Extraño loco atardecer y el frío calándose en el cuerpo, no vive más ese recuerdo que se empeñaba en quedarse en mi memoria,no vive, pero no ha muerto.
Se quedó suspendido en el aire, se infló como el globo que espera que el helio haga su efecto.
Nunca supimos que pasa cuando el globo traspasa la nube blanca, aunque siempre pensaba que el globo caía a la superficie, en su forma inicial.
La conjetura del globo es algo que nunca te dije, ni lo sabrás.
Yo nunca supe que te irías, tu nunca supiste que me fui antes de irte.
Aunque te diste cuenta, cuando la bicicleta nos condujo a la certeza de sentirnos solos y abandonados.
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Cuentos
Recuerdo reloco
No la critico, intento entenderla
su vida pasó de la imaginación a la realidad
pero al final es ser humano y va a meditarlo todo
como un total de pensamiento más cuerpo más espíritu.
No la pienso, la recuerdo mucho
enumerando sus múltiples cosas más un adjetivo
sumándole una característica subjetiva y dadora de significado;
comprendo que su forma de querer algún día aprenderá que está herrada.
Formo pirámides en el aire
y se hacen estatuas de sal y se deshacen;
el viento desmantela la escena y la convierte en auditorio vacío
pero los pilares nuevamente se levantan para construir un salón inmenso.
Escena romantica 4
Le tenía ante mi y como le había visto hacerlo mil veces cambió completamente su forma de ser para convertirse en otra persona, en este caso Otelo.
Empezó a recitar y yo no pude hacer más que asombrarme ante lo fácil que parecía recitar cuanto él lo hacía, ¿por qué me costaba tanto hacerlo amí, espialmente cuando él estaba delante?
¡He ahí la causa! ¡He ahí la causa, alma mia!…
¡Permitidme que no la nombre ante vosotras, castas estrellas…!
¡He ahí la causa…! Sin embargo no quiero verter su sangre;
ni desgarrar su piel, más blanca que la nieve…
El último millonario de la Tierra.
Lo primero que Tomás descubrió al abrir los ojos fue un profundo silencio. Algo verdaderamente inesperado para él. La penumbra era total en la alcoba y sintió una especie de congoja interna que no sabía, amodorrado como estaba, a qué achacar. Alargó el brazo para tocar el cuerpo de ella, pero no encontró más que un vacío. Repentinamente asustado comenzó a tantear sobre las sábanas. No. María no estaba allí, dormida a su lado como siempre… así que, todavía con los ojos dolidos por la oscuridad, encendió la lucecita de la mesita de noche. Eran las dos y media. ¿Las dos y media de la madrugada y María no estaba allí, dormida a su lado como siempre?. Se levantó más asustado todavía y dando un bote en la cama. Se acercó a la ventana, descorrió el visillo y levantó la persiana. La luz cegadora del sol le hizo cerrar brevemente los ojos. Se los frotó. ¡Eran las dos y media de la tarde!. Había dormido durante diecinueve horas exactamente.
el árbol y yo
Era un árbol solitario, rodeado de muchos otros árboles, pero no era un número, porque no aceptó jamás la palabra bosque. Sabía que su sombra escasa, se pierde entre tanta sombra, y que su sangre se llama savia, pero se sentía humano. Observé una cicatriz tallada minuciosa en su corteza. Un corazón y dos iniciales. Comprendí que a su amparo, los amantes habían engendrado un hijo. Supe que las dos iniciales corresponden al nombre de mis padres. Conocí mi origen, como no pudo con el del universo, Stephen Hawkins.
Y descubrí por qué razón … entre divina e ingrata, me encuentro rodeado de mucha gente, y todavía nunca, pude saber que cosa significa, la palabra pueblo.
a ella
la llaman Martina, y tiene los ojos claros y es bella aún los domingos si madruga.
a él le pareció bien aquella chica como compañera de piso. “ya te llamaré”. aunque ya lo había decidido y nadie más se había presentado.
un chico callado y torpe, extraño. una chica extrovertida de ojos panorámicos
y un día que Martina no podía dormir le oyó hablar a solas, llorando. susurraba en voz baja y respiraba por la boca. y ella entró en su habitación y lo miró, allí sentado, con la cara de luna hablándole a la pared, sonámbulo. pero Martina pudo hablarle, y le respondía, aún dormido.
El camarada Océano.
El camarada Océano se ha salido de sí mismo y es ahora un mar de palabras con paráfrasis fotovoltaicas que se comunican con todo lo relacionado con las olas de la mar. Allí, rodeado de lobos marinos, se ha transformado en pirata de los vientos, llenando su vida de corsarias amantes para convenirse en ciudadano independiente en todas las islas del Caribe.
El camarada Océano ha contemplado las orgiásticas coreografías de las ninfas sobre los “mares de cartón” del teatro acuático y él, un héroe de la antiglobalización, se ha rodeado de delfines intelectivos para aproximarse a los textos diletantes de los viejos marineros.
5
4
Me sigue gustando la cultura… Aunque ahora sea La Alcohólica.
Me gustan las mujeres más que siempre… Aunque ellas califiquen ese indómito gusto como Perverso.
Unas muerden, otras golpean dentro, otras me presentan a sus hijos, otras sólo cantan y bailan; pero todas enamoran… Por eso están locas… (con todo respeto).
Una canción en japonés… La canta el mejor músico de todos los tiempos. Me fascinan las lenguas sobretodo las puntiagudas.
3
2
1
Paraíso número 2.
De los 965.704.718 habitantes que poblaban el costeño Paraíso número 2 donde Dios había situado la Urbanización de los Materialistas; había uno de ellos, llamado por todos Don Julián “El Robaperras”, que iba de bar en bar para poder olvidar a su hermana… aquella mujer que un día le había dicho la verdad.
Nunca perdonó Don Julián “El Robaperras” a su hermana Rosa que ésta fuese una mujer que le dijese la verdad sin tener que esconderse de él para nada… y es por eso por lo que una tarde, delante de todos los habitantes del Paraíso número 2, en medio de un calor sofocante, cuando el sol hace que las neuronas se alteren y los alcohólicos dejen salir afuera todos sus demonios, Don Julián “El Robaperras” agredió tan alevosamente a su hermana Rosa que quedó señalado por todos como un demente violento; uno de esos personajes con los que es mejor no pararse a tomar un chato de vino porque el vino que se toma con ciertas personas es mása bien agrio y amargo.
Hacer malabarismos con Bicicleta
Un hombre caminaba tranquilamente con su perro por el campo, paseando y tarareando una melodía. Estaba contento.
De pronto, encontró una bicicleta tras unos árboles, parecía como abandonada, aunque no se veía muy descuidada… La cogió decididamente, sin ningún miramiento, y se la llevó a su casa, allí la acondicionó. Pero… luego advirtió que desde mucho tiempo atrás no subía en bicicleta, con lo cual…
Recordó que en el centro del pueblo vivía un hombre que había sido maestro de escuela y acróbata en un circo, así que se encaminó hacia aquel domicilio.
Nectarina.
Desde la ventana del salón, Amador Cienfuegos la veía, todas las tardes, pasar con las partituras metidas bajo el brazo izquierdo y luego, lentamente, se detenía zusto debajo de aquella ventana y, lentamente, a las seis en punto, siempre a las seis en punto te la tarde, se ponía a leerlas mientras Amador Cienfuegos tomaba, ávidamente, sus prismáticos y, mientras ardía su cuerpo y por poseerla, observaba todos los dutalles de aquella monumental chiquilla. Era la mujer más preciosa, más linda y más excitante que había conocido en su ya larga vida de conquistador impenitente. Mientras observaba sus ojos, su rostro divino, sus rasgos sensuales y hasta eróticos, aquel cuurpo que la asemejaba a la diosa Diana, la cazadora indomable del Olimpo…
La aldea fantasma.
Pues resulta que hace años existía en un país concreto de cuyo nombre no es que no me quiera acordar (como sucedía con Cervantes) sino que de verdad que no me acuerdo, una humilde aldea de sólo 65 habitantes. Se llamaba la aldea de Villalimpia y todos sus habitantes vivían absesionados con una limpieza (para hacer honor al nombre de la aldea) que nunca conseguían por completo. Siempre andaban sucios por culpa de que tenían que ir a las huertas a regar y recoger frutos, tenían que cuidar de los cerdos, se manchaban con el barro de las lluvias o se pringaban con el negro carbón que usaban para sus cocinas. La obsesión por estar siempre limpios era una enfermedad crónica en todos los habitantes de Villalimpia.
Corrupcion Justa
“Señor ladrón, buenos días tenga”
“Buenos días señor Juez”
“Soy el juez que tiene que declararle culpable o no culpable”
“Adelante señor Juez, le escucho”
“Vamos a ver. Usted entró en la casa, y sabía que los dueños estaban durmiendo en su habitación. ¿Es así?”
“Efectivamente, está usted en lo cierto.”
El torerillo Luján.
– ¡Madre, madre, que debuto por fin!.
– ¡Hijo mío!… ¿no ves que ese afán por ser torero te va a llevar a la tumba antes de que cumplas los veinte años de edad?.
– ¡No se preocupe madre… que voy a triunfar!. ¡Ya estoy viendo en sueños los carteles taurinos por toda España con mi nombre en primer lugar!. ¡Nada más y nada menos que Pepe Luján “El Hortelano”!. ¡La fama, madre, la fama!. ¡Me esperan la fama y la gloria!.
El piano eléctrico
-¿Me vas a decir adiós? Porque no quiero más oírte decir eso.
-Qué bien, porque no pienso decírtelo. Le respondí y haciendo un silencio de
redonda continué: – No voy a despedirme, porque no voy a irme. Cada
vez que la luz atraviese nuestra ventana, voy a crear un destello para que me
veas, ¿sí?
-Voy a extrañar todo de vos, tus manos, tus besos y nuestras payasadas, dijo
intentando parecer fuerte.
GENESIS
Capítulo 1
Allí se extendía el inmenso mar rodeado de dunas y médanos. La arena tibia iba dejando una huella y señalaba un destino del cual nunca retornaría. Todo había envejecido al compás del tiempo, mientras me adentraba en el mar.
Nado hasta aquel lugar, una pequeña boya en cuyo extremo se veían las amarras.
Advierto cierta inquietud en el movimiento de las olas, y una fuerza me lleva hacia el epicentro de un gran remolino.
Verlo para Creerlo
Sacarina era una joven simpática, realista y coherente. Sabía muy bien que en la vida había de dedicarse a cosas que realmente valiesen la pena, y ciertas otras cosas, mejor dejarlas pasar en otras direcciones y lugares, donde tendrían muy buena y aceptable acogida.
Había logrado romper el cordón con su madre, que se llamaba la señora Paquita.
Desde que hizo la mudanza, para descargarse de esa presencia materna, descuidó bastante a propósito, el retrato de aquella mujer madre, en una acartonada caja de… cartón. Todavía no estaba de ánimos positivos para buscarle un lugar en la decoración externa, entre los bastidores de la existencia cotidiana y no menos sagrada o crucial.
El destierro
Gente como yo solo tienen una chance.
Ella estaba lejos, cerca de un pino, su pelo a un costado, como una cascada descendiendo por su cuello hasta sus hombros, parecía una pintura…Solo me quedé mirando, pienso que por primera vez en mi vida no sabía cómo hablar con esa mujer, tomé otro trago pensando que era demasiado bonita.
Me paré frente a ella, levantó la mirada, mirada que me parecía familiar, de labios gruesos, nariz fina, piel morena-clara, color del pino.
– Pienso que estoy demasiado confundido o necesito despertar.
– -¿Porqué? – Ella parecía tan calma, divertida con mi forma adolescente sin saber “cantar” mujer.
– Porque solo sos parte de un sueño en este lugar.
EL RELLENO DE LA GARCHA
En cuanto la vi supe que algo contenía. Toda esa forma no podía ser sólo un hueco, un relleno de nada, algo debía de contener.
Decidido la tomé entre mis manos y la acerqué a mi nariz. Pude percibir cierto olor a usado, pero no más que eso. Quizás también olía un poco a tela sucia, si, yo creo que sí.
La apretujé un poco entre el dedo pulgar y el índice y ella cedió a la presión, ugg, hubiera dicho si pudiera hablar, ugg, a la altura del estómago, más o menos por la mitad del cuerpo.
SEXO – SEXO
Al hijo varón generalmente se lo educaba para que fuera el gran cogedor, el macho. La niña era educada para que tuviera un no muy firme. Así se crearon generaciones de personas malinformadas, malformadas. Por un lado, los que tenían miedo de fracasar, por otro lado, las que tenían miedo de triunfar.
El encuentro de dos está marcado con el éxito cuando perciben el sexo como fuente de placer, la maquinaria loca que genera amor, y no como aquella cosita chancha, obscena y sucia que papá y mamá pretendieron ensuciar.
Sarcófago de metal
Ayer te vi.
Nos internamos en el bosque de gigantescos pinos. Las luces de colores diseminadas por los senderos se balanceaban suavemente en la brisa de la tarde. Encendí un cigarrillo y volvimos sobre nuestros pasos.
El ritmo de nuestra marcha se oía más fuerte a medida que nos acercábamos al lago por el crujir de las ramas. A través de la espesura alcancé a ver los primeros destellos del agua. La placidez reinaba y mirábamos plenos, cómo se mecían las olas cautivantes, presentando un aspecto asombroso bajo los fogonazos de las luces de la tarde. Seguimos el sendero abriéndonos paso entre el follaje y finalmente llegamos.
Recuerdo eterno
Cayendo la noche mi mente divagaba una vez más, de fondo la música rebelde del momento hacía de cortina cinematográfica. Cuando todo parecía tomar cierta paz y tranquilidad tus ojos se iluminaron de golpe y me obligaste a levantarme de la cama. Estábamos más allá del sueño y aún así decías había que seguir.
Tomamos nuestros abrigos y salimos a la fría calle. El empedrado húmedo de rocío sonaba bajo nuestros pies presagiando el vacío… corrimos dos cuadras hasta poder tomar un taxi al centro. Las luces de la ciudad nos recibieron con su alegría natural, nos bajamos en Rivadavia y Jujuy directo a La Perla. El bar estaba lleno de estudiantes de filosofía y letras y en el fondo nuestro sector reservado, el de los “músicos”.
El centinela de las memorias.
Mi nombre es Pedro Calderón.
Tengo treinta y cinco años, de profesión periodista. Vivo asomado a mis propias sombras y llevo una vida solitaria, escrita y signada por el aislamiento y la fascinación de las palabras.
Tragadas por una agobiante infelicidad, llevo marcadas en mis retinas mi nacimiento y resurrección.
Escribo y leo sólo los sábados, y en este último día encontré mi primer intento con las letras. Tenía por entonces catorce o quince años, y me sorprendí al hojearlo.
Apreciación…
Una hoja seca es llevada por el viento haciéndola danzar con majestuosa belleza entre ocres y dorados del sol… Una larva finalmente se convierte en mariposa tiempo después descubriendo sus hermosos colores… más arriba los cumulus nimbus juguetones como siempre dibujan un dragón de enormes alas… un bebé en el parque le regala la más linda sonrisa a su mamá mientras los más grandes corren y hacen amigos a cada paso… en el séptimo piso de un importante hotel del centro y en una casita de techo de chapa una niña y una mujer de mediana edad cantan en la ducha como si fuera el gran concierto de sus vidas… un abuelo y su nieto adolescente juegan una partida de ajedrez en una banca….
Golpe
Mis manos temblorosas golpean el cristal y nadie dice nada, ni siquiera advierten mi presencia al otro lado. Desgarrado mi espíritu esta sin saber nada, todos caminan de un lado al otro con la misma prisa que llevan mis pensamientos dentro de mi cabeza.
Todo mi ser se ha convertido de repente en un torbellino imparable, no siento mis pernas y en mis oídos solo el correr de la sangre en mis venas.
Cuando se piensa que se llegó al límite siempre llega un golpe más fuerte, una replica mucho peor y cruda. Del otro lado algo empieza a cambiar, los movimientos se vuelven lentos, desahuciados, pesados. Tan solo un ruido ensordecedor que nunca olvidaré envuelve la sala y una sabana blanca es llevada como una caricia a tu rostro de niño.
A ambos lados del cristal la vida se apaga para siempre sin poder hacer nada, sin explicación… debe ser por esa razón que no existe la palabra que defina la perdida de un hijo. Solo me reconforta saber que al final del camino estarás esperando por mí como alguna vez yo esperé por ti…