Como la lluvia y el viento marcan hoy un día aterrador, me he quedado esta tarde en casa y no he hecho lo que debía: ir a mi clase.
Pero recordando una conversación de hace días con Alexis, que también parece frustrada por lo pronto que acabó el texto que hicimos entre algunos, y partiendo del texto inicial de Ismael únicamente, me he puesto a seguir el relato a mi aire.
Os consulto si queréis que lo ponga aquí o si ya es agua pasada que no mueve molino.
Cuando murió mi abuela yo era sólo una niña de trece años y ella siempre había vivido con nosotros. Al inmenso dolor que sentimos se vino a sumar un episodio insólito, apenas creíble, que a mí me tenía aterrada. Pero os aseguro que es verdad.
Alguno de los sepultureros (nunca llegamos a verle en persona) de la zona del cementerio donde está enterrada mi abuela debió darse cuenta de que la tumba no tenía lápida. Nada debió resultarle más fácil que conseguir el teléfono de nuestra casa, bien a través de los propios registros de la funeraria, o bien a través de la guía telefónica.Sigue Leyendo...
Cuenta con más de 4.000 estancias, 2.673 ventanas, 1.250 puertas, 15 claustros, 11 aljibes, 88 fuentes, 45.000 libros impresos, 5.000 códices, 1.600 cuadros, 540 frescos…
Junto al monte Abantos, venerado por los celtas, este Monasterio que está a sólo cincuenta kilómetros de Madrid contiene además el palacio de los Austrias, el palacio de los Borbones, la basílica, los panteones reales y un colegio. Suele ser muy frecuentado por los madrileños, se dice que es lugar de rodeado de leyendas y misterios, y el motivo de que Felipe II mandara construirlo fue, aparentemente, el triunfo en la batalla de San Quintín contra los franceses. Sigue Leyendo...
En este otoño en los que negros nubarrones se acumulan por encima de las casas y de las cosas vamos buscando nuestra afirmación de siempre. Buscamos la concordia pero las alas de la ignorancia vuelan en diferente dirección. Sabemos que no hay que ceder a la tentación de hacer frente a las miradas maliciosas, que siempre intentan sorprendernos fuera de juego.
Los malestares se crean por motivos baladíes, casi siempre por orgullo, y no bastan para apagar el fuego las mejores intenciones de quienes no son rivales sino compañeros que persiguen el mismo fin. Los malentendidos son algo insidioso, que mancha tanto al que desearía aclararlos como al que no quiere que se aclaren, porque la comodidad reside en echar la culpa al otro.Sigue Leyendo...
Mis pensamientos se revisten cada día de esperanza al ver que sigues estando. Hay muchos matices que una mente inquisitiva no puede por menos de analizar, aún a sabiendas de que puede llegar a una conclusión errónea. Hay muchos cambios que pueden ser achacables a los guiños que a veces nos hacen los dioses, sin que ello signifique que nos han retirado totalmente su protección.
Y me revisto de esperanza por ti, y también por ti, mi prima, que esperas unos resultados que no conocerás hasta pasado mañana y que nos hacen temblar en la espera. Esperanza duplicada por una prima que fue mi primera niña y por un amigo…Sigue Leyendo...
El arco iris está en el fondo de nuestras ilusiones al divisar la montaña que deberemos subir. Es un arco iris perfecto, sus colores destacan nítidos sobre el verdor de las laderas, sin quedar difuminados por la neblina como los de antaño:
Rojo como nuestra esencia vital
Anaranjado como la alegría que nos debe invadir
Amarillo como la fuerza que nos anima
Verde como la energía que restablece nuestro equilibrio corporal
Azul como la tranquilidad que nos embarga al hacer lo que es justo
Añil como el lenitivo para nuestros males
Violeta como la transmutación y la limpieza.Sigue Leyendo...
Me gustaría hacer mil preguntas: cómo, cuando, por qué… (y otras muchas de índole diferente). Pero mis labios están sellados, porque tropiezo con el muro de rocas que me cierran el paso.
También podría hacer mil y una recomendaciones, pero las aguas encrespadas me impiden seguir avanzando.
Nadie me ha dicho nada, pero quizá los pensamientos vuelan de forma incontrolable y yo sea un buen aparato receptor. Es sólo una teoría. Quizá es un estado de alerta continuo, en el que me adiestraron y en el que no me cabe mérito alguno.
Si no regresas ¿qué vamos a hacer? Si tu viaje es definitivo ¿cómo vamos a sobrellevarlo?
¿Cómo vamos a despertarnos cada mañana con la ilusión, aprendida de tiempos pasados, de saber que alguien con toda seguridad sabrá comprendernos?
¿Cómo vamos a quedarnos solos, huérfanos y sin tu apoyo?
¿Cómo va a poder funcionar nuestra imaginación, cómo vamos a expresar nuestras emociones, cómo, cómo, cómo?
Dínoslo tú, que todo lo sabes, que ahora sabes mucho más de lo que podemos saber todos los demás juntando nuestros conocimientos. Ahora que todavía estamos a tiempo de seguir aprendiendo de ti.Sigue Leyendo...
Venecia ha sido llamada “La Dominante”, “Serenísima”, “Reina del Adriático”, “La Ciudad del Agua”, “La Ciudad de los puentes” a lo largo de los siglos. Se respira en ella una atmósfera especial mientras se camina por sus calles y se cruzan sus canales por los innumerables puentes.
Venecia en general y la Piazza de San Marcos en particular son auténticamente mágicas de noche. Cada café de la plaza tiene en el exterior un estrado con su correspondiente orquesta y la música de un lugar a otro es totalmente diferente, sin interferirse entre sí dadas las dimensiones de la Piazza. La Basílica de San Marcos es bizantina y tiene un estilo de una gran belleza, muy opulento y recargado, que ha hecho que se le llamara “La Iglesia de Oro”.Sigue Leyendo...
París, de donde acabo de volver, tan bello como siempre, con un tiempo espléndido que nos ha permitido caminar hasta la extenuación. Un viaje que nos ha salido redondo en todos los aspectos, porque el tiempo, aunque aquí fuera lluvioso y frío, allí por el contrario era soleado y con la temperatura adecuada para moverse de acá para allá.
Los “bouquinistes” de la Rive Gauche tenían, por tanto, todos sus libros y grabados expuestos al aire libre, sin necesidad de protección. Los jardines del Luxemburgo llenos de gente tomando el sol, bien sentados en sillas, bien sobre el césped.Sigue Leyendo...
Gracias Namari, Gema, Diesel e Ismael por vuestras bellas palabras sobre mi texto “La foto”.
He estado fuera durante toda la semana pasada y no he podido agradeceros vuestros comentarios.
Un beso a tod@s.
Tengo una foto en mi casa, una foto de estudio de una niña. La foto es en blanco y negro, pero en tonos matizados; se nota que la hizo un buen profesional. La niña está de frente pero mira hacia su izquierda. Destaca una frente amplia, su rostro es un óvalo bien definido.
Lleva un abrigo oscuro, quizá marrón, su pelo está peinado en dos trenzas recogidas en lo alto de la cabeza con una pequeña lazada. La niña no es fea, aunque tampoco es una belleza. Sus rasgos son correctos, sus ojos ríen y subrayan la alegría de la sonrisa que curva ligeramente sus labios. Porque es una niña feliz. Tiene toda una vida por delante, se siente plenamente segura con sus padres y sabe cuál es su sitio en la familia. Sabe que es muy importante para ellos pero también sabe que tiene mucho que aprender. Sigue Leyendo...
Dedicado a Diesel, por aquello de las mitologías, y a Only porque estas manzanas se nos pasaron por alto en aquella ocasión.
Avalon es una isla legendaria descrita en la leyenda artúrica, famosa por sus bellas manzanas. Aparece por primera vez en el relato pseudo-histórico de 1136 de Geoffrey de Monmouth “Historia Regum Britanniae” (“La Historia de los Reyes de Britania”) como el lugar al que es llevado el Rey Arturo para recuperarse de sus heridas después de su última batalla contra Mordred en Calman, y donde fue forjada su espada Caliburn (Excalibur). El concepto de tal “Isla de los Bendecidos” tiene paralelismos en otras mitologías indo-europeas, en particular irlandesas y griegas.Sigue Leyendo...
Si hubieras tenido constancia de tus carencias, si hubieras sido consciente del peso de tu nacimiento, tu juventud se hubiera purificado y hoy los pájaros de la primavera te despertarían cada mañana de otoño.
Si no hubieras olvidado las bendiciones que llovieron sobre ti para correr en pos de espejismos opacos, tu madurez te habría aconsejado sabiamente y en tu corazón anidaría el amor.
Si no hubieras atendido las vanas palabras de los que querían igualarte y aún superarte, si no hubieras acallado las voces de tu bondad y de tus sentimientos, hoy te rodearía el verdor de los árboles, el aroma de las flores y el mundo sería tuyo.Sigue Leyendo...
Con los sentidos impregnados de los aromas del ayer, observo de lejos tus realidades de hoy y reconozco en ellas la esencia que traías contigo cuando volviste. Las luces del pasado te identifican y te nombran renovador de experiencias inacabadas, de tradiciones reverdecidas, de sabidurías heredadas. Llegas con tu brillo nacarado, tu prudencia innata, tu alegría de ser, y nos contagias de luz dorada que no se apaga hasta que te vas.
Si las cosas fueran como ayer, si fuéramos otros, las diferencias del hoy jugarían a nuestro favor. Si tú fueses él y yo fuese ella, nuestras energías se combinarían continuamente. Tú serías mi realidad diaria y te ayudaría a encontrar cada mañana la clave del día. Y tú me ayudarías a mí.Sigue Leyendo...
En el claro del bosque, los niños jugaban a atrapar la luz y sus saltos y cabriolas hacían crujir las pequeñas ramas esparcidas por el suelo. El perro les miraba desconcertado: nunca antes había estado con ellos en el campo y ni siquiera en el parque sus juegos eran tan agitados.
A lo lejos se oían voces que se acercaban. Era un grupo nutrido: toda la familia se había puesto ¡por fin! de acuerdo para ir de excursión. Los niños decidieron esconderse para asustar a los mayores y corrieron hacia un grupo de árboles cuyos gruesos troncos les proporcionarían un escondite seguro. Y allí era donde estaba la pareja besándose ardorosamente, sin reparar en nada de su entorno.Sigue Leyendo...
Ha tenido una carrera cinematográfica prolongada como pocas. Ha sido un hombre que ha estado en la cima de la popularidad, que sin embargo no ha protagonizado ningún escándalo en su vida, que ha sido considerado como un gran filántropo y que, además de ser brillante como actor y físicamente muy atractivo, nos ha obsequiado con unas películas que siempre quedarán en el recuerdo. Películas por las que no parece pasar el tiempo y que resultan tan estupendas hoy día como hace veinte o treinta años.
De padre judio y madre católica, según su biografía más extensa parece que su carácter era un poco quisquilloso en su primera juventud y que como consecuencia de ello tuvo algunos problemas. El tiempo sin duda fue aquietando su carácter con la ayuda de una profesión en la que debía sentirse como pez en el agua.Sigue Leyendo...
Se llamaba ‘Real Sitio del Buen Retiro’, y cuando fue construido en el siglo XVII comprendía un palacio y unos jardines. Hasta allí se retiraba el rey Felipe IV a descansar, porque entonces se encontraba a las afueras de Madrid. Era tan amplio que en su interior los monarcas cazaban y navegaban en góndolas por sus canales. De aquel conjunto actualmente sólo quedan algunas partes del palacio: el ala del Salón de Reinos (hasta hace poco Museo del Ejercito) y el Casón del Salón de Baile (hoy Museo de Pintura del s. XIX) y gran parte de la superficie de sus jardines con algunos elementos de su trazado.Sigue Leyendo...
Nuestras vidas, a veces, parecen esas ramas de árboles zarandeadas por el viento huracanado: nunca sabemos cuántas hojas vamos a perder antes de que llegue la calma.
Pasa la tempestad y todo parece volver a la normalidad. Pero las hojas arrancadas por el vendaval ya no vuelven a su sitio. Habrá que esperar mucho tiempo, hasta la siguiente primavera, para que el árbol vuelva a vestirse con todos sus adornos.
Pero a diferencia de los árboles, nuestras vidas a veces no se reponen de las hojas perdidas, de aquellas ilusiones que han sido sacrificadas por el vendaval, y simplemente se van marchitando. Sigue Leyendo...
Una luna menguante, colgada en el firmamento en el mismo punto por el que sale el sol cada mañana, parece que me quiere decir lo que tengo que hacer. Los árboles me susurran que no le haga caso. Al fondo, las notas, casi apagadas por el ruido del escaso tráfico, de una música desconocida interpretada por un instrumento que no puedo distinguir: quizá sea un saxofón. Nunca me ha gustado la música de saxo.
Un cigarrillo aquí y ahora, cuando no molesto a nadie, cuando nadie se aleja de mi con un respingo cuando vas a encenderlo al aire libre. Estoy en mi casa y puedo fumar sin que nadie me haga sentir con su mirada que estoy destruyendo el Planeta.Sigue Leyendo...
El saltamontes (o saltador de hierba en inglés) entró por la ventana de una habitación. Se aferró al visillo y hacía un ruido bastante peculiar. Así fue como lo localicé. Me daba algo de reparo: no quería tocarlo, no ya por miedo sino por no hacerle daño. Subí la persiana y, como seguía aferrado al visillo, di a éste un empujón y el bichejo cayó al jardín. Espero que le vaya bien.
Hace días, de noche, entró por otra ventana lo que creí, por el ruido que hacía al volar, un moscardón. El gato anduvo como loco para ver si lo pillaba, pero apagué la luz y todo se apaciguó. A la mañana siguiente volvió a volar y me di cuenta de que era una abeja grandísima, supongo que sería una reina. Pude salvarla del gato descorriendo la cortina y la abeja afortunadamente salió huyendo.Sigue Leyendo...
He recordado la famosa saga de “Los Thibault”, que consiguió en 1937 el Premio Nobel de Literatura, en la que Roger Martin du Gard narra los prolegómenos de la Gran Guerra y se refiere a la figura de Jean Jaurès, que convocó a los obreros de todos los países que estaban al borde de enfrentarse en el combate a unirse para alejar “la horrible pesadilla”. Su toma de postura en pro del pacifismo, poco antes del desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial, le hicieron impopular entre los sectores nacionalistas y un exaltado fanático le asesinó, en el Café du Croissant de la calle Montmartre de París, una semana después de su discurso, y tres días antes de que se iniciaran las hostilidades. Sigue Leyendo...
Entonces ella me dijo que lo que más echaba de menos del pasado eran las risas, esas risas que nacen de la despreocupación de unos tiempos más tarde añorados, que un buen día sacamos de ese pequeño rincón donde guardamos nuestras mejores impresiones y nuestra alegría de vivir.
Y me lo dijo llorando a mares. Yo sabía que sus lágrimas de ahora y su añoranza de aquellas risas eran algo que surgía puntualmente como consecuencia de un mal día, o de algún plan que se hubiera desbaratado. Incluso podían deberse a algún cambiante estado de ánimo del “misterioso” ciclo de la mujer. Nada en realidad preocupante.Sigue Leyendo...
En estos tiempos en que tanto se analiza todo y se critica mucho lo del vecino, se nos suele pasar por alto (a mí la primera) todo lo que tenemos nosotros mismos de criticable.
Se me ha ocurrido esto mientras estaba en una de esas tareas de reparación que me encantan y que ocupan las manos mientras dejan libre el pensamiento. Precisamente repasaba la actitud de un familiar y tenía sumamente claro lo que en su reciente actuación veía yo de inadecuado. Hasta que me he dado cuenta, como en un fogonazo, de que últimamente mis actuaciones son idénticas, quizá no en la forma pero sí en el fondo.Sigue Leyendo...
Ana se encontraba en una especie de estado letárgico, esperando que Alberto le despojara de la braguita del bikini y la hiciera suya. Pero, al escuchar las últimas palabras de Alberto, salió de repente de esa ensoñación.
– ¿Cómo, qué dices, Alberto? ¿Es que no ves que yo no amo a Ricardo, que el único que existe en este mundo para mí eres tú?
Alberto parecía muy seguro de sí y de lo que iba a decir. Sus ojos no se apartaban de los de Ana y sus manos seguían acariciándola, como para devolverla al trance anterior.
El escepticismo, que proviene del griego “skeptesthai” (examinar), es el enfoque filosófico de que es imposible saber nada con absoluta certeza, ni conocer el mundo tal y como “realmente” es. La palabra también puede significar resistencia a la hora de aceptar algo moralmente sin pruebas suficientes.
Filósofos y eruditos de todos los tiempos han utilizado esta palabra y han ido puliendo y cambiando en cierta medida su significado, desde la escuela de filósofos griegos (“Skeptikoi”), de los que se decía que “no daban nada por sentado, sino que únicamente opinaban”. Sigue Leyendo...
… Y entre las plantas
de hierbabuena y sándalo
pasearemos, y la luz del día
hará que huya el recuerdo
de tiempos alegres y tristes:
el presente es lo importante.
… Y entre tomillo y romero
iremos hacia la cerca,
y nos subiremos a ella,
y pisaremos sus pizarras,
para encontrar la esperanza.
Ellos nos mirarán desde la casa
pero no podrán acercarse
ni hablarnos. No están aquí.
Sólo pueden velar por nosotros
desde lejos. Desde muy lejos.
¿Cómo puedes haberte comportado así conmigo? ¿Cómo destruyes una relación que lleva durando tantos años? Y, sobre todo, ¿cómo me has ofendido de esa forma mandándome una fría carta?
Me siento humillada, vejada, dolida. Cuando ayer leí tu carta, te llamé inmediatamente para intentar arreglar las cosas: todavía creía que debía tratarse de un malentendido. Pero no, alguien en tu nombre me confirmó lo que yo temía.
Yo te he sido fiel durante todos estos años, a pesar de los cantos de tritones que he escuchado de vez en cuando.
Cuando Miguel Hernández , el poeta de Orihuela (1910-1942) escribió la estrofa final de su “Elegía” (a la muerte de su amigo Ramón Sigé (alias de José Marín Gutiérrez, fallecido repentinamente en las navidades de 1935) poco debía imaginar que no tardaría demasiados años en seguirle. La tuberculosis acabó con su vida en 1942 en el penal de Ocaña, donde se encontraba cumpliendo una condena de treinta años.
En su poema hay estrofas en las que se aprecia claramente su estupor y su dolor ante la muerte del amigo mientras él está ausente. Cuando se lo comunican y vuelve a Orihuela apresuradamente, hace cinco días que Ramón ha sido enterrado.Sigue Leyendo...
Mi madre tenía un altísimo sentido de la economía. Cuando yo era niña me compraba los zapatos de diario en una tienda del Centro, bien conocida y vituperada por todos los de mi generación. Era un calzado durísimo, aparte de feo. También me compraba los guantes de lana en otra tienda del Centro, que se anunciaba mucho por la radio con la voz de un loro que cantaba las excelencias de su mercancía. Esos guantes me avergonzaban terriblemente porque olían a borra que mareaban. Así que cuando iba a entrar a algún sitio o a encontrarme con mis amigas, me quitaba antes los guantes aunque estuviera helando en aquellos inviernos de entonces de la Meseta.Sigue Leyendo...
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