El gato se me queda mirando, tranquilo y sereno vigilante mientras escribo este texto, el animal atento. Abre sus pequeñas fauces, bosteza, se relame, se acomoda aún más sobre el cojín, blandengue, cómodo. Por unos segundos panza arriba para ser acariciado así se acaba de posicionar, el animal sigue atento.
El gato se levanta, se arquea como el perfil de una luna media que asciende por la montaña invisible, luego baja un poco el lomo y se marcha caminando con elegancia y buena suspensión independiente en las cuatro patas, no de palo, pero sí pata de pelo; mamífero discreto, sin hacer ruido se retira a beber agua fresca del recipiente a temperatura ambiente, muy cercano bajo la ventana a la sombra el agua y su recipiente. Sigue Leyendo...
La trompa de Eustaquio rompió la calma de la aldea. Una especie de letargo prolongado retumbó en el caracol de la huerta, en el estribo de la mula, en el yunque del platero y en el martillo del albañil. Toda la aldea despertó de su larga somnolencia y un estruendo de palabras convirtió el anterior silencio en una borrasca de protestas. La trompa de Eustaquio siguió sonando mientras el zorrillo pardo escapaba con la gallina entre sus fauces.
Me resulta tan abrupto escribir ahora, tan temporal, tan como las prisas que sientes cuando ves que tu helado se derrite y no sé, me resigno a copiarme y tratar de eludir estas 7 voces que te llaman.
Sentado, de pie o paseando, cuando me paro a pensar y trato de encadenar palabras con tal gana, te cubro de letras, te cubro esquiva, preguntándome qué salió mal.
Tengo tantos demonios que me advirtieron recordándome sus palabras que los insistentes en que salga a la calle a sonreir se vuelven mudos, pero su silencio es el más oído en todo mi pecho, he de salir de esta; siempre existe una primera vez. Sigue Leyendo...
Palpita, recuerdo, el río y eres antojo
dentro. Pareces naranjo de fruto mío.
Sonrío.
Una puerta blanca de aire que sorprende
al más diminuto de mis versos.
Los besos
es algo que se aprende. Y prende
como alma en el delirio.
De cuando en vez me acuerdo de vos, de vez en cuando se me quiebra la voz y pongo esas nuestras canciones y repaso las fotografías con y sintigo; y paso las del corazón que son celuloides más que impregnados en mi papel sensible y me veo en varias situaciones que lo único que cambian son el hecho de estar sin ti y contigo… Cuando me vendrás a ver con tu saco beige con rayas cafés agarrada de la mano de nuestro hijo y pases el umbral de esa puerta metálica y me digas con un abrazo todo lo que has venido callando; cuando será ese precioso día en que me encuentres diciéndole a Dios todo lo que quisiera decir a tu persona en sus oídos. Sigue Leyendo...
Me hablas y desde hace un tiempo recuperas las sensaciones de un tiempo de terciopelo. Te escucho y desde la levedad que los recuerdos provocan, creo sentir el tacto de tu mano. Hoy, admirando el blanco jarrón decorado con silencios, los pétalos de tus rosas inmortales se mecen en el aire: tacto vegetal, materia tierra, silencio sobre la alfombra.
Nos supimos entre nubes altas, cirros acumulados en la vorágine del vértigo y hasta donde soy capaz de recordar, una expresión llamando a las estrellas por su nombre.
Aquí, cuando un suave latido de perla en gota de agua mece el silencio,
el tacto de tu mano es la luz, la nutritiva miga de un pan abierto al silencio de mil noches. Sigue Leyendo...
Comenzar a desayunar con una sonrisa sirve parfa iniciarse en la frontera. Nacido en la forntera es poder sonreír hasta los exrtremos de la risa. El asunto es que hoy, miércoles 19 de junio del año 2013 después de Jesucristo, dos perros me han hecho pasar un momento alegre. Porque la distancia entre ser un héroe o ser un cobardica también existe entre los canes.
Mientras un pastor alemán español se convierte en héroe al descubrir una bomba y salvar, de esta manera, a un buen montón de personas, un sambernardo polaco tiene pánico al bajar las escaleras. El pastor alemán español ha recibido audiencia hasta del mismísimo Rey de España. Don Juan Carlos le ha acariciado y el pastor alemán español, claro está, ha sido efusivo a la hora de dar la pata al Rey, pero… ¿qué ha sucedido con el sambernardo polaco? Sigue Leyendo...
Y por qué no escribir a estas costumbres
que me tienen resuelto,
al besarte en silencio,
a dormirme sin querer,
a treparte con los dedos cada relieve y hacerlos océanos.
A temerte despreocupada,
a joder en la mesa,
a quererte a sabiendas, de que algún día,
podría dejar de quererte.
A ciertas costumbres
El respeto que quería conseguir lo tenía frito tal vez no tenía los ropajes ni la estatura, ni el timbre grave de voz ni el dinero, ni las medallas o el poder que se necesitan para inspirarlo; en todo caso esto era mejor que querer morirse todas las noches en verdaderas luchas contra sueños apretado a su almohada en agonizantes quejidos que más de una vez lo vieron tirado en un bar de copas o siendo presa de algún inescrupuloso bandido del lugar en el que estaba. La máxima expresión de respetabilidad que un poco lograría es por su corazón de buen cristiano aunque muchas veces negara su verdadera existencia en este mundo terrenal; tal vez terminaría creyendo en que Jesús era real por el hecho de haber propiciado que su filosofía del amor se hiciera carne en las personas o por la esperanza de que esa promesa fuera una única alentadora respuesta a esta miserable miseria en la que todos vivimos – quizás-. Sigue Leyendo...
Si era por meneármela o por recordarte fumando no lo recuerdo,
pero si terrorista,
si era por mi tampoco lo recuerdo,
pero por ti, que ya cojeas con mi peso,
por ti… Perdona, ¿tu nombre?
1956-1976. Recuerdo a Beraluis de la Peña: “!Qué tiempos tan felices aquellos! ¡Cosas que fueron y cosas que pudieron haber sido!” Todo empezó con Didí y una de Pepsi Cola. Después llegó el torbellino. Como dijo Winston Churchill: “Sangre, sudor y lágrimas”. Sangre en los dedos hasta poder encontrar el punto de tacto exacto. Siempre sangre en las venas. Sudor de cuerpos entregados al esfuerzo de las horas tras las horas. Nunca sudor de niños vagos sin actividad. Y lágrimas. Lágrimas de abandono y lágrimas para poder continuar. Todo empezó con Didí y una de Pepsi Cola… y se fue acabando con Bernard Hinalut comenzando y Miguel María Lasa en la antesala con todo el Fagor incluido. Sigue Leyendo...
Mitos del Oeste. Mucho mejor que el “ser o no ser” de Shakespeare, aquello de “yo que tú no lo haría forastero…” me llegaba hasta el interior de mi alma. La diligencia, Río Bravo, Río Rojo, Fuerte apache, Duelo de titanes, La búsqueda, El tesoro de Sierra Madre, A la hora señalada, Winchester 73, La pradera sin ley, Caravana de mujeres, La venganza de Frank James, Río de plata y, sobre todo, aquellas inolvidables como Tambores lejanos, Los comancheros, Bala de plata y Solo ante el peligro. Todo un conjunto de emociones alrededor de un valiente forastero que, sin dejarse dominar por el pánico, sí lo hacía. Sigue Leyendo...
A lo mejor tenía muchas opciones en las que respirar por la herida era una de las que había desechado; cuando se cansó de vivir y de probarlo todo en la vida y ya la motivación no llegaba a él, eligió descubrir en lo desconocido, una esperanza alentadora para poder seguir; seguir, sin culpabilizar a nada de nada y así se animó a ver entre las líneas de la metafísica y de la cuántica, al ser espiritual al que siempre quiso llegar a ser. De chico, su padre le llevaba al estadio a comer empanadas y a ver al equipo de sus amores jugar al fútbol y éste fue llevado también a asistir a las corridas taurinas por lo que son cosas de las que no podría desembarazarse tan fácil hasta entrada su edad de la razón en la que tenía claras las películas y al mismo tiempo, cada día fuera el inicio nuevo de romper más paradigmas para poder avanzar en ese mar de emociones y vivencias que significan nuestro paso por este mundo. Sigue Leyendo...
Alcánzame el pañuelo
que voy a llorar
por tus hijos
por tu flia
y tus contactos
Alcánzame el pañuelo
que voy a llorar
por mi
por ti
por ellos
por todos
Está ya felizmente solo; no sabía que podía sentirse así, se puso a recordar desordenadamente todo lo que había vivido y pensaba que era hora de, rebosante, verter. Conoció a destellos a todo tipo de gente y quería relatarlo todo desde el bobo que fuera su mejor amigo hasta sus pensamientos más mórbidos o costumbres más ocultas como cuando metía sus narices bajo la camisa mientras defecaba para oler profundamente sus propias pestilencias; era un sujeto diferente -quién sabrá cuan diferente- cuando cada persona lleva su propia particularidad sobre su coronilla. Sigue Leyendo...
Sobre una mesa reza una vela con una llama ofreciendo a su alrededor una pequeña, brillante, amarillenta luz a veces tímida, frágil como una mente que busca fortalecerse. Empieza a deshacerse la cera con esa pequeña y solitaria llama a esa altura cilíndrica que con cariño exploró y recorrió el artesano velero parte de la noche estando en vela.
De súbito un frenesí, ¡porque sí!, ventisca diminuta borrasca de viento viene e irrumpe en la sala, donde la vela confiada descansa eso creía descansar.
Sobre la mesa la vela, su llama luz pequeña se tambalea…; parece que pierde el equilibrio funambulesco volatín volatinero…; de un lado a otro se tambalea, oscilando, trastabillando, la llama en su pequeñez se ladea borracha sin embriaguez, serena se tambalea. Sigue Leyendo...
Ahora es un tiempo en el que está el dibujo de la tía con cachos para picardía del artista pequeño de 5 años, hoy es el tiempo en el que existen tantos hermanos a los que dar amor puro y verdadero.
Es el tiempo en el que lo lejano y pasado ya no es más que eso y se puede ver con los ojos de adentro como todas las heridas son curadas.
Lo bueno de estos tiempos es sencillamente que puedo verte en un sueño y puedo demostrarte mi amor sin verte, ni decirte nada, ni tocarte; sino solo mencionándote en mi conversación de soliloquio.
Ya no importa nada cuando todo es perfecto porque el acorde natural te avisa como moverte y lo haces y todo fluye en una energía casi divina… Sigue Leyendo...
Que asco te tiene la suerte,
ilustre,
de mezclarte en mi saliva
dulce,
sin saberlo, tampoco lograrlo,
que jamás llegué a ser la última de tus ideas.
Asumiré los días como cómplices del olvido, asumiré la pena como al colchón del amor , un amor que se fue como primavera entre muchas otras primaveras.
Asumiré que ya no estás, que las aguas bailan para que no esté triste y los delfines complacen al niño y mi corazón intenta vivir en el engaño haciendo creer al mundo que no te ama.
Asumiré la dicha como parte del pago de esta injusta verdad que se empeña en alejarme de tu rumbo y me obliga a buscarte como a la estrella en el desierto.
Asumiré que este tiempo que tan a poco me supo llegó a su final con apenas una carta sobre la almohada firmada con mi propia tinta, firmada con la única verdad que comprendo, la mía.
Asumiré si es que puedo , si es que Dios me da la fuerza necesaria para ver el sol y entender que la vida es lo más preciado que hombre ha tenido y tendrá jamás. Sigue Leyendo...
-Objetivo del curso
Los asistontos serán testigos del engaño
-Primer módulo (Básico)
Les damos un pedazo de cielo y que se armen un infierno a su imagen y semejanza
Les damos una lava de inframundo y que la disfruten de la mejor manera posible
Les damos vida y el poder de dar vida (a medias, un acto compartido)
Les damos hipersensibilidad pero escasa empatía
Les damos y a cambio cobramos
Porque verla desde la planta de los pies hasta la coronilla me enloquece, porque me hace sonreír.
Porque me envuelve su piel estacionada en invierno, sus ojos de lagrima, porque me enamora el tallo de sus piernas, el prisma abierto de su mente, la fresa estrellada en sus labios, el sol dormido en su cabello.
Porque me fascina la caracola de sus orejas, la sonrisa fresca que salpica al alma, incluso la espina de la flor es en usted perfecta, como la gota de rocío que explota en arco iris al sol, porque esta cuajada en hermosura e inocencia.
Porque pierdo niña la cordura, porque me impulsa a lanzarme, porque es tierna y violenta, flor y león. Porque su corazón curtido en experiencia despide aromas de amor y razón, porque concilia la paradoja de vivir, por eso y por mucho más es que a usted la amo. Sigue Leyendo...
Mejor te quiero en folios,
que mancha menos,
ya que, sucios, o no,
preferimos mancharnos a besos, o no,
pero en cama, no folios.
Perdóname por solo haber querido estar a tu lado
Con vehemencia, con deseperación, con preocupación;
Con planes sin asidero con inseguridades sin fundamento
No podía estar lejos de tu boca porque era mi fuente.
No puedo dejar de lado tu cuerpo porque ha sido mi puente
a un mundo maravilloso de néctares amargos y salados
y yo rendido pero de pie a este lado dulce de la calle
No podré olvidar ese café, ese helado, esa noche, ese beso.
Mis padres llegaron a casa y otra vez incineré la casa con ellos adentro, conmigo adentro, con el mundo entero adentro, una procesión de humanos haciendo cola para entrar a la casa que se incineraba con ganas.
Los vecinos siempre atentos fueron los primeros en llegar.
Con el esplendor de la hoguera llegaron los amigos, saludaron y de a uno fueron pasando a las llamas de la purificación.
El niño bandido del barrio aprovechando la confusión reinante pidió permiso argumentando que buscaría algo intacto que rescatar.
Los animalitos, criaturas del barrio, siguiendo a sus amos con admirable fidelidad penetraron decididos el fuego que todo lo devoraba. Sigue Leyendo...
Entre tu espalda y mi cara
una fina capa de sudor.
Entre mis dedos y tu pelo,
ternura de la cara.
En la ciudad todos aferrados a un futuro,
en mi cama tu olor acariciando disimuladamente.
Y después de todo, en mis días,
caras de malos aires, de blanco roto.
De piña y coco.
Algún día tendré que cambiar la funda que cubre el edredón.
Infinitas maniobras melancólicas.
Son días como estos, en los que en un escalón te sirve de Meca de la reflexión,
los que más me dan de comer que de sonreir.
Pero no importa, aún queda que contarnos,
que sudar, que reñir, tal vez si aquí,
donde te quedas,
te quedas sin aliento.
Hay veces en que no puedo dejar de pensar
hay veces en que me pongo ansiosa
hay veces que necesito abrazos
hay veces en las que necesito atención
hay veces en las que ruego por un beso
¿A quien quiero engañar?, si aunque invente que no estas, te extraño.
Moldeo tu recuerdo a mi antojo, para odiarte mas y para quererte menos, tan en balde…
Quizás lo hermoso de esto fué lo platónico, pero a este ritmo las lentejas se me enfrian.
Ansío sentirte, tocarte, ensuciarme de ti, sin pensar ni en luegos ni en despues.
Pues ya no sé hacerlo con nadie. Se rompió. Y no sé sentir desde que me negué a sentirte.
Al menos, léeme. Yo ya calmaré mi frustración imaginandome contigo…
En el parque hay niñas y niños jugando y correteando y risas,
y lo que no hay son prisas.
El parque está en la calle, la segunda a la izquierda después de
la bodega que tiene dos toneles bastante grandes en la puerta del establecimiento.
Entre esos niños hay insignificantes nubes de polvo que discretamente se elevan, y se depositan sobre los zapatos, y avanzando una pizca más se depositan sobre los calcetines de sus pies pequeños, y sedientos de divertimento, los cordones medio sueltos van correteando tras un balón de plástico ya aturdido, que no sabe a donde hay que ir a parar para quedarse tranquilo en un rincón, pobre balón, en paz descansar quiere, pero no puede, no se lo permiten. Sigue Leyendo...
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