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Cuentos

Sonrisas relativas

Los vi llegar cargados de bultos, de maletas, de paquetes. Sonreían, como si sus dientes mostraran lo novedoso del cambio. Confiaban en quela desesperanza fuera menor, Aquí, en el barrio, todos comenzábamos a formar parte de una ensalada multiracial. Pasaron dos meses y volví a verlos: no sonreían. El cansancio formaba parte del precio de la esperanza. Quizá es tan inevitable como nuestras propias emociones rotas.

Escribir la historia

De la historia de mi vida; quisiera poder escribir algo, pero aún no puedo. Ya llevo largo tiempo en esto, intentándolo. Tengo la sensación que para poder siquiera hacerlo, falta aún.
Ese es el primer problema. Todavía no he nacido. Vivo al interior de una joven señora a la que elegí por madre en esta vida. Ella es dulce, preocupada y un poco temerosa. Cuando me muevo y trato de mirarme, se asusta, y corre al hospital con el señor que duerme con ella. Quizás si es el mismo al que elegì por padre; antes no roncaba.

Parece que en esta piscina transparente que me envuelve por completo, los movimientos, aunque sean pocos, crecen.
Es hasta divertido, porque siempre floto, nunca tengo frío ni calor; tampoco hambre. Nada parece faltar. No es que me mueva mucho, estoy sujeto a un ancla. Una trenza roja que sale de la mitad de mi, y va hacia arriba. No puedo ver bien donde termina, tal vez mi madre la sostiene, y debe sostener firme, a veces las aguas se agitan mucho. Es que en el último tiempo hasta tengo ganas de patalear, los remolinos que se forman me hacen cosquillas. Sigue Leyendo...

Estrellita

Estrellita soñaba con bajar a la tierra.
Estaba tan aburrida de estar siempre colgada.
Aquél constante movimiento que presenciaba todas las noches allá abajo. Aquellos destellos de luz y color le quitaban el sueño.
¡Quería bajar!
¿ Cómo podré hacerlo?
¿Cómo podr…….Una estrella fugaz la sobresaltó.
¡ Ya seeeeeeeeeeeee! dijo emocionada.
Así que esperó y esperó y cuando estaba a punto de desistir de su idea una gran estrella fugaz pasó a toda velocidad por su lado.

E.M.I.L.I.A.N.O.

Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno. Son las mismas que alumbraron mi partida. Al entrar de nuevo en el pueblo, la historia del pasado me vuelve a calar de lluvia. Sí. Está lloviendo al igual que aquella otra tarde lejana. Todo debería ser distinto y sin embargo…

– Pero ¿eres tú?. ¿De verdad que eres tú?.
– Soy yo, Venancio. Soy yo. Pero totalmente viejo.

Venancio es también ya un anciano. Poco queda de aquel charlatán de feria que ansiaba con llegar a ser un gran director cinematográfico émulo del William Wyler de Ben-Hur… Sigue Leyendo...

luz

Había ido al doctor porque sentía un poco de dolor en el pecho, claro me hicieron unos exámenes y era hora de que me dijeran de que padecía mi cuerpo. entre a la oficina, que la verdad me parecía muy negra y obscura no muy apta para el lugar donde se dan a conocer las noticias de la cura o de la inminente muerte de una persona, después de unos minutos entro el doctor me saludo de una manera muy indiferente pero como en todas las ocasiones que hemos cursado palabra nunca he sentido que el me ve como a un ser humano de importancia, no me preocupe, el doctor levanto la cara y mi cuerpo se encogió al ver que evito verme a los ojos, eso es siempre signo de la mentira y del desconsuelo, me dijo que mi condición es grave que mi vida estaba en peligro porque mi corazón se estaba llenando de espeso negro, así lo dijo el, me enseño la colorgrafia y me perdí, cuando logre regresar a la realidad estaba ya en el metro en dirección de mi departamento fue cuando entendí que iba a morir, mire a mí alrededor y no vi a nadie que le fuera a importar un poco mi muerte. Sigue Leyendo...

El Tesorero

… pensó en el mar y se ideó una sirena a la que llamó Atuona; siguió pensando en el mar y construyó una barca a la que puso por nombre Tahití; y en un amanecer sediento, cuando las luces del puerto alumbraban libélulas en forma de gaviotas de multicolores vuelos, se embarcó hacia el infinito …

El abuelo Adolphe Lessile “El Lobo”, cerró el libro y sentó al pequeño nieto Caspar Lessile “El Tesorero” sobre sus piernas. El niño quería conocer la historia y el abuelo, que fumaba tabaco en pipa, acarició el cabello de Caspar. Sigue Leyendo...

Justo Medio

El taxi me dejó casi al frente de la casa.El olor a campo comenzó a invadirme de inmediato.Después de años volví a sentir el ruido del maicillo al ser pisado por mis pies.Me recordó cuando era niña y me rompía las rodillas. Buenos tiempos, sin duda.Entré a la casa por la puerta de la cocina, estaba la Jovita sacando hielo del refigerador. Al verme dió un grito y botó la cubeta al suelo.

– ¡Rossana, mi niña!

-Tanto tiempo, Jovita…

-¿Que le pasó a sus cejas, mi niña?

-Ufff.Después te cuento. ¿Mi mamá está en el comedor? Sigue Leyendo...

Escaleras

– Buenos días. – Dijo cortésmente la mujer que vivía junto a mi reluciente y nuevo apartamento.
– Muy buenos, señorita. – Respondí alegre. No era para menos, al fin podía disfrutar de un apartamento más grande y cómodo.
– Así que, ¿usted será mi nuevo vecino?
– Así parece.

Sólo sonrió despidiéndose y entrando de nuevo a su apartamento. Me apresuré en subir la última caja de mis pertenencias. Al ir a buscarla al camión, entré en el edificio. El conserje sonriente me miró amablemente.
– Déjeme llamarle el ascensor. – Dijo presionando el botón.
– ¡No, no es necesario! Lo subiré por las escaleras.
– Pero… – Me miró extrañado – Esa caja debe pesar mucho. Sigue Leyendo...

De cuando Él y Ella…

Él estaba deseando llamarla por ejemplo Lucy, pero no podía… Ella, por su parte, estaba deseando llamarle por ejemplo Toumai… pero no podía… Ël y Ella, macho y hembra de la naturaleza virginal, eran inseparables y tenían dos descendientes. Un varón al que Él estaba deseando llamarle por ejemplo Taung pero no podía. .. y una mujer a la que Ella estaba deseando llamarla por ejemplo Selam pero no podía…

Él deseaba llamarla por ejemplo Lucy porque por las noches la soñaba en los cielos rodeada de diamantes. Ella deseaba llamarle por ejemplo Toumai porque significaba una esperanza de vida más allá de cualquier circunstancia pasajera. Él observaba a su hijo crecer fuerte y poderoso, con todas las expectativas de llegar a ser un grande y valiente cazador y por eso deseaba llamarle Taung que era voz firme y varonil. Ella observaba crecer a la niña y la veía tan llena de armoniosa paz con el entorno que los rodeaba que estaba deseando llamarla Selam. Pero ambos no podían… Sigue Leyendo...

La sombra inexplicable

Cinco hombres habituaban reunirse por las tardes en la plaza del pueblo. Sus pláticas eran disímiles, simpáticas, interminables. Pasaban largas horas conversando sin acusar cansancio. Sólo volvían a sus casas bien entrada la noche. Y así, la rutina transcurría sin que nada amenazase el orden habitual que habían instaurado en sus tertulias.
Y sin embargo, cierta vez, uno de los hombres se percató de un hecho curioso: frente a él, frente a los ojos de los cinco individuos de siempre, marcando la derecha con un leve temblor, aparecía una sexta sombra, llamándolo, turbándolo, sacándolo de sí. Confuso, o agobiado por el desconcierto, buscó a su compañero más cercano, y, con un tono sordo, algo apagado, le dijo: ‘’¿A quién le pertenece aquella sombra?’’ Y el otro hombre respondió: ‘’¡Quién sabe!’’. Sigue Leyendo...

Rastro perdido

Ya la he perdido.
Escribo desde el fondo de la casa que en antaño fue su hogar, nuestro refugio. Ya nada importa ahora.
Es vano recordar esa mirada agonizante, su textura áspera y rugosa, sus garras desafiantes y la suntuosidad de sus nervudas ancas. Lo mejor será olvidar su paso por este lugar.
Se marchó hacia la llanura hace unos años y sé que está mejor sin mí, lejos para siempre, libre ya de su prisión y de sus cancerberos fustigantes.
Ella nunca entenderá mi amor, tan solo existe para preservarse y no para reflexionar sobre los hombres y sus sentimientos.
Ella posee tres juegos de dientes, uno detrás de otro, cada uno más monstruoso que el anterior. De manera que es fácil sospechar cuán destructiva es su mordida. Lo comprobé la tarde en que escapó de aquí, por eso escribo en este cruel refugio donde tantas veces contemplé su luz, aislado de la gente que hoy en día me condena. Sigue Leyendo...

Hechizo

Allí va de nuevo. Tal como lo había soñado.
Mírala caminar… Mírala, que pronto acabará. Mira su vestido, como danza con el meneo de su cuerpo y al vaivén del viento. Si pareciera que todo fue creado para ella. Todo, el aire, el asfalto que pasa bajo sus pies, el cielo y el sol que iluminan sus castaños rizos, y profundizan su mirada en un pardo deseo. Todo… Mi mirada, mi deseo… Todo.
Ya se ha ido. Ha terminado de pasar por fuera de mi ventana, y no me queda más que otro día esperar, rezando a Dios que envíe nuevamente a su ángel, para que ilumine este sendero de concreto, y haga desaparecer a todo ser viviente que pase por su alrededor… Sigue Leyendo...

Futuro realista

Aquel que iba a ser mi último día, se me complicó.

¡Maldito lunes!, pensé al levantarme. Ya estoy harto, a pesar de vivir en el futuro, quiero decir en el provenir que soñaron mis abuelos, mis padres y en el que yo mismo confié, cuando era muy joven. De hoy no paso. Ahora mimo me voy a una de esas nuevas cabinas de suicidio (evolución lógica de la máquina de la eutanasia del Dr. Philip Nitschkeque). Espero superar el obligatorio test de preguntas, cuya última cuestión literalmente dice: “¿Está seguro de entender que si pulsa el botón ‘SÍ’ en la pantalla siguiente usted morirá?”. Sigue Leyendo...

quizas se trata de amor

quizas se trata de amor,
el echo de levantarme sentir que rio, que juego y que lloro,
quizas son sensaciones normales
pero no, hay algo especial, algo que no lo encuentro en un disco,
tan sorprendente que ninguna poesia lo destaca
tan simple como un anillo tan grande como la boda.

Cuentos de un corzon coraza

Malditas mazmorras de miedos, acorazadas con temores, con barrotes de celos, que enturbian los errores.
Malditas lagrimas heladas, que de mis pupilas brotan, malditos sean los recuerdos,que mi alma cual cuchillo cortan.
Tras un juicio breve, y condenado a la locura, tus palabras que me hieren se me clavan en las sienes, y de nuevo me torturan.
Que es lo que de mi quieres, que esperas de este alma en pena, que las noches en vela pasa,
recitando con tristeza sus versos, que mas que versos son penas, penas disfrazadas de cuentos, cuentos de un corazon coraza.
Abre tus puertas corazon coraza, no te escondas tras tus fronteras, deja atras todos tus miedos, brindate tal y como eras. Sigue Leyendo...

Fórmula para cambiar de vida

Salí de mi trabajo como un día más. Siempre llego a mi departamento pensando como sería mi otra vida. Si tuviese otra vida, podría ser feliz y exitoso. Sería más amable y menos egoísta, pues no me faltaría nada. Sería más feliz y menos preocupado. Sería persona y no gente. Si sólo tuviese otra vida.
Decidí preguntarle consejo a un viejo amigo. El era todo un intelectual, y no hay problema que el no resuelva.
– ¿Así que…? – Tomó un trago de su extraño y verdoso té – … ¿Buscas otra vida?
– Si. Ya me he cansado de la que tengo.
– ¿De eso se trata? Bueno, te ayudaré.
– ¿En serio?, es decir, ¿puedes hacerlo?
– ¡Seguro! Sólo pon atención a la fórmula.
– De acuerdo. Sigue Leyendo...

Lias y Severo

Era la última hora de la tarde, tras el monte de cristo rey la estepa refulgía entre bronce y rojo sangre. En lo alto la impresionante cruz del cristo de las lágrimas se veía rodeada de un haz de luz y creaba a sus pies una grotesca sombra ,como si fuera el vigilante de los pecadores del pueblo que se extendía a sus pies. Bajo la sombra y como si de una romería se tratara, un grupo de hombres gritaban y jaleaban a dos fornidos muchachos que estaban en posición de lucha en medio de un círculo. Las voces que se elevaban no eran precisamente cantos religiosos, entre insultos y gritos de “pégale””más fuerte””dale” “pelea,pelea” los dos jóvenes cruzaban miradas que destilaban odio e ira contenida. Sigue Leyendo...

SUEÑO

Una vez en el lugar más hermoso del universo vivía un niño llamado Sueño, el cual anhelaba crecer y conocer otros mundos.
Sueño se la pasaba por allá en lo alto, por las nubes jugando y jugando todo el día.

Una vez Sueño se dio cuenta que él no crecía como crecían sus amigos, además empezó a sentirse muy débil y poco a poco perdió sus ganas de jugar.
Un gran día, llegó un mensajero que llevaba consigo un maletín muy especial que contenía alimentos para así fortalecer y hacer crecer a Sueño.

Podemos ir el sábado

Manuel Armayones

Podemos ir el sábado” recuerdo que le dije a Andrea cuando me comentó que debía comprarme algo de ropa para mi nuevo trabajo. Esas palabras retumbaban en mi mente junto al sonido de la explosión exterior, que parecía decirme al oído con un grito demoledor, que nuestras vidas iban a cambiar para siempre. Andrea entró rápidamente en el probador y nos abrazamos. Por el mismo miedo fuimos resbalando hacia el suelo y nos quedamos mucho tiempo abrazados en un probador en el que apenas cabíamos los dos; esperando para saber si nuestras vidas acabarían en cualquier momento o si podríamos seguir respirando, que quizás ya no viviendo, a partir de ese momento. Sigue Leyendo...

Campeón

Once segundos antes de ganar la medalla volvía a estar junto al que había sido hasta el momento mi más implacable rival. Estaba tenso, algo más que yo, pero su rostro nunca revelaba ningún signo de debilidad ni duda. Siempre corríamos por los carriles centrales, hacia cuatro años en Pekín y ahora en Madrid. Estaban a punto de dar la salida y él seguía imperturbable pese a los fogonazos de las cámaras de los fotógrafos que asistían a otra de nuestras míticas carreras. Su rostro me recordó al que ya había visto apenas unos milímetros por detrás del mío en Pekín cuando intuí que había ganado la final y cruzamos miradas congestionadas de victoria en mi caso y de dolor en el suyo. Al año siguiente volví a ver el dolor en su rostro por televisión cuando informaban de aquel maldito accidente al volver de un entrenamiento. No era así como quería que todo acabase entre él y yo. Me trasladé a su ciudad y colaboré en su recuperación. Dan la salida, corremos dejando atrás al viento, al dolor al miedo. Once segundos. Llegamos a la meta, veo su rostro junto al mío, respiro aliviado. Ha ganado. Campeón olímpico. Levanta sus brazos y su muñeca derecha arrastra mi muñeca izquierda. Nos abrazamos. Es la final, otra final, un principio. Sigue Leyendo...

LAS CUATRO ESTACIONES

Había un hombre que tenía cuatro hijos. El buscaba que ellos aprendieran a no juzgar las cosas tan rápidamente; entonces envió a cada uno por turnos a ver un árbol de peras que estaba a una gran distancia.

El primer hijo fue en el Invierno, el segundo en Primavera, el tercero en Verano y el hijo más joven en el Otoño.

Cuando todos ellos habían ido y regresado, el los llamó y juntos les pidió que describieran lo que habían visto.

hansel y gretel en mi ser

este cuento de hansel y gretel se compara con mi vida, ellos se entraron en el bosque y encontraron el camino a casa, y llegaron vivos y bien a su hogar, en mi caso, me fui de mi casa, y no se, ellos eran dos, yo soy uno, y mi camino esta perdido, ellos no se perdieron por eso no fue cruel, pero yo si me perdi, e intento buscarlo, no me recriminen cuando digo estuideses, para un chico hijo de la soledad cualquier palabra duele mas que los propios actos, y no e encontrado mi camino, algun dia espero encontrarlo, algun dia quiero encontrar el camino a casa, encontrar el camino que me lleve a algo, y creo que terriblemente me llevara y descubrire la despiadada muerte. Sigue Leyendo...

Osito

Osito quería ver mundo.
Deseaba correr, saltar, rascarse contra los árboles, quitarles la rica miel a las abejas, respirar aire puro y ver ositas, lindas ositas.
Cada mañana esperaba impaciente el momento de poder colarse en la mochila de Marta, hasta que un día por fín, lo logróoooooo.
Temblaba de miedo y emoción. Marta corría para cojer el autobús y Osito de un lado a otro empezaba a maldecir su suerte.
El viaje se le antojó horrible y eterno. Después de mucho zarandeo y asfixia al fín se paró la dichosa mochila.

…y los cuentos,cuentos son

Erase una vez una vida perfecta, gente con sonrisas perennes pintadas en el rostro, jardines repletos de rosas sin espinas,senderos rectos ,cielos despejados,donde el hambre y el dolor eran palabras sin significado y el amor englobaba todas las almas.

Erase una vez Caperucita roja sin el lobo y Blancanieves sin madrastra.

Erasé una vez un día feliz en mi vida, un acto sin arrepentimiento, un sentimiento de culpa asesinado por mis propias manos, un amor correspondido que rellena el vacío solitario de mi alma.

Aveces o muchas veces veo el timpo en una botella

un dia de tantos me propuse a guardar el tiempo en una botella, no se, me surgio de una incognita de por que los momentos son tan cortos, y no se, quizas por eso digo que un dia me propuse a guardar los momentos en una boella, los alegres en la transparente, los malos en una negra, los momentos de nostalgia en una botella grande ya que son muchos, la melancolia no la guarde, la enterre en una botella y la tire al mar, lo extraño es que siempre vuelve a mi, por que las olas se encargan de devolvermela, entonces me di la tarea de guardar todo en botellas, es un oficio dificil, pero tan bueno, ya que la memoria es como una botella, recuerda todos los momentos, malos y buenos, entonces deje la alegria en la transparente para siempre ser feliz, ya que la felicidad es como los ojos, nunca ven lo esencial. la mujer. Sigue Leyendo...

Relato de un instante

El chico caminaba por la vereda, a paso lento. Un hombre, ya algo viejo, lo detuvo. Sacó un pequeño paquete poniéndolo en la mano del chico. – Entrega esto allá – señalo una vieja puerta de un edificio también viejo en la vereda de enfrente. El chico tomó el paquete y miró al viejo con una expresión algo asustada. El viejo le devolvió una fría mirada. El chico cruzó la calle y abrió la puerta que rechinó fuertemente. Al abrirla se sorprendió al ver a un sujeto tirado, apoyado en una pared no muy alejada de él. Antes de que pudiera decir nada, el tipo lo apunto con un arma de fuego, y el chico no pudo más que hacer un movimiento por reflejo y cubrirse la cara. Pasaron varios minutos, pero nada pasó. El chico abrió los ojos y se descubrió la cara. Debió haber estado imaginando cosas, porque solo vio una interminable llanura con un largo sendero que daba a una brillante puerta blanca e inmensa. Sigue Leyendo...

Mensajeras de su amor.

Y el hombre escuchó a la luna de cantares blancos como su piel y de brillos fugaces bailando en alta mar.

Y la luna que sabe ver viéndole parado le hizo mover con aletas de pez nadando como la luz.

El hombre la buscó bajo cielo de estrellas y dejando su esfuerzo en ello miró hacia arriba y dijo: a ti mujer.

El niño obediente

Aïko, se levanta todos los días a las seis de la mañana para acompañar a su padre Masumoto a pescar. Al ser el único hijo varón de la familia, tiene por fuerza que asumir dicha responsabilidad.

Aíko y su padre cogen su barca de un cobertizo contiguo a su casa, recorren un camino empedrado, flanqueado por la colección de bonsáis de Masaco, su madre. Llegan al lago y se disponen a remar hasta la zona mas adecuada para empezar la tarea, la cual Masumoto conoce a la perfección, pues se hace de la misma forma desde hace miles de años.