Fue un pequeño resbalón.
Un señor ya muy mayor estaba allí sentado. Mirando aquella piel arrugada -parecía un mapa de carreteras-, aquella mirada perdida en los carriles que parecía ya no esperar nada, se preguntó qué se debía sentir cuando se estaba ya tan cerca de la muerte. En ese momento, una ligera brisa le erizó los pelos del brazo, y vió como el tren se acercaba.
Agarrando su mochila, comenzó a andar hacia la orilla del andén.
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ahora que ya estás en calma
a ella
la llaman Martina, y tiene los ojos claros y es bella aún los domingos si madruga.
a él le pareció bien aquella chica como compañera de piso. “ya te llamaré”. aunque ya lo había decidido y nadie más se había presentado.
un chico callado y torpe, extraño. una chica extrovertida de ojos panorámicos
y un día que Martina no podía dormir le oyó hablar a solas, llorando. susurraba en voz baja y respiraba por la boca. y ella entró en su habitación y lo miró, allí sentado, con la cara de luna hablándole a la pared, sonámbulo. pero Martina pudo hablarle, y le respondía, aún dormido.
juego azul de palabras
Acróstico a mar (año 2008)
pequeña oda al vorem
Después de casi suatro años de estancia un Vorem -a pesar de las épocas ausentes, de las que todos hemos tenido -no puedo sino estar satisfecho te haber encontrado ésta0página por casualidad en un ya lejano Abril de 2007. No recuerdo ni siquiera cómo acabé topándome con estos lares: había buscado incesa~temente por internet varias páginas de escritores, y en casi todas había encontrado lo mismo: miles y miles de internautas que uscribían sus relatos en busca de reconocimiento -lo que, ciertamente, también buscaba yo. Pero en todas y cada una de e|las tenía la misma sensación de aislamiento, como si lo que hicieran todos era escribir lo suyo0y esperqr una respuesta de algún lector0interesado.
Consuelo
me encantaba ser tu desencanto con la vida
tu presa cuando mordías mis labios entre lágrimas
nadie te dijo
que la noche es más fría
cuando te gritan los ojos
y te comen los fantasmas.
pero yo estoy aquí, soy cálida,
aparto por un rato tu inquieto dolor
aunque no sea más
que tu boca en el aire
tu consciencia,
tus ideas:
tu voz
Consuelo
Boberias reflexivas
Elegía a un calzoncillo manchado.
Porque en un tiempo mínimo de diez segundos has mirado a los ojos de la chica que te parece la cosa más linda del universo, y ella te ha devuelto la mirada, y luego te has sentado en un baño público, a pesar de que lo odias, y te has puesto a cagar y derepente te has dado cuenta de que no hay papel higiénico a mano.
Porque la vida está llena de contrastes: por eso.
A mi sí
A quién no le gustaría escuchar: prueba a ser todo lo asqueroso que quieras, a llevar el pelo sucio y las mentiras entre el pelo despeinado, a no escucharme y callarte y dejar que te duerma el silencio cuando te sea necesario, sin explicárselo a nadie; a llorar, rabiar, gritar, escupir y sentir todo lo que sea necesario enseñar que sientes; prueba a equivocarte todo lo que quieras, prueba a ser la mierdilla más insignificante de este enorme planeta. Prueba lo que quieras, que te voy a querer igual.
¿A quién no le gustaría?
Relinda
Y la rabia, y el miedo, y todo se mezcla
Extrañeza (The Cure – Siamese Twins)
O nox, donna me requiem!
De sentirme sólo en el mundo, de intentar enfocar mentalmente los episodios más memorables de mi vida, de intentar aprender algo que se escapa a la vida cotidiana entre que el sol orienta y occidenta, de imaginar cientos de veces cuán grande sería lo que está por venir si hiciese algo de lo que no tendré ninguna valentía de hacer, de inventar poesías al instante y olvidarlas después por no levantarme y escribirlo en un papel, de pensar: “ya empecé a pensar de nuevo sin querer, a darle vueltas a la rueda, mejor paro de pensar y duermo un rato…”: de todo este tipo de materia autóctona están hechas la mayoría de las noches que paso en la cama intentando dormitar entre las sábanas. A veces se me ocurre -idea que paradójicamente resulta nacer en otra de tantas noches como ésta- que en algún lugar de mi cerebro los pensamientos corren solos, sin que yo pueda evitarlo, hasta el punto de que me resulta imposible dejar la mente en blanco por un rato y escuchar lo mejor que podría escuchar: el silencio…
Farmacia Veinticuatro horas.
Ex-istencialismo
Entre tanto polvo de estrella
no somos más que gramos de hormiga
tan vacua es nuestra existencia.
Y si Dios puso algo de su parte
fue acaso el equilibrio de lo incorrecto
y el desequilibrio diario y constante.
Y es tan duro sentir
pues que es tan nimio el ser viviente
que alguno resuelven echar a reír
y otro abrazan la muerte.
Dijo uno…
Sobre sentirte Español, Mejicano, o de cualquier rincón del mundo. (Mi ejemplo)
Siéntete orgulloso de lo tuyo. De lo Nuestro. Por que tenemos una manera única de sentir, de ver el mundo y vivir, una idiosincracia propia, me decían.
-¿Y cuantos compartimos esa manera única, esa idiosincracia?
– Todos.
– ¿Todos, quiénes?
– Todos los canarios, por supuesto.
Algunos me miraban, como diciendo, ¡ay, Ismaelillo, donde tienes el corazón! ¿Es que no te llora el corazón de alegría cuando se pone el sol en el Roque Nublo, orgullo de nuestra tierra?
– ¿Pero tú has ido al Roque Nublo, bobomierda?
– ¡No, coño! Pero lo ví en una postal y super boniito.
El único sentido con sentido
Del caracter ambigüo de esos signos tan extraños
Escribe lo que sea:
tus palabras no son tuyas:
son del que te lee
el que a buen seguro,
hazme caso,
las tergiversará,
como el que rompe un vestido
a su anchura y altura.
Tu mensaje, el que sea, será presa
del crítico, que no sólo critica.
También se permite decir
que quisiste decir con tus palabras.
Gracias por todo.
Ten miedo de mí
Pensamiento breve
Acabo de empezarlo y… (Benito Pérez Galdós)
Llegaban a un recodo del camino, cuando el labriego, torciendo la dirección a las caballerías, dijo:
-Ahora tenemos que echar por esta vereda. El puente está roto y no se puede vadear el río sino por el Cerrillo de los Lirios.
– ¡El Cerrillo de los Lirios! -observó el caballero, saliendo de su meditación-. ¡Como abundan los nombres poéticos en estos sitios tan feos! Desde que viajo por estas tierras, me sorprende la horrible ironía de los nombres. Tal sitio se distingue por su árido aspecto y la desolada tristeza del negro paisaje, se llama Valleameno. Tal villorio de adobes que miserablemente se extiende sobre un llamo estéril y que de diversos modos pregona su pobreza, tiene la insolencia de nombrarse Villarica; y hay un barranco pedregoso y polvoriento, donde ni los cardos encuentran jugo, y que, sin embargo, se llama Valdeflores.
Reflexión sobre “Lágrimas” de Diesel.
Diesel tiene razón. Las lágrimas son los cristales rotos del alma. Yo añadiría, incluso, que cuando una persona está triste por alguna razón, esos trozos de cristal se quedan enganchados en el interior de nuestro cuerpo, y a cada paso y cada acto se mueven entre sí y rajan la piel. Y para expulsar los cristales rotos hay que llorarlos, y para ello suben por la garganta, desde el estómago, y salen por la boca, en un acto muy tedioso y doloroso. Por eso llorar es de valientes, de honestidad con uno mismo. Los hombres y mujeres que aguantan el llanto siempre se rompen un poquito más por dentro.
isabel, otra vez.
Tus manos son frágiles, eso parece al tocarlas
sin embargo, tan altivo tu espítiritu, tan cálidas
tus palabras
apenas rozas tus dedos en mi palma y
frágil me vuelvo yo, henchido de alegría, de amor,
de un no se qué interior que me encoge el alma
y así, sin quererlo, me siento acongojado, y frío y
frágil y en pedazos
y me acuno en tu pecho y tus brazos me
abrazan
Amor reminiscente
Un paseo cualquiera
Alberto, pelo roñoso y pintas de indiferencia, de esas que parecen no haberse duchado en días, sale a la calle como el que anda al baño. Arrastra los pies y mete las manos en los bolsillos de su antigua chaqueta de militar, lo único que guarda en recuerdo de su padre. Sale por dar un paseo, por hacer algo, para que cuando su vieja, infatigable, le pregunte que si ha perdido el tiempo de nuevo ese día pueda responder algo. Pues no, mamá, he dado un paseo, que te enteres. Y la vieja entonces no pone cara de “este se echó a perder”, al menos no tanto. Alberto quiere a su madre, pero le daría un bofetón a esa cara. Aunque luego se da cuenta de que todo es culpa suya.
Sobre el libro del Vorem.
Hola. Quería preguntar al equipo de Vorem y a los que han comprado el libro del Vorem o lo conocen si cabría la posibilidad de comprar el libro de alguna otra manera que no fuese por tarjeta de crédito. Lo cierto es que estoy viviendo lejos de mi casa, aquí en Santiago, y no puedo arriesgarme a usar la tarjeta de crédito que uso para comprar en internet. Hay muchos artículos que he visto en Internet, pueden ser comprados contrareembolso, ¿hay alguna posibilidad de que pudiese hacerse de esa manera? En fin, haría cualquier cosa por tenerlo como recuerdo. Si alguien sabe algo le agradecería me lo dijese.
Por supuesto, se me olvidaba, preguntar también si quedan ejemplares y si es posible aún comprarlos, ya que eso fue hace bastante tiempo. Gracias.