Archivo de la categoría: Relatos

Relatos

Dos historias entrelazadas

Lapiceros, tizas y gomas de nata… Plantaciones de cacao, caña de azúcar y oro verde (banana)… el olor a plástico de Pancho Villa y Jerónimo…tránsito por las calles estrechitas de adoquines infectos, blenorrágicos…la madera de los fuertes con soldaditos de plomo, aros y canicas…en la plaza del pescao, Zanba el demonio juega al kou kou djèdjè…ansia por aquel gatito, pez, pájaro, perrito, tortuga… letras quemadas leídas en papel limón con estupefacción…tebeos cambiados el fin de semana en el quiosco de la esquina del barrio…los almacenes con tejados de aguilón de curaçao…recuerdos felices de infancias desgraciadas… Sigue Leyendo...

Desposeída

Él sabía que ella lo sabía. Había hecho el amor con otras mujeres en el pasado, pero ésta que gozaba ahora, con el cuerpo fríamente desnudo bajo su corpulenta anatomía, no buscaba su boca. Era él quien buscaba la de ella mientras sus manos acariciaban las frescas nalgas de una mujer que tenía sólo 20 años de edad aunque mentía diciendo tener 30… porque a ella le gustaba aparentar ser treintañera para sentirse más madura ante los hombres que, como él, ya habían rebasado los 50.

Cada vez que él tocaba una parte del cuerpo de ella, su memoria le hacía retroceder hasta la nostálgica experiencia de otros sexos salvajes, como si ésta última vez de ahora le hiciese volver al paraíso soñado. Sigue Leyendo...

Momentos de Otto y su amigo Reök

-Aun recuerdo cosas, cosas que… en fin, yo creo que son reales. Son esas cosas que difíciles de explicar que uno sabe que han ocurrido, pero que parecen más propias de un sueño que no de la propia realidad. Una mirada, una sonrisa, un beso, otro beso, y otro beso, un te quiero y un adiós. Un giro de trescientos sesenta grados que te sacude como si de un rompeolas se tratase. Un momento de felicidad y otro de amargura. Ganas de conocer la vida y deseos de exiliarse antes de los veinte. –dijo Otto-.
-Bueno, tu no te preocupes eso son rachas. –dijo Reök-. Además la vida sigue y todo va fluyendo, ya conocerás otros lugares, otras personas, otros recuerdos; tu no te preocup…-pero antes de que acabase Otto le interrumpió. Sigue Leyendo...

La leyenda del suicida (entre sombras de lo real)

A Sócrates Expósito, la vida nunca le había dado un abrazo. Nacido de la
Tormenta, ésta sería su noche, su frente, su perfil…su acompañante.
La triste composición de una partitura inacabada.
Siendo apenas un niño, una hemorragia de lágrimas le creó una herida que
Sería eterna, ya por entonces empezó a odiar las cenizas de aquel maltrecho
Mundo a punto de hundirse.
Pasaron algunos años, cansado de recibir tantas puñaladas, decidió una luminosa
Mañana, poner fin a su atormentada existencia. Con una cuerda escondida bajo
El abrigo, marchó de casa, orgulloso, masticando la sonrisa del predestinado.
Durante varios meses lo había estado planeando con detalle y precisión. Sigue Leyendo...

El Cóndor (III): Asistente del Silencio

– Qué fue lo que sucedió entonces?.
– ¿Entonces?
– Sí. ¿Qué fue aquello que convirtió la historia en leyenda de amor?.
– ¿Cómo adivinaste que la historia pasó a ser una leyenda amorosa?.

Mas él volvió a guardar silencio. Yo sabía que la búsqueda del misterio de las “chullpas” estaba en él, en su mirada, en su expresión… dentro de aquel hombre irisado de fronteras sin pronombre, se encontraba la respuesta a todas las inquietudes de las ñustas, los ayllus, las coyas, todos los “intis” y “viracochas” originarios del lago titicaca… y algo más que sólo pertenecía a él y, posiblemente, a mí misma… Sigue Leyendo...

… y Albalaria 3

Azul y verde. Verde y blanco. Blanco… y tus ojos tejiendo los hilos entre las algas saladas de los ultramares, allí donde me he quedado colgando la costa a lomos de un navío que flota entre las olas de tu rojo farol. Bajan del cielo las gaviotas para trazar la raya añil de tus amores.

¿Hay también naranjos en el mar?. Posiblemente. Naranjos marinos que crecen en algunas fragatas furtivas y perdidas junto al faro de tus ojos negros. Azul y verde. Verde y blanco. Blanco… y tus labios arduos besando al alba de los naranjos marineros. !cuánta sed tienen las algas que rodean el azul del mar!. Sigue Leyendo...

Albalaria 2

La planta de los suspiros mira a la estrella fugaz. !Qué tarde es para ponerse a volar!. Pero ¿sabes tú, corazón, que el viento silba canciones?. Te ofrezco una begonia hirviente para saltar del lecho e ir hasta el lucero de la mañana por ver si los mares de menta saben de cantares dulces.

Ya estan los luceros alumbrando las llanuras del litoral. Dentro, tan dentro que no los puedo ver, hay huertos submarinos para arrullarte con sus algas verdes, con sus algas azules, con sus algas rojas…

Contigo me vuelvo fuego cristal ardiendo entre corzas marinas y cocodrilos de plata… y entre los islotes del cielo me pongo a navegar bajo la aurora en este desnudo verano de amor descalzo. Por la playa camina el corazón sin banderas, el corazón que sólo es sueño. Mi vida es ahora y más que nunca una cometa en busca de sirenas. Sigue Leyendo...

Noche herida

Fuera de la guarida la noche está herida.
Sangrando en recuerdos, mojado en el
Remordimiento del pasado, bajo los escalones
Del olvido, de la taberna “Trago amargo”.
Ya escucho la música de Jazz y el entrañable
Olor a madera vieja carcomida del whisky y
Las vigas del techo. El ambiente está cargado
De humo. Ilumina la oscura estancia, el aspirar
De los cigarrillos y unos focos sobre la tarima
Donde músicos negros versionan temas de Charly
Parker, Miles Davis y alguna pieza de Soul de Otis
Redding y Aretha Franklin.

El Cóndor (II): Primera Parte de El Lechero

Entonces fue cuando comencé a narrarle:

“En el mes de septiembre, cuando llega el turno al equinoccio de otoño, nuestros antepasado celebraban el Raymi, la fiesta que se ofrecía a la Luna que, como esposa y señora del Sol, era la Coya Mayor; la reina de todas las estrellas y todos los planetas del cielo…

Entonces todas las mujeres, especialmente las Señoras Coyas, las Damas Reinas, Copac Uarmi, Señoras casadas con sangre real Aui, Grandes Señoras y otras Principales mujeres de este Reino, invitaban a los hombres para que acudiesen a las fiestas; y ellos bebían chichas (sobre todo el Amur Aca o especialidad del Inca Mayor) y toda la gente del Reino comía y bebía hasta hartarse a costa del citado Inca. Sigue Leyendo...

El Cóndor (I): La estación de “Los Helechos”

El Cóndor (I): La estación de “Los Helechos”

Él se despidió de mí cuando florecían los cigofiláceos y arbóreos guayacanes en la estación de “Los Helechos” y desde allí, desde los doce metros de altura en que su beso, de sabores duros, dejó el grosor de su persistente sentimiento blanquiazul en el fruto capsular de mi conciencia, quedó mi carne apretada en la distancia. Y sé que volveré a verle regresar con su trigueña piel tostada por el sol de los rubiáceos cafetales de Pereira y empapada por las perlas acuíferas del Urubamba. Sigue Leyendo...

El Reflejo de los sueños en lunas rotas (II parte) -Novela-

Brillaba el suelo mojado y de los adoquines renqueaba una nebulosa que lo envolvía todo, creando una atmósfera surrealista que le recordaba el ambiente de las películas de Ridley Scott, en especial Blade Runner. Un futuro de lluvia ácida, superpoblación y alquileres en el espacio, con automóviles surcando la estratosfera. Sin bien ni mal… Alegato de replicantes con necesidades terrenales, buscando el milagro de la vida que sus propios creadores les privaban. La lluvia es una huida de la polvorienta secta existencial. Da sensación de libertad, de caminos sin rayas de horizonte, con puertas abiertas a lejanas tierras donde nadie es conocido. Sigue Leyendo...

El Reflejo de los sueños en lunas rotas (III y última parte)

. Pronto pusieron tierra por medio y terminó aquel toma y daca. Todo hacía sugerir que estaban salvados… o no, pregunto…
¿Te duele mucho? Has sabido comportarte con valentía. Ánimo, te llevaré a una cabaña despoblada y tranquila donde nadie nos encontrará y podré curarte esas heridas.
Todavía no sé porqué nos perseguían… ¿qué hacía en aquella camilla?, ¿quién eres tú que apareces y desapareces?, ¿quienes eran los presuntos médicos y esta banda de… zumbaos motorizados…?

Albalaria

Desarrollo esta noche un radiograma polar, amarrado a este mundo de tórtolas doradas bajo las palmeras, los laureles y los pequeños lotos de la fantasía. Y me hago amaranto, coral y luna para vivir estas claridades de alba en que vivo esta noche tras las vidrieras del vaho y la rosa fría. Helada terraza que con sus senos al aire parece el nácar de la golondrina convertida en estrella tornasul. Quisiera ser el duermevela de la luciérnaga encendida.

!A volar!. !A volar el alma mía de calandria y ruiseñor!. !Hacia el aire!. !Hacia el aire amante grabado en los cielos de mis sueños!. Y camino junto a los ríos del agua de la aurora para decirte que soy pañuelo de bienvenida. !No!. !No me iré nunca de tu gruta y tu bosque!. Aquí, entre los almendros frescos y las mentas verdes, me digo a mí mismo que soy como cigüeña que anida o como mirlo que se baña en el estanque… o quizás solo como una tortuga verde que despierta junto a la mariposa y el saltamontes. Sigue Leyendo...

El Reflejo de los sueños en lunas rotas (II parte) -Novela-

Una sincronización en la mirada agónica, intensa, le dio el suficiente entendimiento para saber lo que tenía que hacer.
Claro, Padre, entiendo, lo haré, no te preocupes…
Con ojos empañados desabrochó los botones del pantalón del moribundo y extrajo un miembro medio erecto. Andy bajó la cabeza hasta él. Poseyó el único resquicio de vida que le quedaba al pobre viejo, un hilo pasional que acariciaba el primer y último contacto en sus vidas.
Bien, hijo… ahora busca en mi bolsillo, balbuceó indicando la chaqueta que le cubría. Andy registró deprisa. Encontró tabaco, cristales rotos, un antiguo reloj de bolsillo del Abuelo, el Contrabandista , unas cerillas sueltas, una gorra plegada de algodón y… ¡Dios, esto no…! Sigue Leyendo...

El Reflejo de los sueños en lunas rotas(Perdido en la eterna oportunidad) I part

Como cada noche durante treinta y nueve años Andy López se adentraba por las calles surrealistas de una ciudad insólita que sólo existía en su icono interno. No quería estúpidas interpretaciones imaginarias. Todo era lógica, simple, normal, sencillo… ¡No, no y mil veces no!, ¿acaso había pedido consejo? ¡No!, no buscaba información. Él necesitaba que se le concediera un tributo, un premio honorífico por sobrevivir. Obsesionado, perseguía sin conseguir, un peligro, una víctima que salvar.
De ninguna otra de las maneras llegaría a ser un héroe.
Se encontraba perdido entre miméticos pasadizos, con los brazos extendidos, equilibrando el peso del cuerpo a su paso por conductos de metacrilato, cables y vigas en las arácnidas alturas de la cuerda floja, tejiendo miedos desconocidos en busca de “Dorados”. Sigue Leyendo...

La otra Carmen.”Que no la de Memimé”

Arrebujá toa en su pedaso de traje que s´había comprao pa la fiesta del pueblo, Carmen caminaba por las bardosas frías de una franquisia alemana. Peineta en lo arto iba en busca de su novio, el jefe de una franquisia Gunter Cara de Perro. en aquel momento n´estaba. Carmen arremetió con fieresa y con mu mala leshe contra la secretaria gratuíta del marchante y le dió en un ojo con la grapadora de la empresa.
-¿Que no está ese malaje, ese pedaso de queso blando que en ve de besar parese que te pasa por los labios un pezado de tocino? ¡Que no sabe usté que tengo la sangre toa desparramá y que si no a parece aquí, de repente y ya, hago con su pellejo una bufanda pa mi gato Osiris! ¡Ojú, la malaje y que mala punalá te den aunque sea con un puñá shino! Sigue Leyendo...

Prisma Rock Extremadura

Llegamos a la frontera, allí donde los rebeldes zahorís se reúnen en la taberna de Moe para ver a la niña de los ojos rojos en plena convulsión recordando a su Alburquerque mientras baila rock con su perro flauta siempre al lado. Mientras tanto, entre los sonidos del tam-tam, la bruja roja intenta hacerme sentir alergia por Dhina.

Bajo la metralla que quería impedir mi visita nocturna al desván del duende (el duende morao) ayer hablé con la luna y monté sobre Bucéfalo con quien, tras el genocidio de tábanos que zumbaban sus orejas, logré cruzar la línea mortal. Sigue Leyendo...

Invitación al haiku

Al hilo de un comentario de Diesel a mi haiku de la mar brava, quisiera animar a otros para contribuir con sus propios haikus a Vorem.

El haiku, (os aporto la info de wikipedia), es una poesía tradicional japonesa que se compone de tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, sin rima. Suele contener una palabra clave denominada kigo que indica la estación del año a la que se refiere.

Tradicionalmente el haiku, así como otras composiciones poéticas, buscaba describir los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones, o la vida cotidiana de la gente. Sigue Leyendo...

Siglo y Segundo (Teatro Virtual)

Siglo y Segundo se encontraron en el País del Tiempo y comenzaron a hablar de aproximaciones a lo eterno. He aquí su breve circunloquio:

Siglo …….. Hola, amigo Segundo, veo que sigues tan volátil como es normal en ti
Segundo .. Hola, amigo Siglo, yo veo que tú estás tan estático como siempre
Siglo …….. Si. Pero yo tengo una importancia histórica que tú nunca alcanzarás
Segundo .. Ya. Sin embargo mi importancia es mucho más vitalista que la tuya
Siglo …….. ¿Qué dices?. En mí siempre perdura la Razón
Segundo .. Pero en mí siempre late el Corazón
Siglo …….. Tú no eres nada para mí. Eres demasiado pequeño
Segundo .. A mi no me importa para nada tu falsa grandeza. Es puro arcaísmo Sigue Leyendo...

Cuervos. Primer Capítulo. Segunda Parte.

Vivo en Triana, en un pisito en la calle principal, por el cine Monopol. Por ahí, ya sabes, cerca de la Casa-museo de Galdós. ¿Qué por qué la nombro, si hay muchas más cosas? Bueno, no creas que realmente me interesa. Ni siquiera me gusta ninguna de sus novelas. He leído varias: Marianela, Doña Perfecta… y no me gustan, es más, me parecen simplísimas. La nombro por que allí trabaja mi padre, y como se pasa todo el día allí, al final me obliga a hacerlo a mi también. Odio estar allí, me paso todo el día solo, rodeado de eruditos que se creen guays por vivir por allí cerca y presumen de estar en clubes literarios, hablando de críticas, de filosofías varias, de literatura y de ensayos y excusándose por ello, pero a mi no me la pegan. Una vez entre en uno y estaban todos medio pedos, con una juerga impresionante y pensé que al fin y al cabo todo el monte es orégano. Sigue Leyendo...

Fragmento de la 2º parte del Segador Oscuro.

La Visión.

Mis ojos se oscurecieron, y la sala en la que me hallaba descansando se desvanecieron. Mi vista atravesaba todo tipo de lugares… Ya me había ocurrido antes, mi Visión no era en este mundo… Algo normal. Pero no había atravesado tantos Planos nunca, la magia se debilitaba cada vez más, pero no me afectaba. Los poderes de un Vidente no se sujetan a la Magia.
Conforme me acercaba más, vi cómo era ese mundo. Sólo existían humanos en él, a decir verdad, pocas cosas había aparte de sus enormes ciudades. Las otras criaturas eran esclavizadas y dominadas, encerradas en minúsculos lugares. La Magia no existía, pero se veía que no les hacía falta… Sigue Leyendo...

Pobre de mí.

Increible desolación un 15 de julio en Pamplona. Por primera vez en muchos días, puedes ver el suelo. Los pasos se hacen de nuevo largos. Se liberan de la opresión del no espacio. La vista descansa. Las órbitas de los ojos van parando su acelerado compás, todo lo quisieron ver. Las cámaras ya no dan abasto. Falta mucho carrete para intentar captar todo lo que sucede en una pequeña y apacible ciudad abarrotada hasta los dientes.
La ciudad se tiñe de rojo y blanco. No hay tiempo para el sueño. A las noches el cielo se viste de bonitos colores. Estrellitas de colores que suben y bajan sonriendo. Quizás estuviese mi estrellita y yo no la ví.
A cada paso una melodía diferente. La música callejera sale de cada rincón.
malabaristas encandilando corazones infantiles, ojos como platos, sonrisas abiertas. Sigue Leyendo...

Americalandia.

John y su hijo, John Jr., juegan apaciblemente al béisbol en el jardín de su casa, en medio de una urbanización con casa similares, unas al lado de las otras.
– ¡Hey, John, a ver si lanzas como un hombre!- le grita, divertido.
-¿Ah, sí? Jaja, vas a ver…
Grace, la madre, sale por la puerta y llega al jardín.
– Vaya par de hombretones que tengo, ¿alguien quiere galletas?
Jr. sale corriendo hacia su madre, muerto de la alegría y coge una galleta y se va a su habitación.
¡Eres la mejor, mamá!- le grita.
Grace deja la bandeja en la mesa de picnics y sonríe a John. Este le devuelve la sonrisa Sigue Leyendo...

Un vistazo al universo de mi mente.

Mil estrellas en los cielos, los demonios en la tierra. Almas unidas en el mar, el fuego o la piedra. Armas benditas y sagradas que rompen yelmos y armaduras. Soles radiantes que cubren los suelos con sus radiantes rayos, a los guerreros que con vida perduran. Una figura solitaria, siempre errante. Siempre sólo el viajante, nunca acompañado. Tal es el destino del peregrino forzado. Nunca sonreirá ni su rostro altera, pues sólo a sí mismo su mente despierta. El frío hielo cubre su alma, explosiones de fuego pugnan por esto ya no suceda. Una gran grieta en el hielo muestra que ni el frío eterno lo detiene… Y mi mente alocada que la realidad desmiente… Sigue Leyendo...

Cuervos. Primera Parte. Prólogo

Se decía de ellos que eran extranjeros, pues tenían la tez blanca como la tiza, el pelo y las cejas rubias como la avena, y una cierta finura extraña al andar. La familia Glücklich (pronúnciese gluilijk) había acaparado la atención de los habitantes de la zona desde su llegada a la casa del escritor Galdós. Representaban una familia rica, saludable y bien posicionada. Sin embargo, a su alrededor se emitía un deje de infelicidad, parecían algo tristes. Sobre se los veía aburridos, muy aburridos: cualquiera hubiese jurado que en la vida se les había visto sonreír. Bien es cierto, aún así, que en la familia había una magnífica excepción: el padre, un hombre de esplendidas facciones, iluminadas por algún áurea de honestidad, mentón muy marcado, barba inexistente, unos labios finos y sinceros que a muchas mujeres le hicieron pensar que era dúctiles al uso; y que por lo demás, parecía vestir como un buen inglés de la época. Sigue Leyendo...

Una visita inesperada

4pm. Crawford, Texas. E.E.U.U
Un largo alarido telefónico calló de repente al silencio. George W. Bush se revolvió en la cama unos segundos y por fin contestó a la llamada.
– ¿Diga?- susurró, soñoliento.
– Señor Bush, soy Joshua B. Bolten, perdone la llamada tan temprana.
– No es nada. Qué ocurre.
Ante la pregunta, un silencio frío recorrió de nuevo el aire de la habitación. George sentía como se le removían las entrañas de la vigilia y miró al otro lado de la cama: dormía solo. Laura estaba de viaje por Europa, recordó. No le importaba dormir solo, ya estaba acostumbrado. Sigue Leyendo...

!Para ti… palpitante corazón!

Tu rostro, en el callejón de las sombras, es la viva imagen del miedo a lo desnocido… pero pasas por alto todo el alambique de las dudas y en lugar de refugiarte en las oquedades de las indecisiones saltas hacia adelante y te introduces, repentinamente, en los auspicios del yin y del yan. Y es que tu persona te encumbra hasta la categoría de lo aventurero, hacia el destino de los astros y de las velas henchidas de luz y viento… y desaparece el temor dejando paso al descomunal misterio.

Tienes suerte. Borras tu pasado y te lo llevas hacia el futuro por partida doble: el silencio en que te marchas dejando la incertidumbre en el ámbito de un lejano amanecer y la apuesta voluntaria por realizar una vuelta entera a todos tus sueños. En las plazas por las que paseas la gente te observa y cree poder tener influencias sobre tu vida. Pero no. Tú eres mucho más libre que todo eso y continúas siempre adelante, con la sangre en el pálpito de tu enorme caparazón y una mochila llena de gestos personificados. Sigue Leyendo...

solo me dolio a mi

tras una despedida que nunca hubo
tras un adios que nunca sucedio
y un final que nunca termino
solo me queda preguntar solo me dolio ami?
solo me dolio ami alejarme de un amor
que nos hacia bien que nos llenaba
de triunfos y sobrepasaba nuestros fracasos
un amor que te fortalecio y me enseño ami
quiza solo fue importante para mi
y ahora dejo que te vallas por que me enseñaste
a amar , a aceptarte tal como eres , a esperarte
pero nunca a olvidarte y tampoco pienso mendigar
un amor que ya no quieres sentir

Cuando se resuelve ser valiente

Había pasado la tormenta.
Las luces de la calle tiritaban de frío, arrebatadas por el temporal de colores oscuros.
Reinaba el silencio, ese que se siente por los gritos, por las lágrimas de quien se ve desnuda por las palabras dichas, por los suspiros condensados en una mezcla de alivio y al mismo tiempo de pena. Acababa de concluir una parte de su vida, decorada con tontas tarjetas de despedida selladas sin tiempo, con palabras que flotaban aún en la habitación, frescas, como recién pronunciadas.
No podía derrochar más lágrimas, no podía ser tan cruel con ella misma. Otra historia inventada –imaginada- acababa de derrumbarse frente a sus pequeños ojos de soledad.
Cuando todo parecía formar parte de un sueño, una filosa espada la devolvió a la realidad. La trajo de nuevo desde el ayer hasta el mañana. Desde el hoy hasta el nunca más. Sigue Leyendo...

Cuna del olvido. Primera parte

Lo invite a tomar un café y el aceptó encantado. Ambos estábamos en el rellano de la casa, y por entre las ventanas entraba aún el calor sofocante de agosto, cubriendo un cielo anaranjado de atardecer, decorado apenas por unas pocas nubes extendidas a lo largo de él, a poco de desaparecer y, sobre ellas asomaba, madrugadora, una luna color de gris.
Entramos en el salón y ambos nos sentamos. Se puso enfrente de mí, en el sillón de pata baja para invitados, y lo observé por un segundo. Era un hombre increíble: tenía el pelo largo y negro, recogido apenas por una coleta. Éste se extendía por toda la espalda, de principio a fin de la columna. Sigue Leyendo...