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Relatos

Finalmente

Te escucho decir que me amas y no siento nada y no se alborota ninguna partícula de mi ser y no se iluminan mis ojos ni se estremece mi cuerpo, el pulso no se acelera y mi respiración continua siendo tranquila, no respondo que yo te amo, ni tampoco cambia el entorno de los confines de mi entendimiento, a decir verdad no ocurre nada…

Seguramente mi modo de amar es distinto, o tal vez no alcanzo a comprender las dimensiones de lo que tratas de comunicarme, quizá sea que sigo luchando por salir de esta capa espesa producto de tu amor para gritar que te amo, pero particularmente es muy probable que no te ame -me digo mientras te miro Sigue Leyendo...

Trance

El viejo truhán de vocabulario feo malsonante y desagradable, se iba acercando a la céntrica plaza de su pequeña ciudad. Caminaba mirando fijo, con extraños atuendos, vistiendo sin cuidado ni agrado, poca era la gracia. Y…mirada perversa de intenciones confusas, engañosas.

Se decía de éste individuo, se decía, rumoreando de oreja a oreja, de frivolidad a frivolidad, que este hombre sufrió una caída en trauma de accidente, fortuito trance de doloroso resultado y mala cura. Al parecer, sufrió intervención en las caderas.

Quisiera…

Quisiera saber todas las lenguas para descubrir muchas cosas limitadas por no hacerlo; sin embargo hay traducciones y eso ayuda pero no en su totalidad. Les invito a mis amigos a explorar por el mundo melómano al escuchar a dos grandes maestros de las letras, la música y por qué no de la literatura… Si ya los han oido, pues bien; pueden recomendarme algo de su autoría, estos son George Brassens (francés) y Leonard Cohen (canadiense hablainglés); son unos genios -al menos para mí forma de ver- ganadores de premios de literatura y expresados con un desparpajo tan real que identifica a cualquier persona normal o a cualquier persona en general.
Hay unas tonadas que sientes que te tocan el alma como Suzanne…
Les saludo niños! Sigue Leyendo...

Elemental, querido Watson. (Novela)

Sherlock Holmes comenzó a revisar todas las habitaciones de la vieja casa; mientras Watson observaba atentamente. Holmes sacó su libreta y comenzó a anotar nombres que a Watson le sonaban algo así como a chinos. No entendía nada de lo que Holmes estaba escribiendo. Tras finalizar esta tarea, ambos se sentaron alrededor de la pequeña mesa redonda que siempre estaba en la terraza de la vieja vivienda.

– Veamos que tal le funcionan hoy las células grises, querido Watson. Vamos a ver qué ha sucedido aquí.

Año Nuevo

Quería seguir viviendo como si fuese el último día de su joven vida.
Quería vivir el ahora, el instante.
Quería seguir siendo tan optimísta, tan vital…
Contagiar a todas esas “batas blancas” de energía y entereza.
Quería poder caminar sin ayuda.
Poder abrazar sin que su maltrecho cuerpo le doliera al hacerlo.
Deseaba no tener ese maldito cansancio, que ya era su amigo incondicional.
Soñaba y a veces, lloraba….
Nochevieja y de nuevo en un hospital.

El eterno viajero

Se podría decir que su vida fue una aventura.

En los últimos quince años se había mudado trece veces, un continuo ir y venir que incluyó vivir en cuatro ciudades distintas, sin contar los cientos de noches de hoteles y las muchísimas ciudades dentro y fuera del país que conocieron de sus pasos.

En cuanto al trabajo, desempeñó sus actividades, en el mismo período, en seis diferentes ocupaciones.

“El Tato” (Retrato literario)

Le llaman “El Tato” por la gran cantidad de horribles tatuajes que lleva a lo largo y ancho de todo su cuerpo. La cara, abotargada de tanto beber vodka de Polonia, que él cree que es de Rusia porque ignora que el tabernero Tomás le da “gato por liebre”, es más bien alargada desde la cresta del pelo siempre engominada con pegamento Imedio y cola de argamasa que usan los obreros de la construcción para unir los ladrillos, hasta la punta de la barbilla en donde luce un horripilante sapo de color verde tatuado de manera chapucera, parece un verdadero patatal. En la mejilla derecha, una especie de vampiro mal dibujado parece más bien un escarabajo pelotero alado y en la izquierda, el tatuador (un sinvergüenza hindú que le estafa sacándole buenos puñados de euros por cada uno de los tatuajes), lleva una especie de moscardón azul que él cree, debido a que siempre se pasa adormilado por la heroína, un verdadero lagarto chino. Sigue Leyendo...

Leyendas de la Catedral (Buenos días Agirregabiria)

Ahora que falt amuy poco para que comience la nueva temporada de la Liga Espñaola de Fútbol os traigo a la memoria este viejo relato que escribí hace años en estas páginas de Vorem.com del cual nunca jamás renunciaré a ser parte.

Cuentan las leyendas del pueblo que en la Catedral (el San Mamés de los vascos de Bilbao), hubo una vez un grupo de hombres rojiblancos, con corazón de león, que allá por 1956 lucharon y lucharon y lucharon… hasta conquistar la Liga y la Copa del fútbol español. Fue en 1956. Los once titulares eran Carmelo; Orúe, Garay, Canito; Mauri, Maguregui; Arteche, Uribe, Arieta, Marcaida y Gaínza. Había también otros suplentes como Lezama, Sertucha, Etura, Merodio, Bilbao… Sigue Leyendo...

Sueño…

Un gendarme, dos reos; una condena desconocida para estos personajes. Y es que el cuento se fijará en los condenados y del guarda, su trabajo inverosímil, valdrá un pepino.
Los toma, los ata y amordaza; los empuja y encarcela siguiendo órdenes superiores, y en una sucia celda como mi corazón de tanto golpe; los dos yacen en una situación igual en la que cada cual actuará como mejor le parezca. Y es así que el uno se desepera, quiere la libertad, quiere negar esa situación, quiere hacerla antagónicamente opuesta; el segundo o el otro piensa igual, quiere el libre movimiento y su libre accionar pero no pierde la calma y decide actuar distintamente. Sigue Leyendo...

Gesta Azul (Ciencia Ficción).

– !Aló!. !Aló!. !Aquí Szolnok 28 llamando al Control Central!. ¿Me escuchan?.

– !Aló Szolnok 28!. !Te escuchamos perfectamente!. !Cuenta!.

– !Centro de Control!. !Atención Centro de Control!. !No os escucho con claridad suficiente!. !Sólo oigo ruidos extraños!.

– !Szolnok 28!. !No te preocupes!. !Son unas inoportunas interferencias que en breves segundos las vamos a eliminar!. !No te apartes del Camborio!.

La Dama y La Esperpenta (Teatrillo Virtual)

La Dama.- Buenos días, Esperpenta… ¿por qué ya no sonríe usted nunca?.
La Esperpenta.- Porque tengo un dolor agudo en las muelas.
La Dama.- Quizás sea porque come usted demasiados turrones.
La Esperpenta.- No. No es por eso.
La Dama.- ¿Quizás sea acaso porque tiene usted fiebres agudas?.
La Esperpenta.- No. No es por eso.
La Dama.- ¿Puedo saber por qué entonces usted ya no sonríe nunca?.
La Esperpenta.- Porque se llevó usted la mejor parte.
La Dama.- ¿De qué cuestión me está usted hablando Doña Esperpenta?.
La Esperpenta.- De esa que usted y yo bien sabemos. Sigue Leyendo...

Déjà vu

Y cuando tu piel se hizo sed, mis manos te bebieron.
Gota a gota mis caricias te poblaron, agitando tu respiración.
Mi boca buscó la excusa de la tuya, y los besos largos y profundos se hundieron en ti, perdiendo en sentido al sentirte.
Solo sé que ardías, mi infierno te quemaba.
La ropa no fue impedimento, tal vez por ello mi pasión comenzó a recorrerte encima de ella, como sino existiera, como si no estuviera allí.
Será que besar tus caminos vestida incentiva las ganas de explorar, de avanzar, de llegar más allá.

Malvada Locura 3 (tercer relato de la serie Malvada Locura)

Malvada Locura-3
Tercer relato de la serie Malvada Locura

Autor: Vicent Cavalo
E-mail: vicentcavalo@gmx.es

Pasé tres días encerrado en la habitación de una pensión barata, fumando colillas y bebiendo aguardiente, sin desviar la mirada de un retrato enigmáticamente torcido sobre una pared sucia y destartalada, como la de una casa de muñecas tirada en la basura. Durante tres largos días me mantuve inmóvil frente al retrato de aquella mujer.

en shock

Todavía no soy consciente,
siento que estoy en una nube rara, en la que todo parece irreal;
una bruma invade mi mente y no me deja ver con claridad lo ocurrido;
siento como si estuviera sedada,
intentando evitar la inevitable e inminente yegada de mi gran y temida angustia;
oigo sus pasos acercándose,
siento como va llegando,
y su frio .

Malvada Locura 2 (segundo relato de la serie Malvada Locura)

Malvada locura-2
Segundo relato de la serie Malvada Locura.

Título: Malvada locura-2 (segundo relato de la serie malvada locura)
Autor: Vicent Cavalo
E-mail: vicentcavalo@gmx.es

Me despierto con el cuerpo tenso, tiritando, cubierto de sudor sin saber muy bien donde estoy. Cada noche la misma pesadilla, acosándome como una maldición y cuando despierto: ese dolor. Un dolor venido de las vértebras que me hiela por dentro. Sentado en la cama enciendo un cigarro. Tres, cuatro, cinco caladas desesperadas se suceden una tras otra. Abro aún más los ojos en la oscuridad para asegurarme que él no está ahí, a mi lado, en silencio, observándome. Sigue Leyendo...

Puke Love.

Intento mantenerme alegre, pero no puedo, la tristeza viene a verme.

Tengo que recurrir a mis amigos Jack, Martini, Jose Cuervo, etc para sonreír, para olvidarme de ti por unas horas, y ni aun así lo consigo, solo consigo tenerte mas presente. Dicen que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad… puede que sea verdad que estoy enamorada de ti, pero no tengo ni puta idea, esto es nuevo para mi, aunque no lo es la soledad, ese sentimiento de estar sola mientras estás rodeada de gente, ese sentimiento de que a nadie le quitas el sueño… Sigue Leyendo...

Los rescoldos.

El soldado norteamericano llegó en su Porsche descapotable con un gran cajón de comida para repartirla entre los niños y niñas del campo de refugiados situado en plena franja de Gaza. Eran las 6 de la mañana del jueves día 22 de julio del año 2010. Disfrazado como un tuareg del desierto, con barba de ocho días, lo hacía como prueba de buena voluntad.

El aire caliente del desierto había dejado en su rostro sus estragos y presentaba varias quemaduras de cierta consideración en su frente. El estado de alerta estaba vigente y, de vez en cuando, algunos aviones de las fuerzas armadas israelíes realizaban pasadas de vigilancia. Se había atrevido a saltar todos los controles y por ello era necesario que el gran cajón de comida no fuera descubierto por los sagaces pilotos hebreos. Sigue Leyendo...

Ven cupido, tenemos que hablar de tu puntería de mierda.

A la cima no se llega superando a los demás, si no superándose a si mismo.
La vida ha ido poniéndome una serie de pruebas, que yo he tenido que resolver como buenamente he podido. Estas pruebas son las que me han hecho ser quien hoy en día soy, las he superado todas, todas menos una: El amor.
¿Que coño te pasa Cupido? Tienes menos puntería que un viejo con Parkinson, chico.
Primero me mandaste un cani delincuente, después un puto perroflauta, después un cabronazo, después un niñato friki que me folló el corazón, ¿y ahora a uno de mis amigos? ¿Pues sabes que te digo, Cupido? QUE TE DEN POR CULO. Esta vez no te pienso hacer caso, esta es mi prueba ¿No? Una tentación. Pues paso de ti, de tus pruebas, de tus tentaciones y del puto amor en general. Sigue Leyendo...

part 1. III

Estaba sola en la cama, con el pijama de todos los días, con las sabanas resbaladas en el suelo y las cortinas de la habitación abiertas de par en par.
¿Acaso fue un sueño?
Se incorporó sacó los pies y buscó sus babuchas azules entre las sabanas que caían de la cama al suelo, entretenida tarareando una canción que le vino a la mente.
De repente oyó un ruido que llegó desde la cocina.
No fue ningún sueño.
Cogió una sudadera grande y apresurándose por el pasillo se la puso como pudo.

Historia de un idealista

En un libro que he leído hace muy poco sobre la guerra civil, hay en la introducción una frase del gran Albert Camus, el que fuera premio Nobel francés y también pareja sentimental de María Casares, hija del político republicano Casares Quiroga. En esta cita el escritor dice textualmente “Fue en España donde los hombres aprendieron que es posible tener razón y, aún así, sufrir la derrota; que la fuerza puede vencer al espíritu, y que hay momentos en que el coraje no tiene recompensa….”

Al leer esto me imagino que algo así pensaría mi abuelo en los últimos días de la guerra civil y en su posterior cautiverio allá en la finca de las Boticarias, que a la postre se convertiría en su tumba, aunque como a él mismo le gustaba decir, no en la de sus ideas. Sigue Leyendo...

Monólogo de la lluvia (reeditado)

¿Habéis visto la lluvia?. Esta lluvia de madrugada que ha colgado sus lágrimas en el perchero gris de la sombra de los juncos. ¿No la habéis visto?. ¿Pero si está cuajada en las horas de vuestros párpados sedientos?. ¡Es imposible que no la hayáis visto!. Ha llegado así, de repente, con la tristeza del niño acurrucado bajo el mantón de la abuela. Ha sido una lluvia de pequeños llantos colgados, como la rama del almendro que está ahora sollozando por la larga espera. ¿De verdad que no la habéis visto?. Ha sido una lluvia de mandrágoras saladas surgiendo de un vaporoso lagar de mares en tinieblas. Sigue Leyendo...

Dos maneras distintas de comenzar un relato.

Equivocada: “Una sigilosa sombra apareció en medio de la total penumbra”.
Acertada: “Un sigiloso bulto apareció en medio de la total penumbra”.

Explicación: Si damos por cierto que estamos en un lugar cerrado donde la penumbra es total es imposible que aparezca una sigilosa sombra en dicho lugar porque para que aparezca una sombra se necesita luz aunque ésta sea escasa. Por eso la primera manera de comenzar el relato es equivocada pues es una contradicción que hace no creíble a la escena. En el segundo caso sí puede ser correcto; porque a pesar de que la penumbra sea total un bulto puede moverse sigilosamente dentro de dicho lugar. En este caso no hay contradicción alguna y la escena es creíble. Sigue Leyendo...

parte 1. II

Empezó a dar vueltas en la cama, no podia dormir, estaba nerviosa. Notaba el calor de su piel con las piernas entrelazadas y permanecía inmóvil. No se atreveia a hacer ningun movimiento que pudiera despertarlo o que le hiciese cambiar de postura. Estaba serena, y observaba como respiraba a tan solo dos centímetros de su cara.
Intento adentrarse en sus sueños, se fijo tanto en su rostro, durante tanto tiempo que se creyó capaz de hacerlo.

La cama era cálida ahora que compartian sábanas, se habia combertido en un lugar seguro, estaba convencida de que si conseguía dormir tendría el mejor de los sueños. Pero se detubo a pensar que no quería soñar, que ese instante era mejor que cualquier sueño. Sigue Leyendo...

LAS PALABRAS NOS UNEN

Miro hacia atrás, presintiendo que una parte del recorrido de mi existencia se ha llenado con palabras. Me acepto en este permanecer callado un cierto tiempo, pero sé que la vida nos coloca en espacios que nos señalan hacia lo alto, lo compartido, lo que es comunión en su sentido etimológico. Y llegamos a recordarnos sin rostro, al abrigo de textos y palabras. Somos héroes de un espacio tiempo que otros vivirán como existencia veloz o voracidad de tiburones. Lo más sencillo, lo más simple tiene esa inagotable esencialidad de ser fuente de bien. Miro la vida de los otros y cada vez, encuentro que, en mitad del miedo, la enfermedad y los días grises, de nuestro jardín secreto una voz reclama nuestra atención: ser para esta comunidad humana, diferente en sus formas, lenguajes, modas y estilos…semejante en su necesaria humanidad, y aquí presiento días en los que el valor de las noticias es la muerte de uno, de miles de cientos…y nadie habla del último poema o la primera palabra dicha por un niño. Sigue Leyendo...

Prosa poética sobre el número cero

Que misión extraña, que profunda ingeniería de la nada, lleva algún día a los torpes humanos, a concebir un número tan raro, tan nadie y tan nynguno, como el número cero.
Será quizás porque cero veces he sido amado de veras, habie~do creído falsamente noventa y nueve, pero el cero tiene un misterio íntimo, una connotación entrañable, en su hermoso decir que no dice. Acaso los demás númers cuentan nuestros anhelos, matematizan nuestros deseos, indagan en nuestras intenciones que siumpre resultan fallidas. En camrio, no hay humano alguno que haya sido engañado alguna vez por el número cero. Yo con él cuento mi realidad, con los otros enumero mis fantasías. Sigue Leyendo...

parte 1

La brisa hacia temblar la llama del mechero, con el que Jesús intentaba encender el cigarrillo. Las manos algo sudorosas, no mantenían un pulso firme, sus ojos se resacaban y eso le hacia parpadear una y otra vez, una y otra vez.
Monse lo miraba detenidamente, lo observaba, analizaba todo aquello que estimaba oportuno para deducir lo que le ocurría.
Llegó con la chaqueta fría, casi húmeda, pensó que llevaba rato vagando por la calle.
Se fijó en su pulso, en sus ojos, en la manera en que se sentó sin querer reposar la espalda en el sillón, y con las piernas juntas y los pies de puntillas aunque llegase de sobra al suelo, algo inclinado hacia adelante. Sigue Leyendo...

Una carta y una flor

Casa siempre abierta para vosotros, casa de las flores que no perfuman, al menos como los aromas impregnan nuestros rostros, ellas perfuman de un modo silencioso, invaden los cuerpos de los que en general se acercan a ellas con olfatos demasiado dirigidos por la forma, forma de flor…
Necesito detener la carta que cada quince días escribía a sus sobrinos, algo casi impió se habia deslizado, obscenas sus manos, algo del orden de la desmesura.Sacudío la cabeza, acaricío su cuello e intentó escuchar Brahms.
Sabiá pero no quería pensar que algo había sido escrito y ella detestaba la violencia, la carta exudaba violencia.
Ella solo rogaba que Brahms no acabase… Sigue Leyendo...