avisaré…
– De acuerdo. !Vamos al The King’s Cottage!…
Invitación (19)
El taxista frenó repentinamente y el auto chirrió sobre el asfalto.
– Usted es Paul… ¿verdad?.
– Me llamo Paul pero no creo que nos conozcamos.
– Pero usted conoce a Bianca…
– ¿Bianca?. Hace por lo menos cinco meses que no sé nada de Bianca.
– !Tengo una necesidad urgente por saber donde se encuentra!.
– ¿Quién es usted y por qué sabe mi nombre?.
– Verá joven… yo soy el padre de Bianca. A usted lo he reconocido por las fotos que ella guarda en su alcoba y porque algunas veces me habló de usted.
– Pero ya le digo que hace mucho tiempo que no sé de ella.
– Quisiera poder hablar con usted un momento. ¿Tiene diez minutos?. Le invito a un café y charlamos. No se preocupe por el coste de la carrera. También le llevo gratis al hotel.
– No sé en qué lo voy a poder ayudar, señor…
– Montale. Mi apellido es Montale. Somos de origen italiano. Por favor…
!ayúdeme a encontrar a mi Bianca!. Hace cinco meses que tampoco yo sé nada de ella.
– Está bien. Paremos un momento y tomemos un café. Así podrá usted contarme qué es lo que ha sucedido con Bianca… si es que sabe lo que le ha sucedido.
– Por eso te necesito Paul. !Ayúdame por favor!.
Invitación 18
El taxista parecía nervioso. Agarraba el volante con inquietud y no paraba de mirar por el espejo retrovisor. La noche parecía hacerse más oscura, mientras rodaban por la carretera. Todo era silencioso. Nadie hablaba. El conductor seguia escrutando a su pasajero. De pronto, algo pareció llamarle la atención y…
Invitacion (17)
Al cabo de un timpo de haberse quedado solo decidió que era hora de volver al hotel, se dispuso a anotar el titulo y autor de esa novela que llevaba en la chaqueta, que parecía interesarle… “Riesgo Calculado de Katherine Neville “. Caminó hacia la bibliotecaria, y le entregó los dos libros que habia tomado horas antes. Sólo le habia quedado uno sin leer y por ello la intriga…
– Lo conoces?
– A quién ? (respondio ella)
– A nadie, si has leido esta novela?
Ella le entregó un bolígrafo …
– Firma allí, donde tienes la cruz. Y no leo libros, no puedo comprender un libro, soy una humanoide y solo hago el trabajo que debería hacer un humano.
Eres importante para mí
Una profesora universitaria inició un experimento entre sus alumnos. A cada uno les dio cuatro tarjetas de color azul, todos con la leyenda “Eres importante para mi” y les pidió que se pusieran una. Cuando todos lo hicieron, les dijo que eso era lo que ella pensaba de ellos. Luego les explicó de qué se trataba el experimento: tenían que darle una de esas tarjetas a alguna persona que fuera importante para ellos, explicándoles el motivo, y dándole el resto para que esa persona hiciera lo mismo.
Nota para elbruni (para lo de Invitación)
Yo creo que, como estábamos todos de acuerdo, ha llegado la hora de colocar aquí el fragmento de elbruni. Esta nota va dirigida a elbruni a ver si tiene la amabilidad de adaptarnos el fragmento que escribió cuando se entremezcló con el de grekosay. Solo tienes que adaptar la entrada del texto ya que ahora no está en la biblioteca sino en las afuera de la ciudad. Espero con gran interés que vuelvas a enviar el texto para que todos los del grupo que estamos escribiendo sigamos con la historia. Es bueno eso de que tome un taxi hacia el hotel. Creo que el libro al que te refieres es Riesgo Calculado de Katherine Neville. Creo que todos y todas estamos de acuerdo en que ahora acoples tu texto (que pasaría a ser el número 17) y animo a los compis del Vorem (hombres y mujeres) a que sigan participando. Chao. !Adelante con nuestra historia!.
Invitación (16)
Miró su reloj, un regalo de su padre el cual lo había heredado del abuelo; un reloj antiguo -perteneciente a la familia por generaciones- de oro, con los números de la esfera grabados en caracteres romanos. Un reloj de oro puro. Y pensó de nuevo en el número 12. Allí estaban, ante su vista, los doce grafismos del día – la unicidad de la mañana que debía ser repetida por la duplicidad de la tarde para completarse las 24 horas del día. Una sola persona y el doble yo externo e interno.
Y pensó en los 12 meses del año, en los 12 signos del Zodíaco, en los 12 discípulos de Jesús de Nazaret, en 12 Caballeros de la Tabla Redonda… en ese número de los caminantes… y entonces se dio cuenta de que el anciano Menésh se había introducido tan dentro de él que había descubierto su nacimiento: el día 12 del mes de diciembre (el 12 mes del año).
Invitación (15)
Se quedó leyendo silenciosamente el poemita de los dos cuartetos…
Bajo la bóveda del inmenso Cosmos,
mezclado con la profunda y honda tierra,
el hombre consciente se introduce
en la potencia de todo lo que encierra.
Quizás tiene un entorno de delirio
para hacer su camino por la acera
y quizás se vuelve trémulo pájaro
reconociendo al viento en la pradera.
Quiso preguntar, pero el anciano había desaparecido misteriosamente…
Invitación (14)
Se produjo un ligero movimiento de las ramas de un roble cercano a los dos personajes. Allí, en la copa del árbol, una especie de gavilán se removía inquieto. El miró al pájaro y lo vio dispuesto a iniciar el vuelo. Supo que tendría que escuchar muchas veces el sonido de su propio aletear por la existencia. El misterioso Manésh extrajo algo del interior de su bolsillo. Era una especie de cartulina escrita, del tamaño un poco mayor al de las tarjetas personales…
– Ten. Es una invitación al Salón Tesaurus. Todos los meses realizo allí una reunión con personas que quieren hallar respuestas imprevistas a viajes no menos imprevistos.
Invitación (13)
Quien se había presentado ante él era el anciano de las barbas blancas cuya voz había surgido del retrato de la planta baja de la biblioteca. Sintió una especie de deseo por marcharse de allí, pero una fuerza magnética lo dejaba inmóvil…
– ¿Quién es usted?.
– Me llaman Menésh porque soy el fundador de la Biblioteca Memphis. Mi otro nombre, el de los documentos oficiales de mi natalidad y mi presencia en esta vida no importa.
– ¿Qué tiene uted que ver conmigo?. ¿Cuál es el motivo porque se presenta ante mí?.
– No tengas miedo. El miedo destruye a las personas.
– No es miedo, sino inquietud…
– Escucha. Desde que te vi llegar a Memphis supe que eras un hombre muy especial, un joven ávido del conocimiento adquirido por los caminantes. Cuando me cercioré de que no eras un simple buscador de experiencias sino algo mucho más, pude penetrar en el interior de tu pensamiento. Por eso te hablé a través del cuadro y por eso entraste en un profundo sueño. El sueño nos puede guiar a la muerte o nos puede guiar a la vida… depende de nosotros mismos.
– ¿Y esas piedras formando el número doce?.
– El número 12 es de los caminantes. El número 12 significa mucho para entender lo que vemos, comprender lo que experimentamos y asumir lo que sentimos.
– No entiendo.
Sobre Invitación número 12
Amigos y amigas del Vorem. Me está entusiasmando la idea que se desarrolla del relato global entre todos los que nos hemos lanzado (y quizás se lancen muchos más todavía) pero al querer continuar con la narración observo que hay dos números 12 que bifurcan el texto en direcciones distintas. Las dos me parecen sensacionales y dignas de ser seguidas pero el problema es que al ser escritas por dos autores diferentes en el lapsus de un minuto de diferencia la dirección del relato cambia totalmente si seguimos una línea o seguimos la otra. Insisto en que las dos merecen a formar parte del “corpus” del relato. Para poder enganchar ambas cuestiones (la que presenta elbruni y la que presenta gekosay) he estado pensado cuál podría ser una solución que diese cabida a ambos textos. He pensado sobre la estructura de los dos trozos y he llegado a la siguiente conclusión que os presento para ver si todos los voremistas estáis de acuerdo. ¿Podríamos continuar con el asunto presentado por grekosay, ya que enlaza muy directamente con la sensación que tiene el protagonista en su estancia en la biblioteca para luego, una vez resuelto -de la manera que se nos ocurra a través de la imaginación colectiva- el asunto que está sucediendo con ese personaje situado sobre la piedra que tiene impreso el número 12 enganchar (que se puede hacer fácilmente) con el texto de elbruni en el que toma un taxi para ir al hotel The King’s Cottage?.
UN CAMINO EN EL BOSQUE
Aires de ilustración en las laderas de Peñalara
Hace unas semanas, con motivo de una excursión por la sierra de Guadarrama, recordé un día pasado hace ya muchos años en esos mismos parajes. Había ido a finales de mayo al palacio de la Granja de San Ildefonso, que se levanta en la vertiente norte de la sierra, a poca distancia de Segovia. Los jardines que rodean el palacio mostraban en todo su esplendor la plenitud de la primavera. Tilos, olmos, castaños y secuoyas enmarcaban amplias avenidas rodeadas de macizos geométricos de flores bellísimas, formando un espacio delicioso por su orden y variedad, en el que las escenas mitológicas de numerosas fuentes ponían una nota melancólica y un poco teatral, muy al gusto francés e italiano de la época . Todo en aquel ambiente invitaba a dejarse invadir por una íntima sensación de sosiego, y me hacía evocar el espíritu de esencial confianza en el progreso que caracterizó a la ciencia y al pensamiento europeos allá por 1721, cuando se inició la construcción de este palacio por orden de Felipe V, en un rincón apartado de la corte, pensado para el recreo y descanso de la familia real entre las montañas que cierran por el norte la planicie de Madrid.