Todas las entradas de: Yopis

El espejo-ventana

Me encontraba apoyada displicentemente en la jamba, con un cigarro colgando de forma despreocupada de una de mis comisuras, y mis manos sumergidas en los bolsillos de mi pantalón, dejaba correr el tiempo… Contemplaba el flujo callejero con esa sonrisa burlona, apagada y desesperanzada… casi cínica.

Mi principal entretención es el soliloquio:
(“Mira ese viejo cojo, arrastrando penosamente su cuerpo, apoyado en un bastón… ¿Por qué los viejos no morirán más jóvenes?… ¿Qué gracia puede tener vivir en esas condiciones?…”).
(“Y esa mujer regañona y agria, tirando a empellones a su hijo harapiento y sucio, mientras con su otra mano arrastra el bolso sucio con los escuálidos alimentos que acaba de mendigar… ¿Por qué se esfuerza en vivir y dar vida a más renacuajos sin esperanza…?”. Sigue Leyendo...

Tic Tac

Tic tac, tic tac clock
me arrancaste el corazón,
lo estrujaste con pasión
y ahora tuya soy.

Tic Tac, tic tac clock,
como pasa el reloj…
y cada día junto a ti,
más te amo yo…

Tic Tac…

Con respecto al dolor infinito

Creo que debo aclarar algo.
Siempre he sentido que ando vagando por todas partes, pero que aún así, la casa de mi mamá era un refugio seguro. Tengo 19 años y recién he salido de casa. Vivo en una cuidad cercana. No tengo casa, arriendo una casita pequeña, de la cual me cambio cada semestre. Sé que es la ley de la vida, como dicen algunos, pero ahora, me sentí tan desolada…no tengo hogar y eso duele.

Saludos

Buscando ser buscada

Después de discutir con su marido, salió a la calle avanzada la noche. Dejó la puerta abierta con la intención de que él sintiera su ausencia y saliera a buscarla. Detuvo sus pasos en la plaza cercana, acomodando su pena bajo la luz de un farol. De improviso sintió pasos. Emocionada, pensó que era él, buscándola. Por el contrario, vio la mano de un desconocido salir de las sombras y arrebatarle la cartera. Sollozando regresó a su casa. La puerta aún estaba abierta y el marido continuaba inmóvil viendo la televisión. Al verla, él le preguntó: “¿Para dónde vas?”. Sigue Leyendo...

Feliz cumpleaños

María Guzmán cumple hoy 17 años, pero no muestra un rostro espinillento ni senos que desvíen las miradas de los hombres. No está en casa de alguna amiga escuchando reggaeton o tarareando baladas de moda. No está gritando contra su madre desde su habitación. No está tirada en el living rayando cuadernos con el nombre de algún muchacho… María Guzmán cumple hoy 17 años. Estática, morena, y niña aún, sonríe desde el reverso de una caja de leche bajo el título de “Niños perdidos”.

Malas noticias aclamadas por la crítica

El autobus empantanado en un taco de verano. Pocos pasajeros. Un payaso sudado repite los chistes de diez veranos atrás. Pocos prestan atención. Nadie ríe. Interrumpe el sonido de un celular. Algunos revisan sus ropas, sus carteras. Pero el llamado escapa de uno de los coloridos bolsillos del payaso. Coge el Teléfono. Alcanza a pronunciar dos o tres palabras. Se deja caer en un asiento vacío. Algunos se vuelven en sus asientos al oír sus sollozos. Entre lágrimas, su cara se deshace entre blanco, mentira, noche, sangre, sudor, hueso y carne. Y todos buscamos una moneda para pagar semejante espectáculo. Sigue Leyendo...

Aceras de la vida

Una vez más, Rossana deambula sin rumbo al salir de la universidad. La soledad se adivina en su actitud. En dirección contraria camina Aldo, quien puede hacer inmensamente feliz a Rossana. Si se encontraran y se conocieran, serían de esas pocas parejas que logran encontrar la verdadera felicidad, aunque fuera al atardecer de sus vidas. Ambos están a media cuadra, y ocupan la misma vereda. Es innevitable el encuentro. Pareciera que el destino les ayuda en su prometedora unión. Pero justo en ese momento, sin causa aparente, Rossana cambia de acera. Sigue Leyendo...

Espectador anónimo

Terminando de convencerse que saltar al vacío desde el balcón donde estaba era la única salida a sus problemas, el suicida se distrajo mirando una pareja que llegaba al mismo edificio. Se fijó como ella le pedía a él que la esperara, mientras entraba y éste, nervioso, caminaba en círculos fumando. Levantándose y haciendo puntería hacia la acera, vio salir a la mujer con un papel que le entregó a su acompañante. Éste lo arrojó y, saltando, la abrazó dando vueltas para luego besarla y arrodillado acariciarle el vientre. El espectador anónimo sonrió… suspiró…y decidió bajar por las escaleras. Sigue Leyendo...

Aquella mañana.

Aquella mañana tocaba el violonchelo en la entrada de la catedral de Osorno. El poco dinero que ganaba me alcanzaba para vivir dignamente. No como hubiese querido la Marcela, claro está. Ella quería que trabajara en la empresa de su padre. Pero yo amaba la música, tanto como a ella. Por eso tal vez le dediqué mis melodías. Aquella mañana la recordé más que nunca, se cumplía un año sin vernos. Aquella mañana cayeron $10.000 dentro del estuche del violonchelo. No pude evitar levantar la vista, sólo seguí el ruido de sus tacones perderse por el corredor. Sigue Leyendo...

Los adioses de papel.

He conocido a Mario. Él no sabe cuál es el motivo del viaje de su abuelo. Han cruzado la cuidad. Mario está confuso, pues su abuelo carga una maleta. Se estacionan en una calle. El abuelo, el padre y el chiquillo, descienden. El anciano besa a Mario y camina hacia una gran casona arrastrando los pies. Mario y su padre han llegado a casa. Mario ha entendido. Se dirige al garaje, para luego subir al cuarto con un bolso, pero antes de hacerlo, su padre le pregunta: “¿Qué harás con eso?”. Secamente, Mario responde: “La guardaré para ti”. Sigue Leyendo...

Sobre azul

Hoy es viernes y tengo que despedir a Echeverría. Mi jefe piensa que ya se lo dije. Pero no es tan fácil. Echerverría es como veinte años mayor que yo y, cuando llegué a la empresa, fue el único que no pensó que mi puesto lo merecía él. Desde mi oficina observo la calle y podré ver cuando llegue. Él siempre anda acompañado por un libro. Ahora mismo debe venir en el Metro releyendo alguna historia de Cortázar o Borges, sus favoritos. “¿Para matar el tiempo Echeverría?”, le pregunté cuando recién nos conocíamos. “No”, me dijo, “para hacerlo vivir” Sigue Leyendo...

Falta de sueño

Chofer maneja malhumorado luego de cuatro horas de sueño (la bruja). Colegial sube medio dormido luego de tres (la noviecita). Chofer lanza monedas al rostro del colegial. Colegial dice improperios sin ningún recato. Chofer detiene la máquina, insulta mejor que el muchacho. Colegial intenta avanzar hacia el fondo. Chofer saca fierro que oculta bajo el asiento (nunca se sabe con los delincuentes). Colegial saca navaja que lleva muy a mano (la gente está tan mala). Chofer golpea a colegial, colegial punza a chofer. Ambos descansan el hospital. Hora de defunción de ambos? 10:40 am.
Doctores resuelven que la falta de sueño hace mal para la salud Sigue Leyendo...

Cara o sello

Tengo el listado, pero el fin de semana no lo pude decidir. Sé que debo reducir el personal, pero a quién despido. Al gordo Sanhueza, a la chica Susana, a mi compadre Diesel o a la Carlota. Quizá a la vieja Elena, que le queda poco para jubilar. A María ni pensar, espera bebé y el novio la dejó botá. Cómo lo hago, a quién elijo. Todos somos amigos, cómo se los voy a decir. Debo ser profesional, los sentimientos deben quedar fuera. Una moneda. Sí, una moneda.

El blanco perfecto

Ahí viene el Metro, atestado de gente como todas las mañanas. Escojo con la mirada desde el andén a mi víctima, mientras repaso mentalmente el plan. Se abren las puertas. El último en bajar es un hombre todavía somnoliento. “Mi víctima”, digo para mis adentros. Él me mira de reojo y entonces ataco: “Hola, ¿cómo está?, que gusto verlo!!!”, y le doy un fuerte abrazo junto con una sonrisa. Luego me subo y avanzo por el carro. Él gira. Las puertas se cierran y veo con satisfacción su cara de incertidumbre. Pobre hombre, pensará todo el día en quién le saludó, y yo, no puedo esperar hasta mañana para escoger una nueva víctima. Sigue Leyendo...

La caja de seguridad

En medio de la muchedumbre, los más increíbles objetos aguardan al comprador. Entre el olor a sahumerios, flores y chocolates, me encuentro con una robusta caja de seguridad. La había buscado algo así en una feria desde hacía años. Me extrañó el precio y la revisé incrédula. Entonces, me di cuenta de que estaba cerrada. Sorprendida, me enteré de que no tenía la clave y que se vendía así como estaba. Le pregunté a la señora qué había en el interior, a lo que respondió: “Vaya a saber uno. En todo caso, está incluído en el precio” Sigue Leyendo...

Cómo descubrir a un extraterrestre en el Metro

Primero tienes que desechar algunos prejuicios.
Piercings, tatuajes, cabelleras fosforescentes o ropa estrafalaria no son signo alguno de provenir de otro planeta. Fíjate mejor en otras cosas!. Por ejemplo: los que viajan sentados en el piso (son yoghis intergalácticos), los que se ríen solos (atento, tienen armas de rayos), los que viajan con ojos cerrados y los mueven bajo los párpados (son telépatas, están procesando los pensamientos de la gente alrededor), a los que leen (es una patraña!…. los libros son en verdad una ventana al hiperespacio). Cuídate de los que leen. Son los más peligrosos Sigue Leyendo...

Me voy

eso.. me voy de mi casa mañana, me marcho a la universidad, a estudiar terapia ocupacional.. =)
asi que no me verán en un buen tiempo publicando, ya que tiempo casi no tendré entre tantas cosas que deberé hacer.
Saludos para todos y espero volver con mi pluma lista para volver a escribir mi destino.

-R-

Sueños en rumbo

El semáforo me guiña peligrosamente su ojo amarillo y… el muy desgraciado!! Con su insolente pupila roja me detiene violentamente. El conductor del auto a mi derecha parece que no tiene prisa alguna. Se lo ve relajado, hasta canturrea! Claro, con semejante auto, seguro que es uno de esos ejecutivos o empresarios platudos, manga de ladrones que lucran a costa del pueblo, a costa mía, de mi esfuerzo, de mi miseria. Pero ya verán! Eso está por terminar. Ya verán. Uff! Qué calor! Me estoy derritiendo. Y el semáforo maldito sigue en rojo! Como si uno tuviera toda la vida para esperar. Como si yo pudiera seguir esperando! Y este asqueroso calor! Pero el pituco de al lado ni se entera; claro, en su auto brillante, con su regio aire acondicionado y su música de cd y su ambientador de pinos y brisa marina… Esa es vida. Pero ya verán. Al fin, amarillo… y en tres golpes de corazón, ya está! Verde, eso es. Vamos, vamos alma mía. Sigue Leyendo...

Escribir la historia

De la historia de mi vida; quisiera poder escribir algo, pero aún no puedo. Ya llevo largo tiempo en esto, intentándolo. Tengo la sensación que para poder siquiera hacerlo, falta aún.
Ese es el primer problema. Todavía no he nacido. Vivo al interior de una joven señora a la que elegí por madre en esta vida. Ella es dulce, preocupada y un poco temerosa. Cuando me muevo y trato de mirarme, se asusta, y corre al hospital con el señor que duerme con ella. Quizás si es el mismo al que elegì por padre; antes no roncaba.

Parece que en esta piscina transparente que me envuelve por completo, los movimientos, aunque sean pocos, crecen.
Es hasta divertido, porque siempre floto, nunca tengo frío ni calor; tampoco hambre. Nada parece faltar. No es que me mueva mucho, estoy sujeto a un ancla. Una trenza roja que sale de la mitad de mi, y va hacia arriba. No puedo ver bien donde termina, tal vez mi madre la sostiene, y debe sostener firme, a veces las aguas se agitan mucho. Es que en el último tiempo hasta tengo ganas de patalear, los remolinos que se forman me hacen cosquillas. Sigue Leyendo...

Alma infantil, Hermann Hesse

“A veces actuamos, nos movemos, hacemos esto y aquello, y todo nos resulta leve, fácil y en cierto modo espontáneo, parece que está en nuestra manos obrar de modo diferente. Y otras veces, a otras horas, todo lleva el signo de la necesidad y cada respiración nuestra está marcada por el destino.
Los actos d enuestra vida que llamamos buenos y de los que nos resulta fácil hablar son casi todos del primer género, ”ligeros”, y los olvidamos pronto. Otros actos, de los que nos cuesta hablar, no los olvidamos nunca, son como más nuestros que los primeros y su sombra se proyecta ampliamente sobre todos los días de nuestra vida…” Sigue Leyendo...

Palabras

– Siempre me han gustado los telegramas, tienen algo especial, quizás es mi vena de romántica, las frases medio cortadas tienen algo de amor secreto, de romance a medias, de besos apurados en las sombras. Si señor, los telegramas son pequeñas historias escondidas. Es por eso que cuando me aceptaron en la oficina del correo, en este pueblo, a pesar que queda tan lejos de mi ciudad, dije que si sin pensarlo, ya ve usted que tengo mucho de romántica. Ayer llegó este, mírelo, léalo con calma, sin apuro, aún es temprano, a esta hora no entra mucha gente. ¿lo ve? Me imagino que tras esa palabra, hay todo un mundo, una intención, una necesidad, quizás una declaración… Sigue Leyendo...

El rigor de la ley

Todo esto era más emotivo cuando existían las lloronas, institución antigua que tanto realce daba a un funeral. Ahora, apenas la viuda gime un poco, sentada frente al cajón a un par de pasos de mí. Cada tanto, su hija, sin demasiadas muestras de dolor, la acompaña hasta el baño, y vuelven con el rostro colorido, repasado de polvos cosméticos. Hace un rato llegaron unos parientes del difunto. La viuda recibió el pésame con cara compungida, “Dios lo tenga en su santo reino”, y pronto la conversación sobre lo cotidiano, acerca de la herencia, siempre escasa, distendió el ambiente. Sigue Leyendo...

Ella y EL

Ella se encuentra sentada, tejiendo y temblando. Ya son las diez y cuarto, y él aun no aparece. Piensa en ponerse de pie y correr, tal como lo había pensado en varias ocasiones y, como en aquellas, se queda sentada, soñando con la posibilidad de escapar algún día. Él aparece, como debía hacerlo: Golpeando, gritando, bebiendo y dudando.

-¿Qué haces despierta a esta hora? –pregunta sosteniendo su cuerpo contra el marco de la puerta.
-Nada, pensaba, tejía –responde, asustada.
-¡No te creo!

Y no le creyó. Nunca creyó en ella.

Demian, Hermann Hesse

Es un poco… como decirlo? Me provoca una mezcla de mística… de un poco de dolor, admiración y también una pizca de búsqueda innhata este libro. Creo que sin duda fue uno de los esos libros que te marcan de por vida si los lees en el momento preciso de tu vida… en el momento en que estás vulnerable a cualquiera cosa… a los comentarios… a las miradas… y por sobretodo a las letras. No puedo evitar pensar en mi hermano Patricio cada vez que leo esta obra maestra que es Demian. O acaso… ¿Quién que haya leído Demian no se ha sentido un Sinclair? Absolutamente perdido, buscando una luz de admiración, algo que seguir, una ruta que crear, alguien a quien admirar sin fin. Esto es lo que me sucede a mi cuando leo este libro… me siento pequeña, me hace sentir un poco fracasada y disminuída… pero a la vez… me hace querer seguir adelante… querer alcanzar “a mi Demian”.
Les invito a encontrarse con ustedes mismos… sé que en algún momento creerán que encontraron a Abraxas… al menos esa es la concepción que yo tengo sobre Dios ahora… Descúbranse, sin miedo, y verán como através de las letras, su vida dará un vuelco increíble… especial… diferente… un cambio de verdad Sigue Leyendo...

Justo Medio

El taxi me dejó casi al frente de la casa.El olor a campo comenzó a invadirme de inmediato.Después de años volví a sentir el ruido del maicillo al ser pisado por mis pies.Me recordó cuando era niña y me rompía las rodillas. Buenos tiempos, sin duda.Entré a la casa por la puerta de la cocina, estaba la Jovita sacando hielo del refigerador. Al verme dió un grito y botó la cubeta al suelo.

– ¡Rossana, mi niña!

-Tanto tiempo, Jovita…

-¿Que le pasó a sus cejas, mi niña?

-Ufff.Después te cuento. ¿Mi mamá está en el comedor? Sigue Leyendo...

Noche de San juan

Era una oscura y lluviosa noche, las estrellas habían caído sobre Santiago de Chile. Estábamos todos en casa, la magia se sentía en el aire y el misterio en nosotros.
Los espejos cubiertos con trapos, tinta bajo las almohadas y vino tinto servido en copas.
Frente a la chimenea, yo junto a mis primos; decidimos contar historias : “¡Comienza tú!”, le dije a uno de ellos, pasado un ruidoso y temeroso trueno, mi primo comenzó: “Era una oscura y lluviosa noche, las estrellas habían caído sobre Santiago…”

Arte

Era un día soleado. Venía saliendo del colegio. Suena mi celular, era él:
-Te estoy esperando donde acordamos
Aceleré el paso, cruce todo el parque de la cuidad de osorno (en chile), llegué al lugar de la cita (el museo de bellas artes), estaba sudando, sería la primera vez que lo vería!.
Llegué a la esquina… lo vi desde lejos con miedo. Me acerqué, lo miré, me saludó muy cortés, me besó en la mejilla y recorrimos el museo, donde se exponían unas obras de Van Gogh.
Al terminar la cita, me besó.
Desde entonces, no puedo dejar de pensar en girasoles y en noches estrelladas, acompañadas de un campo de cipreses. Sigue Leyendo...