Archivo de la categoría: Relatos

Relatos

El yonki espino

I

Durante el tiempo que duró la crianza de mi hijo,
dediqué los pocos ratitos libres que tenia… a varias cosas:
Tejí; hice jerseys de punto para toda la familia.
Ganchillo; hice una colcha preciosa que nunca rematé.
Leí; A Sangre Fría, Jack el Destripador… (me dió por el género)
Pero sobre todo… devoré con infinita pasión varias
series de televisión:
“El Pájaro Espino”, “V”, y la reposición de “Curro Jiménez”

Como el cristal

Mi abuela decía que el dinero tenia que ser como el frágil cristal que al caerse de las manos se hiciera añicos.

Quizás sea demasiado metafórico y habría que pensarlo dos veces el dicho popular para darle sentido, Lo cierto es que cada persona le da una interpretación muy particular.

Se había muerto la tía Tasia solterona, solitaria pero buena mujer de toda la vida como se decía en el pueblo .Todos andaban como locos por el viejo caserón derruido del que tan solo se utilizaba una habitación, fue precisamente en la que murió la tía no valía casi nada pero alegaban a cada momento de la discusión a la dignidad, los principios que si luchar por lo que es de uno y no se cuantas pamplinas. Sigue Leyendo...

la verdad de un cumpleaños

Todos reunidos para lo que se esperaba ser una gran celebración.
La celebración de un vigésimo quinto cumpleaños , la celebración de un cuarto de siglo , o como también se suele llamar la celebración de “el cumpleaños de plata” .

La historia que voy a contar a continuación como se puede presuponer trata sobre un chico que iba a celebrar su vigésimo quinto cumpleaños en compañía y rodeado de la gente que quería y apreciaba .

Catarsis

Corría el mes de julio, y se detuvo en aquel lluvioso domingo.
Mi mamá y yo estábamos sentadas en primera fila, aguardando el momento.
Poca gente ocupaba el teatro. Algunas señoras con sacos abrigados y sombreros elegantes.
A las siete de la tarde comenzaba la función.
Las luces, estratégicamente ubicadas, invadían el escenario, reflejando el claroscuro de un color parecido al rojo.
Mis ojos se estremecieron al ver -a quien representaba en la ficción- a aquella figura tan especial, hermana de un inexplicable sentimiento de admiración y dolor. Sigue Leyendo...

Suegra asesina

Nací en el asfalto, y pase los pirmeros 23 años de mi vida
respondiendo a la pregunta que me hacía mi madre cada día, ..
varias veces; “¿en que piensas hija?”. “En nada”.
Creo que mi madre vivía preocupada; “en nada”, nunca pareció
convencerla. Yo tambíen vivía preocupada; No sabía por qué
mi madre me preguntaba cada dos por tres y con cara
como de susto, que en qué pensaba.
Nunca cociné. Nunca hice la compra. Nunca vi el campo ni los
animales y animalitos que lo habitaban. Sigue Leyendo...

el grajo

Cada dia que subia por el es estrecho sendero camino a mi casa me detenia a mirar y escuchar a Manolo,era el nombre que en el barrio habian dado a uno de los grajos que merodeaban de continuo entre los arboles escasos pero agrupados que teniamos la vecindad,
Me sorprendia verle quieto inquisitivo y desafiante ,grande como una gallina,me miraba fijamente y graznaba quejido y ronco sin cesar ,al principio me hacia gracia poco despues me resulto desagradable y al poco tiempo comenzo a asustarme la forma en que parecia dispuesto al ataque,
Se balanceaba por la tapia de la derruida iglesia y cada vez ganaba un paso mas en direccion a mi persona. Sigue Leyendo...

ACCIDENTE

Sólo un golpe y el auto pasó veloz aprovechando la luz amarilla del semáforo.Allí quedó tendido.Desde mi ventana lo veo subiendo con dificultad a la vereda.
Unos niños pasan sin mirarlo.Un anciano lo toca con su bastón moviéndolo un poco.El no lo miró.Con sus ojos cerrados,adolorido,pensaba que no era malo morir allí… Se acurrucó junto al muro.
La sañora cruzó la calle.Se agachó con dificultad y se lo llevó en brazos.
Ahora no sentía dolor.La miró cariñoso con sus ojos pardos.
¡Había encontrado un hogar!

el gitanillo

El jitanillo Rulito estaba contento, su gata preferida estaba apunto de parir era una gata rolliza el se encargaba de cuidarla y darla de comer mas que al resto de los gatos ,en la chabola había muchos gatos pero Ratona era la mejor la mas lista.,
El animal entre ronroneo y gemido anunciaba el parto acurrucada en una caja de carton llena de viejos trapos
Rulito llamo a su abuelo para que con su experiencia ayudara al animal a que todo saliera bien, el viejo se acerco al animal y cojiendolo entre sus manos comenzó a empujar el vientre de manera indiferente como el que esta acostumbrado a asistir a los partos de un animal, nunca antes lo había hecho, pero el se quería mostrar como un experto. Sigue Leyendo...

Final

El libro decía fin y lo posó en su regazo cerrando los ojos.
No era el fin que ella hubiese puesto, pero tampoco éra su libro.
Algo de aquel fin no le gustaba. Pero… ponía fin. No había más. Para qué ni tan siquiera pensarlo, para que buscarle otro fín. Para que tratar de cambiar lo que no se puede o debe cambiar. El fin de algo puede significar el principio de otro algo.
El día llega a su fin, pero mañana amanecerá y saldrá el sol.
Sí, el fin no es el final.
Saludos. Alaia

Aventura

Se escondió entre la leña.Era solo una bolita de piel.
Dejó de llover.
Asomó su hociquito y vió que el perro del vecino dormía. Al abrigo de la pared se fue caminando. Deseaba encontrar aquella camioneta que lo trajo a la gran ciudad entre fragantes leños de pinos y eucaliptus.
Echaba de menos el calor de su cuevita y la compañía bulliciosa de sus hermanos.Su espíritu aventurero lo trajo a la ciudad, más estas casas de cemento no podían albergarlo .Tampoco había encontrado amigos. Triste y lentamente se fue por la húmeda cuneta de la calle vacía. Sigue Leyendo...

El que se llamaba Sabio.

El que se llamaba Sabio se sentó en un mojón del cuadrilátero de la vida; allí donde los golpes se esquivan a través de la sensación de no pertenecer a nada de lo existente en el perímetro de todo lo perceptible. Y se quedó durmiendo el que se llamaba Sabio para entender un poco con la conciencia del Sueño. Y el que se llamaba Sabio sólo pudo distinguir una especie de caos en que todo se diluía a través de miles de caminos que zigzagueaban sin hallar consuelo a su búsqueda. El que se llamaba Sabio despertó tan cansado que ya no deseó seguir intentando interpretar la Vida y se llenó de Silencio. Sigue Leyendo...

Renaciente conciencia.

Se disparó una idea en medio de la cabeza y empezó a nacer de nuevo. Fue un renacimiento humano al que llamó Conciencia. De pronto comenzó a sentir otra manera de ver e interpretar el mundo y, aunque al final de su segunda existencia tenía la segura sensación de que habría de volver a autodispararse otra idea, notó una enorme alegría por volver a tener la oportunidad de sentir ganas de expresar sus decisiones. Sabía, estaba seguro, era lo más probable… que esta segunda ocasión también equivocaría algunos caminares… pero se sintió feliz cuando descubrió que ahora ´se le presentaba la ocasión de caminar por rutas desconocidas y anheladas en su primera vivencia. Nada de renuncia. a vivir se dijo. Y tomó carretera y “mantra” para descubir nuevas fulguraciones en su experiencia. Era la autodeterminación de sentirse un poco más libre que antes. Y así hasta volver de nuevo a intentarlo en su futuro tercer renacimiento humano. Respiró y comenzó a andar… Sigue Leyendo...

Una nota en mi ordenador.

El teclado comienza a ser uno de mis mejores amigos, cada vez siento más que mis dedos llegan a formar parte del sistema.

Es bueno escribir y dejar las limitaciones aparcadas, dejar que los astros sigan dando respuestas a aquellos que aún creen sin nada que perder.

Hay quien lee libros, y hay quien lee en las estrellas, o en los sueños… o en una gama diversa de sucesos rotatorios y los hay quien simplemente creen en su corazón, aunque creer en el corazón también significa creer en la vida a pesar de ese lado tan oscuro y a veces injusto que contiene. Sigue Leyendo...

Rebeca.

Una vez los cielos se abrieron, y entonces salió Rebeca, la Diosa a la que hoy pongo nombre y que en realidad se llama poesía.

Salió de entre los escombros caídos, salió mojada por la lluvia incesante, salió como salen los Dioses de entre la luz del atardecer.

Los vientos silbaron al verla, las plumas cayeron flotando y las aves posaron sus alas para escuchar el ritmo de su corazón grabado sobre la tierra.

La isla del silencio.

¿Que otra cosa podía hacer que sentarme en la silla de mi habitación a contemplar el transcurso de la noche?.

Me senté como el que se sienta a orillas del mar a meditar y escuchar el oleaje.
Me senté y con los ojos cerrados hice desaparecer todo cuanto a vísperas de escasos segundos había podido contemplar.

El agua trató de arrastrarme en mi ensoñación hacia su garganta y sin asustarme me dejé llevar por el encanto de su pedido.

Mi sueño de ayer.

Había una vez un muchacho llamado Saúl que cantaba con voces de victorias en pueblos de Israel. Era alto como el monte que le vio nacer. Corría por caminos de arena y descalzo atraía a la más hermosa mujer. Sus ojos pedían agua al cielo confundidos por el mar y confundidos con azul de los ríos

Tenia pelaje de niño rebelde, sus manos pequeñas y jóvenes tocaban tambores como sabios de la inspiración.

La danza de mi sombra.

Anoche atrapé una serpiente que deslizándose entre mis sabanas llegó hasta mi.
Parecía ser mujer y tener mi nombre. Al quererla mirar esta desapareció de mis manos y en forma de silueta se metió como sombra en mi pared.

Comenzó a bailar al ritmo de un suave tambor procedente del ardor del calor de la noche.

¿Cómo bailan las sombras en la noche?.

¿Quién alza los brazos y mueve suaves sus pies ajeno a este loco mundo de la razón?.

Atrevete a soñar.

Conviertete en aquel personaje de tus cuentos y dinos en cual hermoso lugar empezó.

Se el heroe de tus aventuras porque hoy eres tu quien cuenta la historia de un sueño robado al desafío en dónde las berreras son solo cosa de cobardes, de hombres vencidos por el dragón o de aquellos quienes despertaron para subir al cielo.

Cree al niño, pues el conoce el sendero hacia tu hogar, dónde lo imposible ya es real y duerme así entre hermosura innata.

La familia crece

Todo padre o madre sabe que familia significa crecimiento continuo. Crece el vientre de la madre y nace un nuevo hijo, que no para de crecer.

Los zapatitos de bebés muestran cuán rápidos crecen. Aumentan los hermanos, los primos, los amigos,… Crecen tanto que hasta la mesa familiar se queda pequeña, y la casa también. Pasan la adolescencia y cuando parece que finalmente nuestros hijos e hijas no seguirán creciendo (al menos en altura), les aparecen a todos ellos esas extrañas sombras colaterales que parece ser que se llaman algo así como nueras y yernos. Sigue Leyendo...

Sara y el secuestro de su imaginación

De pie frente a la ventanilla intentando ver mas allá de esa cara que me mira, (siempre le he visto cara a la luna una expresión un tanto triste, con la cara ladeada y en posición tres cuartos, de niña pensaba que esa tristeza era a causa de nuestro comportamiento con los animales y la maldad humana)
Inútilmente sigo escudriñando, busco la inspiración en la plateada, que esta vez parece sonreírme desafiante picarona, tras otro bandazo del traqueteo del tren en este interminable viaje en el Transiberiano, parece nunca se va a acaba, vuelvo a sentarme abriendo de nuevo mi portátil, reaparece en la pantalla mi simpática mascota virtual y de nuevo me pongo juguetear con el simpático gatito que tengo de compañero ayudante, agregado en la pantalla, en ocasiones incordia pues aparece donde menos te lo esperas, pero en otras se hace simpático, cuando comienza a lavarse o te lame comportándose igualito que un gatito de verdad. El motivo de mi incapacidad creativa obedece a lo siguiente: Sigue Leyendo...

Familias gitanas

En aquel lugar aquellos gitanos desentonaban, hasta que pudimos comprenderlo.

Había algo que desafinaba en aquella consulta médica de una clínica de pago en el centro de Bilbao. En una esquina estaba una mujer con su anciana madre; en otro rincón, un hombre solo de edad avanzada; más allá, dos señoras cuchicheando y un matrimonio de jubilados completaban la escena. Todos de clase media o alta, como pudimos apreciar Carmen y yo cuando entramos. Nos sentamos y continuamos hablando, en voz baja, en aquella tranquila sala.

Llegó el amor

Ella levantó los brazos para que Nicolás pudiera quitarle la blusa que llevaba puesta. Se apresuró a cerrar los ojos, sintiendo, ahora solo con la piel, las manos ásperas y grandes de el, contrastando con su delicado contorno de princesa. Terminó de recorrerla entera, bajando y subiendo con sus manos y su rostro, besándose, hundiéndose, calcinándose en la tersura de aquella piel nueva, transparente y hermosa; hasta que cayeron desnudos al piso frío y opaco que espiaba ruidoso, enardeciendo las maderas quejumbrosas con el sonido del amor.
Ella reconoció la piel de su amigo, tibia y gruesa. Y se recorrieron juntos, cada centímetro cuadrado del cuerpo del otro, con besos, con roces, con rostros enarbolados por tanta felicidad. Sigue Leyendo...

Cuántas veces paseando…

Cuantas veces paseando por el mismo camino, sin ver a nadie pasar, sin que pasara nadie, solo mis vagos y pesados pies sin dirigirse a ningún rumbo. Tan solo en ese perdido paseo, me acompañaba un solitario y viejo banco que nunca lo vi ocupado, estaba vacío, como yo estaba vacía por dentro. Un banco que esperaba a que llegara alguien y lo llenara con su compañía y presencia, y un corazón que estaba esperando a que alguien se sentara en ese banco y se lo llevara. Mis ojos se acostumbraron a la misma luz de aquellos suelos desgastados que a mis pies se encontraban, la vista se mantenía fija y penetrante como si quisiera atravesar ese suelo y ver si había luz más allá. El tiempo pasaba sobre las horas del sol y el regreso de la noche con la luna, y mi tiempo pasaba sobre mi vida y bajo mis pies. No podía estar así, sin ver nada, sin hacer que no veía a nadie, y ese banco que aun seguía envejeciéndose no quería dejar de ser inservible sin haber ofrecido su lecho antes. Por eso yo no podía dejarlo ahí, vacío y sin darle una oportunidad a sentirse querido y sabido,. Yo era la única que tenia la última palabra y quien podría cumplir su deseo. Me senté, me senté en él, esperando a que ahora alguien se sentara junto a mí, y llenaran mi vacío porque él era el único que se quedaría esperado hasta que mi deseo se viera cumplido. Sigue Leyendo...

No sabes escribir.

Recogió las redacciones de toda la clase, con la misma calma con la que abría su cajón y sacaba el chicle. Al día siguiente fue haciendo comentarios a diestro y siniestro. Aquella escribía idioteces que no aceptarían ni enlas revistas del corazón. Aquél no había dejado aún los pañales. El otro, simplemente, no sabía escribir. Entregaba los trabajos subrayando cada palabra, realizando cabriolas con el rotu rojo, indicando que su capacidad para ser dios, era posible. Alguien le recriminó su actitud prepotente. Su respuesta fue clara:
-Usted ni sabe, ni siente ni padece. Escribe porque alguien le ha dicho que suena bien, que junta las palabras concierto orden ysobre todo…porque tiene futuro. Su futuro se queda como usted, simplemente suspendido.- Sigue Leyendo...

La fiebre del vacío

No estaba mas arriba, ni mas abajo.
No tenía forma, no era palpable. No brillaba ni era opaco. Ni siquiera se veía. No era negro.
No pensaba, no sentía, no viajaba.
No era rey, no era dueño, no era joven ni era viejo.
No era el ruido ni el silencio, no era sombra, no era cara ni careta.
No era bueno, no era malo, no era inocente ni era culpable.
No era chico ni era grande.
No luchaba, no era héroe ni salvador.
No se medía, no se contaba, ni se sumaba, ni se restaba.
No jugaba.

El fantasma amargo

Pronto, muy pronto, antes de que Venancio termine de fumarse el cigarrillo del que expela volutas de humo en forma de hermosos círculos blancos azulados, como de gelatina transparente, caerá la tarde en El Terminillo, al otro lado de la arboleda; allí donde las grajas acomodan sus nidos y los rayos del sol llegan hasta el jardín donde crecen las altas matas de las adelfas. Cada destello luminoso de ese sol, que se está ahora escondiendo lentamente en el horizonte, parece un camino rosa claro en el que danza caprichosamente el polvo como un duende sin aliento… Sigue Leyendo...

Esta noche

Esta noche dormiré bajo un olivo.
La desverguenza del ser humano me obliga a refugiarme en él.
Aunque la noche esté cerrada, aunque el silencio sea sepulcral, aunque ni mi luna ni mis estrellas estén acompañándome, dormiré aquí. El no me dará miedo.
Aunque mi cuerpo esté destrozado, aunque mis ojos estén hinchados de llorar, aunque mi alma esté hecha añicos, dormiré aquí. El no me dará miedo.
Acurrucada con la cabeza entre mis piernas no encuentro consuelo. ¿ Qué hago yo en este absurdo?.

El secuestro del vendedor de Biblias

Llaman a la puerta, Ringg….el tenebroso pasillo de la casa vieja tenia forma de ele y era oscuro y largísimo, cuando por fin estoy junto a la puerta de entrada y asomo mi ojo por la mirilla, lo veo, ahí estaba, el cobrador del agua, traía como siempre su traje gris y su carpeta negra bajo el brazo, será inoportuno este hombre, con la prisa que tengo, abro la puerta con presteza.
– Pase, pase Vd. Sígame
– El Sr. De gris con su carpeta intenta sonreír y extrañado me dice:
– Perdone Sra. Yo…venia…..
– Si, si ya se a que viene, respondo con prisa,- por favor sígame, por aquí…. Sigue Leyendo...

Invitación (53)

Buscó Paul y, efectivamente, allí se encontraba la tarjeta identificativa de Arthur. “Arthur Sorensen” Detective Privado. Afiliado a la Federación Internacional Antidroga (FIA). Socio de la Unión Mundial Contral el Crimen (UMUCOC). Licencia Estatal número 120.704…

– ¿Qué significa ésto?. ¿Por qué me está siguiendo?. – preguntó Paul mientras aflojaba.

Arthur se desembarazó de los brazos del joven

– Escucha. Tenemos que hablar en algún lugar privado. Te estás envolviendo en un asunto demasiado complicado. Sigue Leyendo...

Una carta de desamor.

A ti, porque ya no estás:

Sé que amo y, tu ausencia, no me impide seguir amándote. Es una locura resistirme al fracaso e imaginarte presencia contínua, despertar en un abrazo, cadencia de los dias y las horas. Pero, no dejo de sumergirme en el deseo presente de cuanto fue y, aún, sigue siendo.

Me dejaste porque se abandona lo que no cabe en el corazón para ser querido. Se agotaron muchos momentos en ese acto vanidoso de ser yo y ahora ser tú: nos pudo la codicia de poseer y no la dicha del compartir.