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Relatos

Selmo

En la guardilla de la casa tenían las palomas, todo estaba bastante dejado y sucio, las aves estaban ahí, de cualquier manera, no había demasiada higiene. El olor no era el más adecuado.

Selmo tenía la mente de un niño, pasaba de los cuarenta. Su padre lo dejaba horas encerrado en lo alto, junto a las palomas, él no podía hacer nada más que sufrir esa humillación por parte de aquel hombre padre, siempre en compañía de gente de mal y de peor. Selmo, ni siquiera sabía bien, bien, lo que era una humillación.

MAS DE CIEN MENTIRAS

Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, la risa, los bares,
tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
tenemos moteles, garitos, altares.

Tenemos urgencias, amores que matan,
tenemos silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhattan,
tenemos cenizas de revoluciones.

Los sueños…

Los sueños…

Los sueños son mariposas volando a ras de la tierra: fáciles de ver, de admirar y difíciles de alcanzar.
Mis sueños son gaviotas haciendo sombra en la mar, haciendo de mi capitán de un barco sin ancla.
Sueños de poeta, de pintor escondido en su rincón, de niños imaginando ser estrellas brillando en la oscuridad.
Los sueños son la esencia de lo que somos, la esencia de nuestra vida.

Y por si fuera poco

Al que le quede el saco que se lo ponga. Otra vez, mi tiempo es limitado, pero ahí les dejo algo que no escribí pero que me han regalado. Saludos a todos, buena noche. Ah sí, ojalá y me encuentren en CARALIBRO: flonorec pa buz. Total, se me hace más gustoso charlar y dejar los textos para la imprenta. Ya no puedo seguir perdiendo el tiempo con ejercicios literarios.

Siempre agradecido, H.

INSOPORTABLE ASIMETRÍA
Enviado por: SHODAN el Viernes, 03 de Febrero de 2006

Tropi

Supongo que se llamaba Tropi, porque así se lo oí a alguien que salía del bar de sus amos en su busca. Tropi era un perro pequeñito, enteco, bastante feo, de color gris y pelaje algo rizoso, que a la llegada del buen tiempo y una vez pasados los vientos, las nieves y los fríos mesetarios, se repantingaba en la explanada frente al bar de sus amos a calentar los viejos huesecillos al sol.

Tenía ese aire, que siempre me ha parecido conmovedor, de profunda dignidad y concentración de algunos perros pequeños, conscientes de su propia importancia. Yo pasaba alguna que otra vez por delante de ese bar, al que nunca he entrado, le llamaba al acercarme, le guiñaba un ojo (lo que al parecer equivale para perros y gastos a un “te quiero”). Pero él no me hacía caso, demasiado acostumbrado quizá a que la gente entrase y saliese del bar. A mí, su presencia en la calle tomando el sol me daba alegría porque veía que había superado otro invierno. Sigue Leyendo...

Sí (Aumentado y reeditado)

Si cito una sóla sílaba, una sóla nada más, te nombro todo completa. Sí. Ya está. Eres Sí… nada más y nada menos que Sí… Eres el Sí del Silencio y la Simpatía, el Sí de la Simetría, la Sinceridad y el Sinnùmero. Eres el Sí de la Simiente. El Sí de la Sinfonía. El Sí de lo Singular. Eres el Sí del Sisón. El Sí de la Sirena y el Sí de la Sinéresis. !Sí!. Eso eres tú. El Sí de la Silueta. Eres el Sí del Silbido. El Sí de la Significación. Eres el Sí del Siglo… nada más y nada menos que el Sí del Siena artístico y el Sí de la Siguiriya con toná y soleá de la Andalucía. O el Sí de la Sierra Ecuatoriana. O tal vez seas, solamente, el Sí de una Signatura escrita en los pentagramas de Sibelius para ser Siete Sinfonías. Sigue Leyendo...

El Desconocido (Aumentado , Corregido y Reeditado)

Tenía la mirada siempre perdida en algún punto de algún lugar de algún recóndito misterio. Nunca se sabía si llegaba o estaba preparándose para partir a algún extraño destino y su nombre me era tan desconocido como éste aunque, pensándolo bien, no parecía tener ningún destino concreto; si acaso, alguna indefinida pasajera sensación de que pensaba en llegar a algún punto de algún lugar de algún recóndito misterio.

Si tuviera que describir a este tan inédito personaje, doy mi palabra de hombre que no podría… ni tampoco, por respeto a su identidad, me atrevería a romper su silencio para preguntarle… porque, solamente mirando su siempre perdida mirada, uno se daba cuenta, enseguida, de que aquel personaje no tenía ninguna descripción definitoria. Sigue Leyendo...

El Zapato y la Calle

El señor que estaba sentado en el en banco cercano a la esquina se a levantado y está caminando por en medio de la calle, no vienen coches, la calle es estrecha. El señor va muy bien vestido. Con traje y corbata. Es de estatura mediana, centímetro arriba centímetro abajo, es delgado sin gorduras. Camina con cierta lentitud pero no a cámara lenta. Parece que sabe a donde a de ir.Eso parece.
Su mano está en el bolsillo de su chaqueta, allí… ¡algunas monedas sueltas!
¡Seguro que sí!

AMANTE

Soy amante de la noche, de la luna y de la luz que nos regala. Amante de un amor a escondidas y de los secretos que nadie sabe. Soy amante del café con un cigarro, de la soledad parcial y la felicidad momentánea. Del sonido de tu voz susurrando en mi oído, del frio acariciando mi cuerpo y de un beso tuyo en mi frente.

Soy amante de la escritura, de la filosofía y del engaño que se produce con el fin de evitar un sufrimiento. De mi tierra y de mis tradiciones. Del olor de mi casa, de los besos de mi madre y las risas de mi padre. Soy amante del conocimiento subjetivo y constructivo, del viajar a un lugar desconocido y compartir miradas con alguien ajeno. Sigue Leyendo...

RE: Conversación 1890

a flama que tiene el don de…

– ¿Será que han dado la alarma?
– No, es el ruido de mi encéfalo.
– Parece usted una persona razonable, debiera considerar la comisión de algún delito.
– ¿Le parece? ¿Cómo cuál?
– Cortarse la cabeza y entregar su cerebro a la ciencia.
– Definitivamente una forma de inmortalidad.

Ella cierra los ojos… (reedición).

Ella cierra los ojos y deja sus labios entreabiertos. Mis dedos, ya sin temor alguno, juegan a ser pinceles a lo largo de su cuerpo. Después me entretengo en dibujar en su bello rostro figuras que van tomando vida como movidas por el soplo de Dios: una sirenita azulada, un barco de vela de color añil, una luna negra, estrellas multicolores, dos gaviotas blancas como la luz del alborear, un corazón del color trigueño del maíz… Se oye la lejana voz del viento.

Paredon (novel-e)

Lito Delmezer atravesó la sala oscurecida donde el reporte del último ciclo se llevaba a cabo. Sin haber siquiera visto a su alrededor, encontró a la persona que buscaba detrás de un panel W en donde aparecian varias ventanas de video, gráficas, columnas de cífras y nombres estratégicos en sucesión vertiginosa.

– Lo hemos encontrado, susurró Lito.

Sin apartar un segundo la vista de la enorme pantalla multisectorial de su invención, el General, un super-hombre de dos metros diez y ciento y tantos kilos de masa musculo-esqueletica diseñada y mantenida por mols, respondió: Sigue Leyendo...

Setamor (Novela) Capítulo 13.

El día siguiente amaneció con los tintes naranjos de los rayos solares penetrando a través de las cortinas y rebotando en las almohadas de las camas somnolientas. Algunos desperezaban sus sueños mientras otros permanecían, inmovilistas ellos, durmiendo solamente. Y entre despertares y ensueños llegó el día de puntillas; como siempre llegaba en aquella rica mansión.

El joven licenciado oyó un murmullo de gentes. Al principio fue tenue, lejano, como si un pequeño airecillo se hubiese levantado con la llegada del nuevo día. Luego se fue convirtiendo en algo más profundo, para terminar en un sobresalto de estrepitosas carreras por el pasillo. Pero el joven licenciado tenía mucho sueño. Tenía el profundo sueño del amor y se quedó en la cama. Sigue Leyendo...

¡Dicen que algunos trastornos se aprenden!

Mientras aquel brusco y distante padre desayunaba sobre la mesa, de la habitación salía su hijo adolescente, en lugar de dar los buenos días dijo: “Padre, yo de mayor quiero ser científico”.

El padre de la criatura respondió: “¡Estás loco!”
De inmediato añadió en tono desafiante: “¡Que harás!”

El chico, desacreditado por su padre, replicó: “¡Pues seré un Científico Loco!”

Y entonces vivo sin darme cuenta.

Fluyes a manera de tan grande ilusión que estás llegando a ser tanta claridad que ya ni se ve esta primavera entre los chopos. Ahí enfrente. Eres tú, con tu rostro de vida entera, la que despierta mis saber que estoy soñando…

Y llega tu alegría desde muy lejos del recuerdo cuando las gaviotas con vuelo olvidadizo en prematura floración de nubes se transforman… y entonces vivo sin darme cuenta; lejos de todo sueño que ilumine el agua y la danza de las imágenes en los espejos del mar.

Tecla Mágica

El profesor de música de la escuela municipal había estado escuchando con atención y cierto deleite. Miró su reloj, suspiró, antes de levantarse se despidió del chico, y éste desde el suelo dijo: Profesor, ¿me explicará como empezó en su carrera?
Y el hombre, en tono distendido, colocándose bien la parte inferior de la chaqueta respondió: “¡Mañana, a esta hora! ¿Le va bien?…

Las promesas y compromisos se mueven en la memoria y en el reino de la responsabilidad para poderse cumplir. Así que al día siguiente, más o menos a media tarde, bajo un árbol con esplendida sombra de primavera, y ardillas alejadas por una inteligente prudencia, profesor y alumno se encontraron en aquel pedazo de mundo, en aquel lugar donde el día anterior ya había pasado con lentitud a través del tiempo vital. Sigue Leyendo...

Mañana será otro día.

Se fue lejos. No hace mucho que mamá se puso a trabajar. Desde que el viejo se largó en casa hemos disfrutado. El futuro nos nos preocupa. Es una pena que no haya seguido estudiando. Me aburría. Yo la quiero mucho porque es una mujer auténtica. La suerte de nuestra generación es que podemos escoger a quién vamos a querer toda la vida. Me he fijado en que siempre nos consolamos mirando a los que están peor que nosotros. Eso no está tan mal. Estoy triste. Cuando le anuncié a mamá que iba a trabajar de canguro no le hizo mucha gracia. Es como si a mi alrededor todo se hubiera detenido. Yo sentía. Porque la verdad es que a veces me gustaría ser otra persona. A mí me parece que en el barrio hay mucha gente. Espero que encuentre algo. Sigue Leyendo...

Una noche y mil canciones

No necesito dos palillos para mantenerme despierta en las noches,
a veces solo es necesario unas cuantas horas extras para dormir en el día y resistir en la noche.
No es necesario unas cuantas tazas de café para ver cómo las horas del reloj van marcando las 10, las 11 o las 12… o en ocasiones la 1 o las 2 y las 3 de la madrugada.
A veces solo es necesario un poco de compañía musical, esa que despierta el ánimo o trae a colación al pasado. Ese pasado que siempre viene acompanado de una canción, de un autor, de un cantante, de una melodía, de una frase, de una composición. De la alegría, de la tristeza, de la sonrisa y la picardía, de la lágrima y la herida, del placer y el clímax, del dolor y la angustia, del azar o la circunstancia.
No se necesita tanto esfuerzo para estar despierto a la madrugada, porque es nuestra aliada, porque bajo el cielo negro se ocultan nuestros más grandes deseos. Porque parece que estamos solos y encerrados en cuatro paredes que no escuchan, pero son testigos de nuestros desvelos. Sigue Leyendo...

¡Órdago a bordo!.

En el camarote principal del catamarán “Barrabás”, propiedad privada del isrealita “Judas” Rosemberg, el mayor capo del dinero a escala de los Bancos más importantes del mundo, éste se encontraba sentado alrededor de la mesa junto con el estadounidense Joe “Cicatrices” Johnson, capo mundial del comercio ilícito de las drogas; el ruso Serguei Lomanov “El Chepa”, capo mundial del alcohol; el japonés Aoki Yamamoto “Yamaha”, capo mundial del tráfico de armas; y el libio Mustafá “El Loco”, capo mundial de las redes de la prostitución. Sigue Leyendo...

Las Niñas tendrán que saberlo

Mientras las adolescentes subían por la cuesta amable, con una mezcla de sonrisa y cansancio de haber estado jugando, el abuelo sonriente en la tumbona se sonreía de alegría contemplando la escena, como si fuese un cuadro con una pintura plasmada.
Su pipa estaba vacía de fuego y vacía de humo, y vacía de tabaco, ya no quería fumar más según prohibiciones de su amigo el doctor.
Influido y atemorizado por las no tan nefastas prescripciones médicas, reprimía su deseo por fumar.

Tecla Magica (Continuacion )

Al cabo de una semana, en que la rutina académica regresaba a su ritmo oficial, el profesor Deviene, cruzando el jardín para adentrarse en el edificio, advirtió que a unos metros, bajo la sombra de un árbol, había un alumno sentado, como desconectando del horario o quizá del brío escolar, del asedio escolar.
El profesor se miró el reloj y acto seguido se acercó a ese alumno, antes de llegar a su vera hizo algo muy poco común en él ¡Preguntar si podía sentarse allí…! ¡Era la primera vez que aquel hombre valoraba el espacio vital de un alumno…! Incluso otros alumnos que se adentraban a la escuela y veían aquel hombre allí sentado, en el jardín de la escuela, con otro estudiante, miraban con rostros de sorpresa. Sigue Leyendo...

el muerto del rio dedicado a disel

para que se te quite el escalofrio te tienes que meter en el ojo de agua beber tres veces nadar, el chaman le dijo a chy, en su natal tabasco, tenia un mes desde aquel dia cuando su amigo demetrio estaba con su esposa de 16 anos discutiendo chy de catorce vaquero le dijo vamos a banarnos al ojo de agua el otro le contesto que no que acababa de llegar> se oian gritos de enojo la chica embarazada le gritaba desesperada conpungida hembra en brama, que la llevara a la ciudad> demetrio no le hizo caso fue a banarse con chy al ojo de agua, cuando chy se estaba preparando para meterse al agua volteo alcanzo a mirar como su amigo no se veia, la poza de la cual salian charcos de agua revuelta, sin pensarlo se quito los zapatos y se avento, Sigue Leyendo...

El acertijo de Buda

La tortuga de Buda perecio y al llegar ante su maestro,
este le propuso un enigma. Ella tendria que viajar
por los ocho brazos de la rueda del Dharma,
hasta que alcanzase el centro, donde las tres corrientes
de la vida se fusionan en la chispa de creativa.

En el centro, la tortuga podria reencontrarse con su maestro.
El enigma se le planteo asi:

La Buscona (Novela) Capítulo 1.

– Pues yo, señor juez, que bien conocida soy como La Buscona, en realidad que tengo a bien llamarme Simona de Barrufet, natural de la muy noble ciudad de Barcelona e hija en sí mismo del talabartero Pablo Barrufet y de madre no conocida puesto que en el día de mi parto ella murió sin saberse bien cuales fueron las causas. Y es por eso que, en llegando a la mayoría de edad, dióseme hacer el hatillo por venirme a estos pagos madrileños para, escondida de las beatas trotaconventos y del cura párroco Don Dionisio Masip, poder ejercer mi oficio de costurera en la muy distinguida casa de Balsadua, de la cual soy proletaria a destajo acá por la calle de Zurbano que, como vos deberíais saber bien, es una de las principales calles del grande e histórico Barrio de Salamanca, del cual tuve la feliz idea y ocurrencia de traer un bosquejo apuntado en esta hoja del calendario que, en mi humilde chabola, pude encontrar más a mano y mire usted que es del día 4 de abril de los presentes días; Sigue Leyendo...

Segunda oportunidad

“Dándome una segunda oportunidad”
Y ahí estaba yo, sentada en la mesa de mi oficina, con el guión cinematográfico más perfecto jamás escrito. Era la historia mas complicada y romántica que había leído. Había mucho trabajo que hacer, era muy difícil para mi el dirigir esta película, era prácticamente la historia de mi vida, y el solo hecho de pensar que alguien, sin que este lo supiera, iba a representar mi vida, me ponía los nervios de punta.

Todo dependía de dos palabras, si ó no. Quería aceptar el proyecto, pero no sabía si iba a ser lo suficientemente fuerte como para revivir cada sentimiento.
Como directora experimentada, no podía dejar que este tipo de situaciones, por muy sensible que yo fuera, afectaran mi vida emocional y sentimental a tal grado. Digo solo era una película que se parecía demasiado a mi vida. Sigue Leyendo...

Setamor (Novela) Capítulo 13.

El día siguiente amaneció con los tintes naranjos de los rayos solares penetrando a través de las cortinas y rebotando en las almohadas de las camas somnolientas. Algunos desperezaban sus sueños mientras otros permanecían, inmovilistas ellos, durmiendo solamente. Y entre despertares y ensueños llegó el día de puntillas; como siempre llegaba en aquella rica mansión.

El joven licenciado oyó un murmullo de gentes. Al principio fue tenue, lejano, como si un pequeño airecillo se hubiese levantado con la llegada del nuevo día. Luego se fue convirtiendo en algo más profundo, para terminar en un sobresalto de estrepitosas carreras por el pasillo. Pero el joven licenciado tenía mucho sueño. Tenía el profundo sueño del amor y se quedó en la cama. Sigue Leyendo...

La Tecla Magica

El profesor Deviene, estaba en su mesa, allí enfrente, las chicas y chicos, mirando asustados y cohibidos, arrestados por aquel sistema educativo, sentados en sus pupitres. ¡Aquel profesor tenía mal genio!

Llevó sus antiguas gafas de mirar partituras con alumnos cohibidos de trasfondo, a la punta de la nariz, Deviene no era un hombre mayor, pero era tan soso, aburrido y además con una actitud tan reprimida y amargada que parecía más mayor. Miró a sus alumnos y al mirar a la jovencita Sisí, apareció en su amargo rostro una sonrisa, y él no debía tener la más mínima idea, de que esta sonrisa estiraba la musculatura facial de su rostro. Sigue Leyendo...

Un, dos, tres… ordenas tú.

Cuando llueve recorro con el dedo las gotas de lluvia en el cristal, es un entretenimiento para el que no es necesario pensar y relaja muchísimo (probadlo). Una vez me decido por la gota “especial” me gusta seguir su recorrido, hasta que “muere” en el filo del marco de aluminio frío e insensible que la abandona a su suerte… Estaba ensimismada en esta tarea cuando suena un fastidioso ruido:
¡el móvil! Dichoso aparato tecnológico sin el que no podemos pasar, pero que a veces nos dan ganas de enviar “donde picó el pollo” y este momento era una de esas veces, me sentía tan a gusto que de buena gana lo hubiese tirado por la ventana, pero… mi ojo derecho me jugó una mala pasada, se desvió y la información llegó a mi cerebro: Momento de pausa, ¡has de contestar!
En los segundos transcurridos entre el abandono de mi placentera actividad y el descolgar el teléfono me sentí la persona más esclava del mundo: Un, dos, tres… ordenas tú. Sigue Leyendo...

Setamor (Novela) Capítulo 12.

A la hora de comer se reunieron todos, una vez más, en el comedor.

El joven licenciado, que había permanecido absorto durante toda la mañana en su habitación por propia voluntad, bajó las escaleras. Paralelamente a él ascendía la ninfómana. Pasó por al lado de él haciendo como que no existía pero mirándole de reojo.

En el comedor se sentaban en grupos de cuatro. Todos menos una chiquilla que jamás podía sonreír. Junto al joven licenciado se encontraba el silencioso (un hombre, ya avanzado de edad, que apenas hablaba con nadie), el maduro canoso (siempre delgado y con los nervios a flor de piel de tanto hablar de política con quien tenía la desgracia de topar con él) y el director de banca (el gordo ajedrecista que, el día anterior, jugaba con la jovencísima morena). Sigue Leyendo...

Setamor (Novela) Capítulo 11.

Como el dolor de cabeza se le acentuó bastante, el joven licenciado indicó a la enfermera que no bajaría al comedor para cenar. Se le aceptó la petición y le llevaron una bandeja, con entremeses, a la cama.

La enfermera, delgada y cuarentona pero con cierto aire desenfadado y juvenil, llamó a la puerta media hora después.

– ¿Has terminado?.

– Sí, sí. Puedes pasar.