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Reflexiones

Retazos de nada…

Las arañas asoman por las heridas, mientras tú arañas, en un último suspiro, la puerta entreabierta buscando la salvación de tu alma.
Demolemos el universo con documentos, que imprimimos en nuestros bancos…
¿De cuantas fracciones de segundo se compone una vida…?
A lo largo de la historia, la existencia se nos representa de múltiples formas y si indagamos un poco en la herida de los tiempos, veremos que casi siempre ha sido tediosa, miserable y corrupta…eternamente han existido ricos y pobres, afortunados y desgraciados, enfermedades y curas, arribas y abajos, negros y blancos, rojos y azules, claros y oscuros, más y menos, risas y llantos, bienes y males…hoy pienso y puedo pensar lo mismo que pensaba en mi adolescencia. Contradictorio sí, pero todavía llevo en mi equipaje de camino, mi juventud, junto a mi infancia y presencias de antesdeayeres… Sigue Leyendo...

En ladrillo

Si me faltan esperanzas para
entender a este rubí,
será porque se ha convertido
en ladrillo;

en triste cutre de acero,
en calma doméstica,
en curvas paredes, en manos con sangre,
en recorte,
en números suicidas, fechas, días y direcciones,
en el Manifiesto de un perfume,
en él y compañía,

Niño

Niño, ellos no han podido conocerte.
Ni ella, que sin que se notara hubiera puesto extremada atención en todas tus palabras y tus gestos, que hubiera corregido suave pero con insistencia lo que le hubiera parecido inadecuado. Que hubiera observado cómo y cuánto comías, para animarte a hacerlo bien, que te hubiera enseñado a utilizar correctamente los cubiertos, que hubiera corregido tu postura en la mesa. Que hubiera estado siempre pendiente de ti, sin que tú lo sintieras, como lo hizo con todos nosotros.

Infancia

Dejadme ir hacia atrás.
Dejadme visitar, por un día,
aunque sea sólo por un rato,
una Nochebuena de mi infancia.

Dejadme caminar una tarde,
de la mano de mi madre,
por el centro de la ciudad,
dirigiéndonos a un recado,
mientras suenan las campanas

Adelante corazón… !adelante!.

Hoy es toda una noche improvisada e imprevista donde la avanzada sensación de la tormenta de los pensamientos nos ayuda a sentir. Tocamos todos nosotros las puertas del alma humana para henchirnos dentro de un grito monocorde. !Hola!
!Bienvenida a la luz de la fontana nocturnal, tú, ligera luna de las ensoñaciones!. Es el valor del momento de nuestra bohemia azul (siempre tan llena de estrellas), el que nos sumerge en el camino y nos hace contemplarnos como compañeros y compañeras de este viaje ancestral en que hoy, hoy mismo y en la madrugada del mañana, se nos conforma el punto “cero” de las letras infinitas. Mañana, en la próxima noche-luna de mañana, os hablaré, compañeros y compañeras del alma bohemia de la voremia azul, de este punto “cero” que tan dentro siento en mí. Solo quiero deciros esta noche-estrella que la máxima expresividad de toda esta odisea es el corazón. Adelante corazón… !adelante!. Sigue Leyendo...

Si quieres herirme

Si quieres herirme de verdad, tienes que aprender a ser más certero: no basta con recurrir a tópicos, inventar frases que nunca he pronunciado, atribuirme descalificaciones que nunca he hecho.

Si quieres herirme, deja salir el niño que hay en tí y busca con cuidado, para asestar el golpe, el arma entre todas aquellas que sin duda guardas desde la infancia.

Si quieres herirme, olvídate de que me crees de la dureza del acero, olvídate de mis tribulaciones pasadas, de las condiciones adversas desde las que supimos construir la paz y la armonía, algo muy parecido a la felicidad. Sigue Leyendo...

Los vidrios

Si intento retroceder al génesis
de cada lágrima volcada al mundo,
no logro más que conversar con libros rotos,
con amarillentos perfumes que envuelven
el pasado que flota en la tranquilidad
de un niño,
que se esconde tras los martillos
siniestros de la locura,
desde donde nacen los más fieles
impedimentos.

Lamento

¿Por qué venís, si no os gusta esta ciudad ni os gustamos sus habitantes? ¿Qué extraña fascinación os impulsa a coger el coche, meter en él a la familia y venir corriendo para acá en cuanto tenéis el mínimo de tiempo?

¿Por qué, luego de ir estorbando el paso por las aceras, mientras habláis a gritos, nos decís confidencialmente en la barra de un bar que esta ciudad huele mal?

¿Por qué, una vez que habéis vuelto a vuestros lugares de origen, nos criticáis tan fieramente, nos tacháis de privilegiados, de ladrones, de acaparadores? Sigue Leyendo...

Otro Puerto

Entre las líneas de un mapa
circular que dibujaba el atropello
ensimismado de la espera,
algunas voces solían venir
a buscarme, envueltas en
finos tapados de cristal,
que destellaban un millón
de luces maquiavélicas.
Eran tiempos de alquiler,
de horas pasadas bajo
tumultos enardecidos
de insignificancia.

Hemos vuelto al orientalismo

Me contaban de niña mis abuelos que antes de la Guerra Civil hubo, supongo que en todas las grandes ciudades españolas, una gran cantidad de chinos vendiendo collares y abanicos por las calles. Los vendían a peseta la unidad.

Actualmente, muchos años después de que el modernismo lo descubriera y lo reflejara en sus obras, hemos vuelto al orientalismo. Irremediablemente, como si estuviéramos a finales del siglo XIX, como si fuésemos modernos Gaudís (¿o Gaudíes?) reflejando en el Parque Güell de Barcelona las formas aprendidas de la naturaleza durante su visita a Capadocia. Claro, nuestro mérito no llega a tanto, pero ¡vaya si ponemos empeño! Sigue Leyendo...

Rencor

Las noches largas ahora no terminan…
Siempre con el corazón a la sombra, siempre intentado huir de algo que no me persigue.
Nunca pensé que lo pensaría. El desear verla sufrir. Verla abatida a mis pies llorando y pidiendo el perdón que nunca le daré.
Le dí todo mi corazón, todo mi tiempo y amor, y ella sólo rió.
Se rió de mi. Jugaba con lo que para ella no eran mas que simples juguetes, mientras seguía buscando qué más podía darle.
Una traición duele. Duela más el haberla visto venir y duele más el no haber oído el murmullo del viento antes.
Aquel murmullo que quién sabe de donde viene, pero decía la verdad. Decía que simplemente perdía mi tiempo. Ese tiempo que echaré de menos.
Como deseo verla abatida. Verla derrotada en el juego que siempre ha jugado, en el juego que ella inventó. Sigue Leyendo...

Seré muy breve, quizá interesante…

Atrás quedan aquellos recuerdos flagrantes, aquellas imagenes ancladas a la memoria que por tanto tiempo persistieron en el recuerdo, ciertamente sempiternos pero borrados grano a grano como médanos de pesado hierro que imperan en el desierto a la espera de su viaje de cientos de años por allá donde el viento plazca de llevarlos.
La memoria queda arrancada, los recuerdos parpadean y quedan medio colgados a la espera de un olvido…
Y yo vuelve a vivir. A sentir. A reir.

El final

Una luna atiborrada de cemento,
despertaba del amanecer,
mientras repetía las notas
del marchito coro de papel.
Eran aquellas canciones que
habían perdido el pellejo en una
apuesta sin recibo, en una pusada
sonrisa que esperaba para reír,
el final.
Porque la última parte de su voz,
dibujaba ecos en la copa que
teñía de menta la mitad
de una gota que salpicaba licor.

La niebla del espejo

Se había teñido de color claroscuro,
la simpleza de la mirada aquella que no
paraba de aparecer, resuelta en palabras
que prometían el desafío de una
ilustre encrucijada.
Rota estaba la línea que desnivelaba
mis sentidos,
carcomidos por el destino de la deshora.
Ese destinto que empezaba a parecerse a mí.
Que recorría las paredes y se mudaba en sombras,
que dibujaba figuras inexplicablemente bellas,
esparcidas por todas las cumbres.

Ceguera sin don

No quise perderte en los surcos de un camino angosto,
de la puntualidad del tiempo.
Ni siquiera intenté despistar el perfume de las
hojas, que perdidas en el trajín no daban respuesta.
Ni siquiera los pasos que se apartaban del laberinto encontraban
la tibieza que envuelve un sueño blanco, casi vuelto a soñar.
Es que el mundo se había detenido en las callejuelas
del fracaso. Los escrúpulos ahora pedían permiso para pasar.
La tierra decoraba con su negro perfecto
la tranquilidad de un dulce regocijo.

PALABRAS

No se como empezar para decir cosas pequeñas que resulten ser algo grande. Quizás me esté equivocando y tal vez las cosas grandes sean las más insignificantes o que lo grande o lo pequeño no dependan de la composición de palabras juntas o de una única palabra. Una frase te puede aportar muchos datos y decirte tanto como se quiera interpretar al igual que una simple palabra resulte ser nada más que eso.

Las palabras como las personas como sus significados como sus acciones pueden llegar a malinterpretarse y convertirse en una equivocación errónea. ¿Quien es el primero que puede decir que nunca se ha equivocado?, o que no ha cometido ningún error, que no ha tenido que perdonar ni ser perdonado que todo es y lo hace prefecto, que es perfecto. Sigue Leyendo...

La ciencia que sacude al Alma

Estamos cercados por un presagio que parece aproximarnos a un cambio radical. Como inencentes despertados a bofetones, la ciencia nos señala cone l dedos los próximos encuentros con el deshielo, con el cambio climatico, con las migraciones. Somos una cadena que responde a un básico equilibrio…y el Alma se resiente, amigos. Hablo del Alma porque parece que nuestra rosa interior señalara con sus dedos la ausencia de sentido, la falta de sensibilidad, el dolor ante una tragedia que sólo lo humano genera y conduce. Serán las tierras del Norte, los hielos suicidándose en aguas que jamás conocieron, donde la abundancia y los tesoros surgirán de la tierra. La imagen de un Planeta azul se acrecienta y se percibe la heriza amplia, la densidad del cuchillo, la amargura de los viejos árboles que conocieron otros cielos y otras manos. Sigue Leyendo...

Libertad, divino tesoro

No poder estar aquí, viviéndonos instantes de sentimiento acumulados en el transcurrir de las almas y los sueños, y de los cuerpos y sus sentidos, y de las múltiples semillas de las vivencias y los recuerdos… es sentir las cadenas y no poder desligarse de ellas. ¡Sabed que hay seres humanos que no poseen la libertad!. Es cierto. No es necesario ir a países llamados subdesarrollados para encontrarse con hombres que viven la esclavitud de sus prohibidas licencias para pensar, de sus prohibidas licencias para sentir y ¡creedlo! de sus prohibidas licencias para caminar. En el sentido exacto de las palabras he visto a hombres que viven despojados de sus libertades. Sigue Leyendo...

Lo dañino

A veces, el simple hecho de estar solo parece algo malo.
La soledad puede hincharse hasta bloquear el sol.
Duele tanto, hasta producir miedo, hasta preocupación
sobre el pasado y el futuro: te asfixia. Ha ganado,
piensas: esto es lo dañino, está aquí.
Luego interviene el sentido común; te vas a dormir, o
tomas algún alimento, escribes una carta o trabajas, terminas algo.
La soledad disminuye; no eres su esclavo.

Entonces piensas que lo dañino habita dentro de ti.
No pasa nada por estar solo; no hay dolor, no hay bálsamo.

Aquí estoy

Debe existir una pausa que suplante
el milagro de los escalofríos,
que convierta en abril seis meses posteriores.
Que responda a las palabras del tiempo, que
proponga una tregua. Que se llene de tristeza,
que se enfrente con el zócalo del profundo adiós,
que incendie multitudes,
que se vista de fantasmas solo por decir: aquí estoy.

JAMÁS OS OLVIDÉ

Nunca dejé de pensar en vosotros amigos y amigas del Vorem. Sucede que por razones de obligado cumplimiento he vivido un mes entero en un Campamento situado en unas perdidas montañas de la provincia de Alicante. En Crevillente exactamente. Tuve que efectuar allí una labor que era muy importante para mí. Fue algo espontáneo y muy enriquecedor para mi persona. Conviví con otras 20 personas más y ocurre que allí estábamos aislados de todo tipo de civilización y por supuesto no había internet ni posibilidad alguna de utilizarlo. Ya os iré contando, de vez en cuando, algunas reflexiones que obtuve de esta experiencia. Pero por supuesto que siempre estuve pensando en el Vorem y que nunca me he olvidado. Hoy he vuelto ya. Tengo el bagaje repleto de ansiedades y me reincorporo nuevamente a este planeta vorémico. He visto que siguen llegando nuevos voremios y voremias y he visto que hasta habéis tenido el detallazo de preguntar por mí. Pues si. Estoy vivo. Y os he extrañado muchísimo y a todas las horas. Ocurre que estuve ocupado en una tarea muy ardua y necesaria. Pero jamás dejé de pensar en todos vosotros y vosotras. Así que desde mañana me sumo de nuevo al viaje de la Voremia Sin Límites. Gracias por vuestros mensajes y por supuesto quiero que sepáis que nunca dejaré de ser uno más de todos vosotros. UN ABRAZO A TODO EL VOREM. Sigue Leyendo...

Inhabitado

Por los resquicios de una cáscara envuelta en papeles de ciruela,
viajaba una copa vacía, que simulaba resquebrajarse, mientras
se dejaba llevar por las gotas de aquel mar, que era el mar muerto.
La noche no le devolvía más que el eco de sus propias palabras, teñidas por la herrumbre del confesionario angelical; que en sus sueños simulaba ser un palco con cimientos inexistentes.
Había invertido en palabras más de un siglo de desilusión, bordeado por un dulce fuego que no quemaba más que el contorno de sus tibias manos, y de aquellos universos que mañana tocarían su puerta sin razón alguna.
El futuro ya formaba parte de su pasado, tejiendo una nube de exquisitos relámpagos, que invitaban a la soledad a compartir el llanto. Sigue Leyendo...

Verbena morirá

En algún momento debemos creer en algo.
Aunque quizá no del todo, o sólo un poco.
Aunque parpadiemos frente a las mentiras, frente a los supuestos, frente al fluctuante verso que encierra la verdad.
Aunque no entendamos por qué nos lleva tan lejos, el estar empecinados con remotas reminiscencias cargadas de nada. Que probablemente no existan -¿que probablemente no existan?- .
Aunque no entendamos por qué buscamos esa respuesta; aunque nunca empecemos por la pregunta.
¡Cuánto tiene de maravilloso creer en algo que sólo nos da interrogantes! que nos otorga la inmensidad del vacío para sentirnos libres, desmigajados, violetas. Sigue Leyendo...

Ermitaño pensamiento de la vida por entera conocida.

Cuando sea viejo y cansado, cuando mis párpados se entrecierren como una constante y mi cuerpo soporte apenas el ritmo del tiempo, cuando las noches sean en un abrir y cerrar de ojos y los días sean eternos, me sentaré aquí, en este banco por la mañanas y leeré, como siempre hube de hacer, quizá para desatender mi ermitaña existencia, quizá para enfrascarme en una historia de la que nunca fui parte y siempre añore.
Y miraré al banco de enfrente y al silencio que me rodea, y por un momento pensaré por qué nadie me envuelve a su vez con su silencio ni me rodea, con cariño eterno, con sus brazos.
Y diré entonces a la nada, . La frase resonará por entre las flores y los pájaros que anidan, será escuchada por el viento que la lleve a algún lugar donde no exista su voz, volará hasta que sus ondas se mezclen con el aire y el polvo, y entonces, en último eco, las palabras resonarán difusamente entre la brisa susurrando <¿No necesito a nadie?¿A nadie...? ¿A nadie...? Sigue Leyendo...

amado-r

sentados.
enfrente de una iglesia monumental.
fascinados.
a la izquierda, el castillo.
a la derecha el mar.
a mi lado, tú.

nos miramos.
me cuentas historias de la historia.
cuando los ingleses atacaron.
que vamos a montar un nuevo festival.
no nos preocupamos por el antiguo.

Del 22 al 23 de septiembre, abrimos hasta la madrugada.

La noche perdida, entre la masa de mente en blanco que deambula por el asfalto.
Toda una corriente de suciedad sale a ver la función, preparada para abrir las puertas al engaño y la locura.
Un buen cebo para el pez orientado por un papel con desdibujadas lunas.
Un año más repleto de sillas acomodadas, que no aguantan ni el peso de su estupidez.
¡Oh!, ¡cuánta cultura! , ¿quién habría hecho arte con tamaño montón de basura?
Se dispersa con premura a los alborotadores, que desean lanzar sus gritos, como espadas, contra edificios encendidos con anuncios, que venden las ideas vomitadas de políticos sin escrúpulos y prepotentes empresarios de la nada.
En la Gran Vida, un titiritero comienza el cuento. Sin perder tiempo los policerdos reprenden la función, por no estar programada; la agenda de la ciudad es apretada. Sigue Leyendo...

Dudas hoy

¿Fue amor? ¿O fue que me sentí halagada en un particular y delicado momento de mi vida? Todavía hoy no sé la respuesta.

Lo atrayente para mí no era tu físico, ni tu simpatía encubridora de pesares que nunca me contaste, ni tu rapidez de reacción, que siempre me dejaba en inferioridad de condiciones en cualquier charla, fuese o no banal.

Puede que fuera tu música, ese piano que habías aprendido a tocar de muy niño y en el que volcabas, creo, muchas frustraciones, muchas soledades, el desamor que hasta entonces había regido tu vida. Puede que fuera lo que te rodeaba, aquello que tú habías construido poco a poco, a veces con tus propias manos. Los árboles que habías plantado, los rincones de tu jardín. Puede que fuera, incluso, aquellos pequeños lapsus en que incurrías, de los que yo tomaba nota mental para luego extrañarme a solas y enternecerme. Sigue Leyendo...